Sophia Lopez se encontraba afuera de WORLD BAR, un night club de mucho prestigio, harta de la música electrónica y de el suceso que acababa de presenciar sale a fumar un cigarro.
-¿can I sit here?-dijo un hombre de ojos cafés, cabello negro con un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era una mañana soleada y me estaba preparando para ir a la escuela, era mi última semana antes de que me graduará de bachillerato y fuera a explorar lo que el destino me tenía deparado en Australia.
Me levante de la cama de un salto al oír el sonido del despertador. -¡maldita sea, ya son las 7:30!- exclamé. Sin pensarlo mas, me metí a bañar y me apresuré lo mas que pude para llegar a tiempo al colegio.
Agarre las llaves de mi carro color blanco, me senté detrás del volante y prendí la música; tanto era el volumen que se podía escuchar highway to hell de AC/DC a mas de media cuadra de mi casa.
Sin pensarlo dos veces puse el pie en el acelerador del pedal negro, viejo y desgastado y emprendí mi camino largo hasta el colegio.
-llegas con retardo Sophia- dijo mi maestra de biología con el ceño fruncido.
Miré al reloj, 7:48 -mierda-dije casi susurrando.
La clase empezó y me senté hasta atrás del salón.
desvelada, cansada y desgastada por la noche anterior, pegué un leve bostezo y me crucé de brazos.
-Ya tengo falta, ya para que pongo atención- pensé
-solo una semana Sophie, aguanta, solo una semana mas y te largas de este pueblo-
cerré mis ojos y deje que la voz de la maestra me arrullara mientras ella con mucho interés daba la clase a todos los demás alumnos que prestaban atención. -bullshit- pensé , - esto no me va a servir de nada cuando salga de bachillerato.
¿porque nos enseñan esta mierda cuando podríamos aprovechar este tiempo para hacer algo mas productivo?, la vida es difícil Sophie- pensé
El sonido del timbre interrumpió mis pensamientos indicándome que ya era hora de salir al receso.
Agarré mi fruta y me dirigí hacia la cafetería.
-!SOPHIE!- escuché un grito que provenía de tras mío. -palo. -dije con no tanto entusiasmo con el que ella había pronunciado mi nombre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
