Sorpresa Final

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National City apartamento de Alex

Ajenas a lo ocurrido en Themiscyra.

La agente invitó a su apartamento a la amazona

Diana y Alex se miraron furtivamente mientras sus dedos entrelazados temblaban de anticipación.

Después de meses de deseos y susurros coquetos, finalmente habían decidido dar un paso más en su relación.

La habitación estaba impregnada de una energía cargada y un anhelo mutuo.

Las dos mujeres se acurrucaron en la cama, la suavidad de las sábanas acariciando sus cuerpos.

Diana, con su apariencia andrógina y encanto magnético, dejó escapar un suspiro nervioso mientras Alex le acariciaba el rostro, sus dedos suaves trazando líneas de fuego en su piel.

Las manos curiosas comenzaron a explorar, descubriendo los contornos ocultos y los secretos de sus cuerpos.

Los besos ardientes y hambrientos se convirtieron en el lenguaje de su pasión, mientras sus labios se encontraban en un baile intenso y desesperado.

Las lenguas se entrelazaron en una danza sensual, sus gemidos susurrando un deseo incontrolable.

Diana sintió un escalofrío de excitación mientras Alex acariciaba su pecho, deslizando sus dedos con delicadeza sobre sus suaves curvas.

Cada toque, cada caricia, enviaba oleadas de placer a través de su cuerpo, haciéndola temblar de anticipación.

Alex exploró cada rincón de su piel, devorándola con sus labios y provocando gemidos ahogados.

La pasión y la lujuria aumentaban a medida que se desnudaban mutuamente, revelando sus cuerpos al otro.

Diana se sintió vulnerable y poderosa al mismo tiempo, y su corazón latía con fuerza mientras Alex la admiraba con ojos llenos de deseo y admiración.

Sin prisas, se acurrucaron en la cama, sus cuerpos entrelazados en una danza íntima y apasionada. La suavidad de sus pieles se fusionó en un torbellino de sensaciones, mientras sus manos y labios exploraban cada centímetro, cada pliegue de su ser.

El éxtasis llegó lenta pero seguramente, envolviéndolas en una ola de placer. Cada suspiro, cada gemido, era una melodía que solo ellas dos podían componer.

Los límites del tiempo y el espacio se desvanecieron mientras se perdían en el éxtasis compartido, llevándolas a un lugar donde solo existían el amor y la conexión profunda entre ellas.

Después de que el clímax las envolviera en su dulce abrazo, se quedaron tumbadas, sus cuerpos entrelazados en un amoroso abrazo.

La felicidad brillaba en sus ojos y una sonrisa radiante adornaba sus labios, mientras sabían que habían dado un paso más en su viaje íntimo juntas.

Diana y Alex se acurrucaron, prometiéndose mutuamente que este sería solo el comienzo de su amor, su pasión seguiría creciendo a medida que descubrieran nuevos caminos en su relación íntima.

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La cálida luz del sol acariciaba el rostro de Diana mientras caminbaa por el parque de la ciudad en dirección a L-Corp.

Cuando descubrieron el estado en el que se encontraba Lena, Diana decidió a ayudar a Sam en la empresa.

Hoy era un día especial para ella, ya que llevaba ocho meses compartiendo su vida con Alex, la persona que había conquistado su corazón de una manera que nunca había experimentado antes.

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