C I N C O

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C I N C O

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—¡Margot! ¿Cuánto tiempo? Cada día con mejores curvas. —hablo la pelirubia mientras bajaba del árbol.

—Lea... Cuánto tiempo, cada vez más molesta. Que bueno verte. —respondió antes de poner los ojos en blanco y continuar caminando por el bosque. —¿Cómo estubo tu visita por Asfil?

—¡Super! Nos divertimos mucho. Ya sabes, lo normal. Aún siguen naciendo más novenos. Estoy convencida de que esos niños se convertirán en hombres guapos cuándo crezcan.

—Siempre haces comentarios innecesarios. —dice ella suspirando mientras aún camina.

—Me enteré que andas ayudando a Elías con su niña.... ¿No es un amor? Pero creo que están empezando a sospechar.

La contraria se detuvo en seco, volteando a ver a Lea. Margot levantó una ceja con confusión.

—Digo.... Solo que uno de ellos comento lo raro que era que la niña casi nunca conviviera con nosotros. Y que casualmente nunca la han visto cazando con Elías. —un nudo se formó en la garganta de Margot. Está estaba mal. Debían empezar a hacer algo respeto a eso. —Y parece que no están tan equivocados. Te ves nerviosa.

—Si. Ya sabes cómo son algunos. Sacan conclusiones apresuradas sin saber. —excuso antes de continuar caminando, aún con los pelos de punta. Ésto estaba evidentemente mal. Hella no era un noveno, y si alguien se enteraba, todo ésto se iría a la mierda. La matarían y se armaría un escándalo.

—Deberian empezar a hacerla parte de nosotros. Enseñarle a cazar adecuadamente. Deshacerse de la evidencia. —propuso Lea, siguiendo a Margot a paso lento. —Asi tendrían menos problemas. No habría malentendidos.

* * * *

—¡Elías! —grito golpeando la mesa.

—¿Hola? ¿Puedo pasar? Claro Margot, puedes pasar. Gracias Elías. De nada Margot. —el ojiceleste puso sus ojos en blanco mientras cruzaba sus piernas y se tiraba hacía atrás en su silla.

—No es momento para tu humor. —se sentó en la silla enfrentada a el masculino y lo miró a los ojos. —Estan empezando a sospechar. —fue entonces que esa oración captó la atención del contrario.

—¿Y tú cómo sabes eso?

—Lea, dice que los demás empezaron a hacer comentarios sobre lo sospechoso que es que nunca hayan visto a Hella cazando contigo. O conviviendo con ellos. —dijo la mujer mientras ponía las manos sobre la mesa.

—Puede que Lea solamente te haya mentido.

—Pero si ella sospecha y hace esos comentarios estúpidos. Es porqué ha tenido la sospecha. Y con que solamente una persona sospeché, ya estamos en problemas.

—¿Que estás insinuando? —suspiro con molestia mientras se cruzaba de brazos.

—Que debemos empezar a fingir o hacer que Hella vaya a las caserías con nosotros. —Elias la miró fulminante. Era evidente que odiaba la idea. No quería que su princesa de solamente 6 años de edad viera cómo su padre o sus "tíos" Margot y Estefan también lo hacían.

H E L L A - [Hija de un cazador] ||Basada en DAMIÁN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora