II.

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Dante
Para ser sincero, no había conocido lo que era carecer o querer algo que no pueda tener. Mi familia, dueña del grupo "Fraid" y siendo este mi apellido, quisieron crear mi destino, algo que no quería hacer; por esto mismo me alejé.

Dejé atrás la comodidad que tenía en la vida, me quise olvidar de aquello que me ataba y obligada a dejar a un lado mi alma. Por eso me aparté de la cuna de oro y decidí desligarme de las líneas que querían controlarme.

Poco a poco convertí un viejo lugar en un bello restaurant. No solo quería que estuviera visitado en el día, quería que en las noches alguna alma solitaria encontrara a alguien con quien vagar en su soledad.

Debo reconocer, que en aquel momento yo también divagaba, pasaba algunas noches y mañanas acompañadas con un amante que sabía que no lo volvería a reconocer en algún otro día, solo era para olvidar la fría soledad que ha caminado junto a mí.

Pero al final, ya no le encontraba gracia, todo se basaba en la misma rutina, el mismo día, dejando mis noches vacías y perdiendo la conciencia en la barra del bar, donde en ese instante, ni las nubes eran tan suaves, y me alejaba del vacío de mi sobriedad.

Aquella mañana el sonido punzante del teléfono logró despertarme, no quería saber nada del mundo que me rodeaba, sentía que la noche anterior hubiese cómodo plomo pesado y áspero. Al responder y callar el punzón de la vibración, la voz del gerente apareció preguntando qué buscaba para la nueva voz del Bar-Restaurant. La verdad es que no quería pensar, me propuso ir a Ring y gestionar con él; no tenía algo mejor que hacer en la mañana y mucho menos en la tarde, donde cada una de ellas se me vuelven más solitarias; por eso acepté, me alisté y partí, en el camino pensé en lo cansado he había estado y en cómo la ciudad se hacía más grande en cada momento. Estuve pensado con Matt, sobre lo que buscaba en la nueva voz, llegué a la conclusión en que no quería que imitara algo que ya existía, quería que creara algo nuevo, algo que no se espere, y algo que él desee; la referencia del candidato era buena, sabía mucho de música y auditiva, pero solo era una recomendación verbal, lo quería confirmar, por alguna razón esta persona, llamada Alain, me causaba mucha curiosidad.

Antes de la hora acordada mi padre me llamó, diciendo que debía verme urgente, no me dio tiempo de entrevistar a esta persona que levantó mi curiosidad y tuve que partir. Al momento en el que salí, entraba alguien con un perfil bajo y una guitarra en su espalda. No le presté atención, no lo detallé. Solo pasó como una sombra al borde mi vista, pero de haber sabido lo que pasaría, lo habría contemplado toda mi vida.

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