Izuku Midoriya y Katsuki Bakugo se han peleado a muerte. A partir de ahí ambos no saben cómo debe continuar su relación de odio y rivalidades. ¿Deberían ser amigos? No lo saben, pero quizás las cosas cambien cuando sin darse cuenta, empiezan a conoc...
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Le dolía el corazón, cada vez que pensaba en Deku, su maldito órgano se apretaba y saltaba sin control, dejándolo sin aliento, con el estómago dando vueltas y no podía concentrarse en las recomendaciones de All Might y Aizawa luego del combate junto a Jiro.
—Eso es todo, hicieron un gran trabajo. Veo que haz mejorado mucho, joven Bakugo —All Might le tocó el hombro.
—Sí, sí, no me toques —Se alejó. Dio medio vuelta para irse, pero regreso hacía el mayor—, Oi, ¿Dónde está Deku?
Aizawa se giró a verlo y señaló hacía atrás, donde estaban la salida, indicando que ya se había ido. Katsuki asintió sin decir más y se fue en busca del pecoso. Su pecho volvió a doler al pensar en él.
"Necesito verlo"
Al llegar a los vestuarios, busco y busco, pero no estaba. Shoto pasó por su lado y Bakugo lo sujeto del brazo antes de que se fuera.
—¿Dónde está Deku?
A Shoto se le ilumino la mirada. Katsuki no entendió porque parecía tan feliz, pero su pequeña sonrisa no lo engañaba, algo tenía entre manos ese bastardo mitad y mitad.
—Se fue por el pasillo, Kirishima debe saber.
El pelirrojo pasaba y recibió un pulgar de buena suerte de parte de Todoroki. Bakugo se confundió más.
—Pelos de mierda, ¿Dónde está Deku?
—Oh... —Miró a Todoroki y pareció comprender algo— ¡OH VAYA! CLARO, Midoriya se fue a la oficina de All Might, ve rápido —Lo sacó a empujones de los vestuarios.
Entre zancadas se fue a la oficina. Su pecho seguía doliendo y el estómago le cosquilleaba. Quizás debía ir a la enfermería y no en busca del maldito nerd. No, su pecho le decía que debía encontrar a Deku.
Cuando llegó, ni siquiera tocó, abrió la puerta de golpe y ahí lo vio. Quizás fueron solo unos segundos, pero para Katsuki Bakugo jamás había visto tan bien a Deku como lo hizo en ese instante. La luz de las ventanas caían directamente sobre él, su cabello verde brillaba como un frondoso árbol en primavera, sus pecas parecían gotas de oro esparcidas por toda su carita. Sus ojos, aquellos que siempre lo miraron desde que tenía uso de razón, estaban ahí, expresivos hasta la mierda que encajaban perfectos con aquella nariz pequeña y labios abultados.
Por primera vez desde que lo conoció pudo ver a Izuku en todo su esplendor y supo que su corazón dolía no por culpa de Deku, sino por estar lejos de él.
Dio pasos rápidos y lo abrazo, se hundió en aquel aroma de menta y café que desprendía aquel pecoso. No le importó lo necesitado que se veía en ese instante, porque muy en el fondo, sabía que Deku jamás lo alejaría si él daba el primer paso.
Entonces entendió porqué se sentía tan correcto dormir juntos, desayunar juntos y luchar juntos. Ahora comprendía, no daba igual si Deku estaba lejos o cerca, no, él lugar de Izuku era estar pegado a Bakugo, donde él pudiera abrazarlo como en las noches.