No me olvides.

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Escrito para la Cherik Week 2023. Día 3: Gardenverse.

Lo aceptamos porque así debe ser.

A veces el destino nos juega malas pasadas.

La vida es un estira y afloja.

Nos tortura cuando las cosas no resultan bien.

El dolor existe. El dolor que atraviesa el corazón. El dolor que cimbra el pecho, lo vacía y se deposita en el estómago.

El dolor que nos convierte en agua.

El dolor que nos puede convertir... ¿En una planta?

"En el segundo ciclo, las flores crecen de nuestros cuerpos, algunas personas desarrollaron la capacidad de nutrirse de ellas para equilibrar la velocidad con la que estas crecían. Sentimientos intensos se relacionan con las plantas y flores que de nosotros nacen."

1

—¿Erik?— Charles golpeó la puerta de su habitación, tenía algo importante que discutir con él —¿Charles? ¿Está todo bien?— Su voz se quedó atrapada en su garganta por un momento. —Eh...Yo...— No sabía cómo comenzar, sus manos le temblaban y el escozor en su pecho se hacía cada vez más molesto. Erik le miró con curiosidad y un poco de preocupación, pues es raro ver a Charles tan nervioso. —Entra y sientate, podemos hablar más tranquilos así.— Erik cerró la puerta y volteó a ver a Charles, quién en cuanto entró decidió quitarse la camisa.

Erik sonrió mientras se acercaba a él. —No te avergüences de pedirmelo, creí que ya teníamos la confianza para...— Bastó una sola mirada al pecho de Charles para entender lo que estaba pasando. —Oh... yo no... no esperaba esto.— Erik se acercó cuidadosamente a examinar el brote que crecía justo sobre el corazón de Charles. —Lo siento, sé que sólo pasó una vez pero el tiempo y... No lo pude evitar.— Su voz era temblorosa y Erik podía ver cómo sus ojos poco a poco se llenaban de lágrimas. Con cuidado, le tomó la mejilla y le hizo mirar hacia él, —Hey, mírame, está bien. Yo... también siento lo mismo.— La cálida mirada de Erik hizo que Charles se sonrojara. —Sé que debo tomarla hasta que esté lista pero, ¿No duele?— La ligera risa de Charles intriga a Erik. —Duele, pero se supone que así debe ser. Descuida, estoy seguro que saldrá antes de que vayamos a Cuba.— Lo dijo de broma, pero la verdad era que ambos estaban aterrados.

Una bestia que ha tomado aquella rosa bella.

"Son sólo espinas" que tu mano flagelan.

"No estás solo" corazón en jaque.

"No eres un monstruo" y la jugada dio el mate.

2

—¡No te vayas...!— Gritó Charles mientras la nube de humo rojo se desvanecía en el aire.

Lo dije demasiado tarde, Erik. Pude haber dicho cualquier otra cosa en cualquier otro orden con tal de que te quedaras. No sé cuánto más podré esperar por tí. Siento mis manos pesadas con ramas y de mis pies comienzan a salir raíces, no puedo estar quieto en un lugar por mucho tiempo.

Camino incesantemente por la mansión pensando en nuestro tiempo juntos. Te conocí y te volviste mi mundo. Cuando me lancé al agua por tí, sé que tanto en mi mente como en la tuya pasó el mismo pensamiento.

Te encontré.

Cuando aquella noche tomaste la rosa de mi pecho, pensé que lo nuestro sería eterno. Me besaste y prometiste nunca abandonarme, ¿Dónde estás? ¿Por qué aún no regresas a mí? ¡Lo prometiste! ¡¿Acaso no tienes palabra?!

Mis pasos pesan cada vez más mientras el peso sobre mi espalda se acrecenta. Usualmente Hank me ayuda con la poda pero tuvo que irse. "Algo confidencial" dijo. Lleva un mes fuera.

Mientras veo la puerta de entrada con la esperanza, mi corazón duele. Desde que te fuiste ya no hay mucho que pueda hacer por mi, ni siquiera mantenerme en pie. Si estas piernas se mueven es por...

Oh.

Mis piernas no se mueven más.

Miro hacia abajo y puedo ver mis pies ahora pegados firmemente al suelo de la entrada. Intento huir pero las raíces se extienden. Con desesperación extiendo mi mano con la esperanza de que en algún momento seas tú quien entre por esa puerta y me rescate.

Sé que no será así.

Oh, Erik. Lo siento tanto.

Si algún día vuelves, lamento lo que tendrás que ver.

La cuenta a tres te ha perdido

A plomo la raíz se ha destruido

La hojarasca anuncia bienvenida

Hank lo rescató de aquel lugar, ninguno le había dicho a Charles pues en un estado tan delicado, eso le pudo haber causado más daño. Erik sabía que no debió dejarlo sólo tanto tiempo, sabía que debió cumplir su promesa de nunca abandonarlo, se sentía culpable y arrepentido. De pie frente a las grandes puertas de madera, miró a Hank, —¿Crees que pueda perdonarme?— El otro sólo se encogió de hombros. 

El ambiente alrededor estaba silencioso, muy tranquilo, demasiado. A través de los sucios ventanales se podían ver flores azules, la sospecha hizo que a Erik se le acelerara el corazón. Armándose de valor, empuja las puertas y lo primero que recibe es una oscuridad abrumadora que bloquea la cálida luz del sol. La casa era demasiado grande, demasiado fría, demasiado sola. Así fue como dejó a Charles, sobreviviendo en una gran mansión vacía.

Avanzó apenas unos pasos cuando... —¿Hojas secas?— Erik preguntó en voz alta mientras estas crujían bajo sus pies. Esto no estaba bien. Siguió el rastro de las hojas y poco a poco estaba entendiendo lo que había pasado, no quería aceptarlo, pero de igual forma tenía que saber. Al levantar su mirada, su voz entrecortada hizo eco, —¿Charles?

Tu "Viejo amigo" enrobleció en agonía.

Tu "Viejo amigo" enrobleció en agonía

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Hijos del átomo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora