Mi pequeño mundo feliz.

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TW: Violencia semi gráfica.

Whumptober #6 Obligado a ver.

Cheriktober//Bootober #27 Doppelgänger.


Las rocas colisionan, nos separamos pero orbitamos.

Tus manos a centímetros de tocarme.

Mis manos tratando de rozar tu piel.

Siempre cercanos pero nunca juntos,

¿Es este nuestro destino?


Luna, tú controlas mi marea, no te alejes más.

Que el mundo desmorona si no estás.

Toma forma que por ti, humano soy.

Tomo forma que por mí, humano eres.

Y aun si no lo fueses, te he de seguir.


La realidad es.

Sólo eso.

Los atributos que nosotros le damos no es más que nuestra percepción.

¿Feliz? ¿Triste? ¿Buena? ¿Mala?

Eso depende de nuestra vida, de nuestra empatía, de nuestro amor. Subjetividades.

Podemos alardear que nuestra realidad es la peor porque en esta existen guerras, hambre, tristeza y asesinatos. Podemos decir que es la mejor porque ayudamos, damos lo mejor de nosotros, y ante la adversidad, cooperamos.

Pero es que no nos queda claro.

La realidad es lo que es.

Y así debe ser.

Si veo un ser idéntico a ti,

no me esconderé y tampoco he de huir.


La realidad de la vida en pareja es algo que muchos añoran en sus primeros años de relación. Tras las peleas y los años separados, cualquiera pensaría que Charles y Erik ya no querrían verse día a día por el resto de sus vidas.

Afortunadamente, ese no es su caso.

Ambos se tratan con tanto cariño y amor que es imposible no envidiarles. Ver a Erik mover la silla de ruedas con su mutación para que ambos avancen lado a lado. Ver a Charles ayudarlo a calmar sus ansiedades y malos pensamientos con el roce de sus dedos.

Son verdaderas almas gemelas, y esto no ha hecho más que probarse e incrementar desde la misteriosa ola de desapariciones mutantes.

Las desapariciones han pasado desapercibidas porque absolutamente todos los casos registrados (y no registrados) terminaron igual. Los mutantes desaparecidos regresaron tres días después, como si nada les hubiera pasado. No hay daños. No hay secuelas. Algunos se ven un poco diferentes, pero siguen siendo los mismos de siempre.

No hay de qué preocuparse.

Si te veo distinto,

no me esconderé y tampoco he de huir.

Hijos del átomo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora