under the skin.

6

—Esfuérzate un poco más JaeMin.

Escuché el grito de mi madre, Chittaphon estaba a su lado con una expresión de incomodidad, para los dos era incómodo que ella estuviera ahí.

—JaeMin tienes que entrenar más duro ¿Crees que así vas a lograr el premio? Estas todo descoordinado.

Salió de ahí enojada, Ten solo se acercó para acariciar mi espalda y luego irse, me miré al espejo en silencio. El silencio me agota.

A los minutos entró nuevamente Chittaphon, se acercó a mí con una expresión de tristeza. Ya sabía que iba a decir.

—Se acaba de ir, dijo que por las puras gastaba dinero aquí si igual ibas a perder —asentí—. Yo sé que ganarás, yo confío en ti, lindo conejito.

—Supongo que tendré que tomar el autobús.

—Lo lamento.

Asentí, fui al baño para cambiarme, estaba cansado de muchas cosas y mi cuerpo parece no cooperar porque me duele cada día más. Salgo sin despedirme, solo noto tristeza en Chittaphon ¿Por qué me miran así? No ha sucedido nada para que lo hagan, dejen de hacerlo.

Camino hacia el parque de aquella vez, lo único que me alumbra son los faros de las calles, la capucha ayuda que no me reconozcan ¿Qué diría el público si me ven llorando en el parque? Sería la noticia del año.

Me siento en una de las bancas del lugar, el árbol que está detrás lo cubre un poco, perfecto si saliera sol. Me quedo en silencio unos minutos hasta que alguien se sienta a mi lado, por el estilo lo saco al instante.

—Hola JaeMin, un gusto verte por aquí.

—Hola JeNo.

—Dejaste esto aquel día.

Observé el moño en la mano de Lee, solté una risa sarcástica para luego tomarla.

—Gracias.

—¿Por qué la llevas? ¿Tenías el cabello largo?

—En mi primer baile grupal era el único hombre, la profesora mandó que para aquel día teníamos que tener el cabello sujetado con un mono rosa.

—Marcó algo en ti, supongo.

—Si alguien desobedecía no participaba así que lo puse en mi muñeca, al menos resalté más que ellas ese día.

JeNo soltó una risa, luego todo se quedó en silencio, no quería dirigirle la mirada porque no tenía el valor.

—¿Tienes algo que hacer ahora?

—Debería estar en casa o ensayando, pero no tengo ánimos de hacer alguno de los dos.

—Bien, ven conmigo.

Tomó mi mano para comenzar a correr, no tuve tiempo de reaccionar ya que había sido todo tan rápido, últimamente los días lluviosos me gustan mucho, ahora está apunto de llover.

Después de un rato corriendo llegamos a un casa abandonada, miré confundido a JeNo ¿Acaso me iba a matar aquí?

—¿Acaso eres un secuestrador y te acercaste para matarme, hoy es el día?

—Hahaha, claro que no, solo ven.

Unió nuestras manos, todo estaba oscuro y tenía un poco de miedo porque parecía de terror.

—Esta casa era de mi infancia, era una herencia que mi abuelo dejó a mi mamá, pero mi mamá nunca la aceptó porque él la había abandonado cuando era pequeña.

—¿En serio?

—Estoy reconstruyéndolo, mientras estaba en casa llegó una carta que decía que esto me pertenecía ya que mi mamá lo rechazó, mi abuelo lo dejó para mí.

Prendió el interruptor, la casa era muy acogedora y caliente aunque no tenía nada de cosas, literalmente no había nada, solo era la casa.

—Faltan arreglar unos detalles, aquí vengo siempre que mis padres salen. Ven, sígueme, tengo que mostrarte más detalles.

Lo seguí, fuimos al segundo piso donde también estaba todo vacía excepto una habitación, él caminó hacia allá.

—Cuando termine de acomodar todo entonces me mudaré, este será el lugar donde viviré con mi futuro esposo e hijos.

—¿Lo has pintado tú? —pregunté al ver los dibujos en la pared, había uno de un skate que se me hizo curioso.

—Así es, esta fue la primera habitación que pude arreglar, tenía un agujero en el techo ahora ya no gotea más —sonrió.

Voltee a verlo y también lo hice, tomó mi mano para guiarme a otra, yo solo me dejé llevar. Fuimos a otra habitación que a comparación de la otra está no tenía una cama.

—Esto te va a gustar, será maravilloso, échate en el piso.

Hice caso y me tiré en el piso, presiono un botón y la magia comenzó, en el techo se reflejaban las estrellas de forma bonita.

En serio era lo más hermoso que había visto, parecía real.

—Vi la idea en internet, me gustó mucho que lo quise reflejar, aquí dormiría mi hijo o hija.

—Esto es hermoso JeNo, muy hermoso.

—Gracias, es la primera persona a quien le muestro esto, ni siquiera RenJun lo sabe y nadie debería saberlo porque mi madre se molestaría.

—Gracias —murmuré.

—No hay de que JaeMin.

Nos quedamos en silencio un momento, de repente él se paró y prendió las luces para que dejara de verse las estrellas.

—Ven, tengo una idea.

Camine detrás de él hacia la primera habitación que me mostró, se agachó para agarrar un bote de pintura.

—Hay que hacer algo especial ¿sabes dibujar?

—Más o menos ¿por?

—Dibuja lo que quieras.

Me extendió un pincel, lo tomé sin saber exactamente qué hacer, rápidamente se me vino una idea. Camine hacia la pared y comencé a dibujar lo que me representa.

Unas zapatillas de ballet.

Cuando termine de pintar, volteé a verlo, él estaba algo cerca, pero no era incómodo.

—Me gusta, ahora me toca.

Me quitó el pincel para comenzar a pintar, pasados unos minutos dio a conocer su dibujo al costado del mio.

Unas zapatillas normales.

—Hip-hop y ballet.

—Creo que falta algo.

Le quité el pincel para poner dos "J" debajo de cada dibujo.

—Na JaeMin y Lee JeNo, me gusta.

—A mí también, es agradable.

—¡Vamos a mojarnos!

Tomó mi mano para bajar las escaleras, salimos hacia donde era supuestamente el patio, la lluvia caía a montones que rápidamente nos mojamos.

Él comenzó a reír mientras daba vueltas disfrutando el momento, sonreí y comencé a hacer lo mismo, me sentí cálido por primer vez, ya entendí a qué se debía.

Deje de dar vueltas para mirarlo, se veía tan feliz, tan vivo, su sonrisa era tan radiante, él era mi tranquilidad y mi paz.

Él también paró para verme, me sonrió y extendió su mano para que la tomara, lo hice para acercarme a su pecho. Nos abrazamos bajo la lluvia, sus brazos alrededor de mi cintura, su respiración era tranquila y eso me tranquilizaba.

—Te quiero JaeMin.