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"Nunca he deseado a nadie como tú y por ti, estoy listo para cambiar"

YoonGi se restregó contra JiMin, ladeo su rostro y volvió a besarlo, esta vez con más intensidad, moviendo sus labios lentamente mientras mezclaba su saliva con un poco de veneno. Esto era algo que hacía comúnmente, no era dañino ni mortal, el efecto que tenía era afrodisíaco y por eso lo estaba usando con su pareja, quería aparearse.

JiMin abrió más su boca, dejó que la lengua bífida entrara y utilizó la propia para saborearla, disfrutando como la forma doble se movía contra la suya. Sintió las manos del contrario colocarse en su cintura y se estremeció, se apartó de golpe.

—No soy... lo que crees que soy.— advierte junto a un suspiro.

YoonGi no comprende qué quiere decir, pero no es nadie para juzgar a su flor, es su pareja independientemente de todo lo demás y lo desea. No se aleja, desliza sus manos a la cadera y a su vientre, acariciando su estómago con devoción.

JiMin se sonroja porque su obesidad no es algo que lo haga sentir orgulloso, tampoco está seguro de su cuerpo y tiene miedo. Intenta detener al peliblanco para que no introduzca sus manos bajo su camisa, pero el tacto tan delicado lo convence de permitírselo.

—Confía en mí, no hay nada de ti que no quiera ver.— asegura YoonGi, sintiendo la piel aperlada y cálida contra la propia que es fría.

El contraste de temperaturas y colores de piel hace a ambos sonreír con complicidad, la forma en que son opuestos, pero a la vez encajando tan bien.

YoonGi empuja un poco a JiMin en su lecho y se sube encima de él, le retira la camisa gris de tirantes que lleva y se percata de las vendas que cubren su torso.

—Te dije que no era lo que imaginabas.— comentó el pelirrubio tímidamente.

—Eres mucho más.

JiMin se sonroja furiosamente, envuelve sus brazos en el peliblanco y une sus cuerpos, pero al hacerlo puede sentir algo duro contra sí. Para ser exactos siente dos cosas, no había notado eso porque estaba más ensimismado con el rostro de YoonGi y entonces recuerda que las serpientes tienen dos miembros.

—Tampoco soy lo que los demás consideran normal.— confiesa el contrario a su oído y ríe ligeramente, sin pena —Me gustas y creo que eso es lo más importante, pero yo ¿Te gusto?— pregunta, presionando más contra él.

JiMin puede sentir mucho mejor las dos erecciones contra su pelvis y su vagina siente espasmos, la humedad aumenta y el afrodisíaco hace de las suyas. La tentación es demasiado grande, no sabe dónde está su cordura y no quiere encontrarla, desea a la titanoboa.

—Me gustas.

YoonGi sisea su lengua, busca la unión del cuello y esparce un poco de su saliva, roza sus colmillitos contra la piel y los clava mientras se inunda del dulce aroma.

—Ah~ Yoon...— chilla JiMin aturdido por la repentina acción, su mirada se nubla de placer, siente un líquido entrando a su cuerpo y al instante el calor aumenta.

YoonGi se encarga de limpiar las marquitas que dejó y aprovecha para degustar todo el sudor que hay en el área, bajando lentamente a las clavículas. Sus manos toman las vendas y las aparta del camino, los pechos de JiMin saltan a su vista y le gusta la forma suave de su cuerpo.

No los toca, no aun, sigue recorriendo el camino, hasta llegar al inicio de los shorts y los muerde para bajarlos con ayuda de sus manos. JiMin está atento a todos sus movimientos y la imagen es tan sensual que no puede evitar gemir.

𝓣𝓲𝓽𝓪𝓷𝓸𝓫𝓸𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora