Trabajo

22 3 3
                                    


Dibujar el cuerpo humano era algo nuevo para mí, realmente. Pero estaba empeñado en querer aprender a dibujar desde hace tiempo. Era algo que podría hacerme destacar, quizá, en un mundo en el que ser ordinario era común, pero siempre buscábamos maneras de resaltar de entre todos.

Había intentado la escritura, la práctica de instrumentos musicales, e incluso la cocina, pero habían venido como habían llegado, con muy poco tiempo y sin verdaderos frutos de alguna evidencia de innato talento.

He escuchado que lo que ayuda siempre es la disciplina, así que el dibujo sería mi primer objetivo de nueva disciplina. La clave sería buscar un curso perfecto que llevará poco tiempo y que pudiera equilibrar con mis tareas cotidianas.

–¿Otro curso ridículo para desperdiciar tu tiempo en vez de dedicarlo a estudiar? De verdad no tienes remedio, YoonGi.

Y esas había sido las palabras exactas de mi padre al comentarle la idea. No sé, era decepcionante ver cómo el gusto por querer sobresalir en algo más, o simplemente empezar un hobby que quizá llene el vacío de una vida de responsabilidades no sea mínimamente apoyado por quien debería considerar importante en mi vida.

Pero no lo era.

Encogí los hombros y me hice el desinteresado. Un comentario así no frenaría mi terquedad cuando algo se me metía a la cabeza.

– Pues no te lo pagaré yo esta vez. Tendrás que buscar un trabajo y arreglártelas tú solo.– Y allí había quedado la discusión.

Tomé mi mochila y suspiré. No habría más remedio que hacerle caso, así que después de la escuela vería lo que podía conseguir. Con suerte podría llevarme menos de un meses ahorrar algo decente para comprar los primeros materiales o algo así.

◇●◇

Un puesto de repartidor no estaba mal, aunque tendría que usar mi propia moto mientras durará. De verdad que esperaba que no se arruinará o que pudiera tener un choque.

– Entrega esto a la calle ***, lleva cambio y no tardes demasiado. Recuerda, 30 minutos o estás acabado, ¡y asegúrate de contar bien el efectivo!

– Claro que sí, señor. Ni un centavo menos.

Casi me río de ese idiota. Claro que no sería nada difícil contar algo tan tonto como el cambio.

Bueno, eso creía yo.

– ¡Entrega para Park Ji...!

Y un chico de cabello rosa con una delgada camiseta blanca hasta los muslos abrió la puerta como si afuera no estuviéramos a dieciséis grados. Que no era mucho, pero una fría brisa si podría haber.

–...min.

– ¡Oh, sí, es para mi!

Y lo tomó entre sus manos como un gran regalo de navidad.

No me importa. Corazón, cara, no me fallen ahora y vuelvan a su maldito ritmo y tono normal.

Bien, bien, son ciento cincuenta, dilo y vete.

– Son...

– ¡Muchas gracias por traerlo tan rápido, de verdad no mentían que sería de un día para otro!

Y otra vez no supe qué decir. Bien, sólo había tratado de encontrar un empleo, y no me había fijado muy bien de qué se dedicaban a entregar exactamente. Además de que venía en una caja sin mucha cosa que explicará.

–Son ciento cincuenta.

– ¡Oh, claro!

Entrego el dinero y finalmente dejé de dar mirada discretas a las largas piernas que se asomaban sobre la tela de su vestuario poco abrigador. Eran bonitas, y se veían suaves y bien formadas.

Bien, pensamientos indecentes fuera. ¡Lo hacemos por el dinero!

– Que tenga buena noche.

Y me fuí, sin contar el dinero que recibí.

Que tonto.

Draw Me || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora