Un gusto saludarlos de nuevo, para esta historia tendremos que ponernos creativos, sera necesario debido a que nuestra protagonista es de dimensiones poco imaginables...
A nadie le caía bien Dolly, pero a su vez ella detestaba a todos sus compañeros, en general detestaba a toda la gente, ellos odiaban que se comiera todos los dulces de la oficina, ella odiaba que no hubiera suficientes dulces, odiaban que se acabara los suministros comestibles como azúcar y café, ella odiaba que tenia que esperar 3 días para que se repusieran. ellos odiaban que se comiera sus almuerzos, ella odiaba que no fuesen cosas con mas "queso", ellos odiaban que tuviera la mejor cilla de la oficina, la única con la capacidad de soportar su peso, y ella, bueno ella eso no lo odiaba al contrario le encantaba, no fue algo tan vergonzoso tener el récord único de romper 2 cillas. Con sus 215 kilos, que literalmente hacían temblar a la oficina cada que daba un paso, una mujer de casi dos metros, con un trasero gigantesco que al agacharse podía llegar a causar que rompiera sus pantalones, pechos enormes del tamaño de una sandia mediana, una gran papada y mejillas que casi apocaban sus ojos cafés oscuros, una mirada casi siempre molesta pero tierna, cuyo estomago estaba cerca de rosar sus rodillas y la mayoría del tiempo prefería estar sentada por el esfuerzo de cargar tal peso, no pasaba desapercibida. Siempre la encontrarías comiendo en su estación de trabajo, la cual estaba echa un desastre por todas las golosinas que constantemente tenia, era la única persona en la oficina que prácticamente tenia un refrigerador para ella sola, ella siempre apestaba a comida grasienta, realmente siempre se veía desaliñada, pero a pesar de todo siempre lucia linda.
Todos sentían repulsión por su gordura, pero eso a ella le calentaba mucho, adoraba que le dijeran que estaba obesa, que ocupaba demasiado espacio, adoro cuando se burlaron y asquearon de que su falda se levanto y mostró sus obesos muslos y revelo su tanga apretada. Parecía casi imposibles creer que alguna vez fue delgada, aun que así fue. Cuando entro a la oficina hace casi 10 años era muy pequeña, claro siempre había sido alta, pero vaya que era delgada, usaba esas típicas faldas de oficina largas, camisas de vestir que no se ceñían para nada en su cuerpo de apenas 60 kilos. Solía ser más amable, ayudaba a todos, pero era algo tímida, nunca estuvo del todo conforme con su figura, se sentía algo acomplejada por sus dientes relativamente grandes y su mentón y mejillas muy pronunciadas. Después del trabajo la mayoría salia con los compañeros, pero ella nunca iba, realmente no le quedaba mucho, casi siempre se encontraba en casa, sola, mirando televisión, sintiéndose vacía, siempre sintió que algo le faltaba en su vida.
Todo comenzó con la celebración de su cumpleaños, el día transcurría de forma normal, hasta que sus compañeros de trabajo la sorprendieron con una pequeña fiesta, en la cual le dieron varios regalos que rápidamente descubrió que eran principalmente comida, algunos pastelillos, dulces y de más golosinas, ella estaba muy contenta, se sentía bien que alguien se acordara de su cumpleaños. Además de eso se le dio unos cupones para comidas gratis que vencían justo ese día, también se le dio un gran pastel de chocolate, el cual compartió con sus compañeros pero se encontró con que aún con ello quedó demasiado del mismo, Dolly estaba feliz, solo se preguntaba que iba a hacer con tantas sobras, nadie quiso llevarse mas rebanadas y después del evento, la mayoría la dejo sola juntando los restos de su fiesta. Mientras limpiaba algo dentro de ella empezó a maquinar, tal vez por una especie de presión del momento o simplemente por codicia decidió usar sus 5 cupones, saliendo del trabajo fue a cada uno de los restaurantes, comió costillas, hamburguesas, sushi, pizza y hasta pollo frito, comió toda esa comida hasta que su pequeño estomago ya no pudo mas. Entonces llegando a casa se topo con el pastel, lo medito un momento mientras se frotaba el estomago, finalmente ella lo devoró todo, con un dolor de estómago por todos los alimentos consumidos vino una sensación de excitación enorme, casi tanto como lo hinchado que estaba su estómago en su pequeño cuerpo, ese día se llenó tanto que se sintió bien, no pudo evitar masturbarse por la ola de placer que sentía, sabía que ese día algo dentro de ella había cambiado, había tenido un despertar.
Al día siguiente llegó algo desaliñada al trabajo y tarde al trabajo, aún con el vientre algo inflamado, se sentía cansada y perezosa. Mientras se servia café se topo con una compañera que resaltó su aspecto y lo desagradable de verse inflamada, por primera vez en mucho tiempo sintió una cierta humillación por como lucia pero junto con ello se dio cuenta que disfrutaba el sentirse así, comenzó a comer en frente de ella y a decir que sentía que estaba engordando, su compañera se mostraba notablemente incómoda y solo le dijo que debía cuidarse más, en ese momento Dolly sintió tanto placer, incluso mojo sus bragas, la mayoría la trataba bien, pero ella quería esa humillación, esa rudeza, esa sensación de ser denigrada por ser una cerda floja, el solo pensarlo casi causa que en el comedor comenzara a masturbarse, pero sabia que tenia que controlarse, por ahora. Así que comenzó a comportarse mal con todos, empezó de forma sutil, con pequeños comportamientos raros, como hablar con la boca llena, eructar en frente de sus compañeros, después siguió con los comentarios de cómo no podía parar de comer, lo cual era cierto, fuese la hora en la que fueses a su cubículo la encontraría comiendo algo, la mayoría eran comidas poco saludables, podías ver como la grasa estaba constantemente en su cara, casi siempre estaba manchada de algún aderezo o llena de migajas, sus compañeros parecían cada día encontrarla más repulsiva.
Así continúo, ella sabía que tenía que hacer que esas pequeñas muestras de preocupación por su salud se fueran, quería seguir sintiendo esa humillación, así que comenzó a robar los almuerzos de sus compañeros, por un tiempo fue un misterio hasta que la atraparon, todos estaban furiosos se preguntaban con la ahora chica de 90 kilogramos no podía estar satisfecha con toda esa comida y necesitaba más, Dolly fingió molestia por los comentarios, aún que en el fondo lo estaba disfrutando. Después de ello no hubo marcha atrás, comenzó a hacer comentarios pasivos agresivos a todos, los molestaba por cualquier cosa, además de seguir con sus comportamientos extraños, y continúo y continúo hasta que terminaron odiándola, parece ser que entre más la despreciaban por su cuerpo, más crecía. Ahora se encontraba en casa viendo televisión pero con comida suficiente para alimentar a una familia, ella disfruta de la comida con gran placer, mientras recordaba las palabras de desprecio que sus compañeros le decían, recordaba las veces que le dijeron que estaba engordando tanto, como antes pensaban que era algo linda y ahora casi estaba irreconocible, recordó cuando eructo tan fuerte que se escucho en toda la oficina, como no podía parar de sentirse caliente al ver las miradas de asco cada vez que su ahora prominente estomago sobresalía, se sentía enorme, se sentía una cerda, no era suficiente quería mas mucho mas, sabia que nada la detendría y solo lo reafirmo mas cuando se termino un litro de soda de un solo trago.
Pasados los 10 años de excesos, de constantes idas y venidas a cuanto restaurante se le antojara, de pasar de una comida familiar a dos o hasta tres comidas familiares, de ser la única persona en usar el ascensor, de devorar donas tras donas en horario laboral, de que hasta sus compañeros se hubieran ido y entrarán nuevos, que se creará esa fama de la chica más detestable de la oficina, que pasará por tantos cambios, ver como su rostro solo se llenaba mas y mas, cambiar de tallas de camisa como el constante apretar de sus pantalones, el reventar de los botones de todas sus camisas, se había vuelto tan colosal que ya ni siquiera podía entrar en su auto, ni siquiera cuando la bascula le indico que ya no podía determinar su peso a menos que fuese por una de mas de 200 kilos, nada la detuvo de seguir complaciendo su placer, su hedonismo y glotonería. Todos sabían que no debían meterse con Dolly, quien sabie, tal vez te aplastaría o te devoraría, ella solo podía estar segura de que nunca había sido tan feliz en su vida, objetivamente adoraba ir a la oficina, solo tenía que controlarse 8 horas para no tocarse aun que era fácil para ella al estarse atiborrándose constantemente de comida. Después de tanto tiempo estaba segura que adoraba ser Dolly, la chica obesa de la oficina.
Gracias por leer, disculpen la demora. Espero estar publicando mas seguido y muchas gracias por las personas que comentaron en el anterior post.
Saludos a todos :3
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A Feederism Antology
Ficción General¡Hola! Mi nombre es Amadeus Nolan, no importa realmente como llegamos aquí, lo importante es que tengo algunas historias sobre aumento de peso, gente con grados de sobrepeso que alarmarían a un nutriólogo, pero sobre todo relatos sobre gente que enc...