Megan: entre la espada y la pared

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El camino hacia el lugar donde Lara estaba detenida fue tenso y cargado de ansiedad. Alex, Cris y Luna se adelantaron, nosotras llegamos unos cinco minutos más tarde. Durante el trayecto, noté la expresión furiosa en el rostro de Cristal y su mirada llena de determinación. No podía culparla, después de todo, también sentía un deseo ardiente de enfrentar a Lara y ponerle fin de una vez por todas. Sin embargo, sabíamos que primero debíamos escuchar lo que tenía que decir, por más despreciable que fuera.

- Cristal, detente un segundo, por favor – se puso frente a mí con preocupación en su mirada

- ¿Estas bien? ¿te duele algo? Podemos ir más lento

- No – me puse frente a ella, posando mis manos en sus mejillas – se lo que piensas y quieres hacerle, pero debes calmarte – apretó nuevamente sus labios y bajo la mirada –

- Quiero matarla, casi te pierdo, Megan – frunció el ceño mientras me miraba nuevamente, había rabia en sus ojos, los cuales se habían oscurecido – y ni siquiera hemos podido... - la interrumpí –

- Ya podremos – me sonrojé – y no me mató, estoy aquí y debemos saber qué es lo que tiene que decirnos, ya después pensaremos que haremos con ella, pero no la mataremos, no somos monstruos como Khan – prométeme que no trataras de hacerlo -

- No la mataré – acarició mi mejilla y sonrió – pero no te puedo prometer que no le daré su merecido

- Cristal – giré los ojos – no eres un monstruo, no te comportes como tal

- Lo soy, Megan, si se trata de ti, lo soy y lo seré siempre, no permitiré que nadie más te vuelva a herir – ladeé la cabeza haciendo un gesto hacia un lado con mi boca. Esa actitud de Cristal no me asustaba, más bien la entendía, yo también haría lo mismo por ella, la defendería con mi vida si fuera necesario y a pesar de no asustarme ni incomodarme sus palabras, por alguna extraña razón, verla así, tan empoderada, protectora y territorial, me excitaba ¡Dios! ¡Cuánto deseaba estar a solas con ella, ahora mismo! –

- Solo contrólate ¿sí? – le di un beso suave y rápido, con el cual suspiró, bajando un poco la tensión de sus hombros –

- No sé cómo lo haces, pero tus besos logran calmarme – me dio una sonrisa tierna y me abrazó - trataré de controlarme

La conversación con Cristal me tranquilizó un poco, aunque percibí que su furia aún se agitaba bajo la superficie. Entendía su deseo de venganza, pero no quería que se dejara consumir por ella y se convirtiera en un reflejo de Khan. Era crucial mantenerla serena, tanto por su bienestar como por el de todos nosotros.

Cuando finalmente llegamos al lugar donde Lara estaba detenida, nos preparamos para enfrentar lo que sea que ella tuviera que decir. La tensión en el aire era palpable, pero estaba decidida a mantener la compostura y escucharla sin perder la calma.

Al estar a unos centímetros de la puerta que nos separaba de Lara, ambas suspiramos, Cristal giró el pomo y entramos sin mirarla, me ayudó a sentarme y me besó la frente, se giró y en un movimiento rápido se dirigió a Lara, quien estaba sentada, con las manos atadas y la golpeó con su puño en el lado derecho de la cara, dejando a la enana en el suelo.

- ¡Cristal! – Luna gritó, yo solo suspiré, de alguna forma, ya me imaginaba que haría algo así –

- Eso es poco para lo que te mereces por casi matarla, maldita enana – Cristal habló calmadamente mientras se arreglaba la blusa roja que traía puesta– ahora, dinos que mensaje traes – Alex volvió a sentar a Lara en la silla, mientras esta escupía sangre –

Herederas de la rebelión, la ultima batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora