Tobirama fue contratado por Madara Uchiha para escribir un libro acerca de su vida y su actual imperio. Sin embargo, la investigación del periodista lo lleva a secretos e inquietantes hechos sobre los Uchiha, sobre todo, lo que envuelve al interesa...
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 3. Quien sostiene el otro lado de las correas.
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1995
—Tomó la decisión correcta, señor — Izumi se mostró bastante complacida con su aceptación al ofrecimiento que le había hecho.
—Estoy dispuesto a hacer esto, pero sé que no tengo mucho tiempo — él comentó mientras hacía unos garabatos en sus notas. Se habían reunido con la excusa de que tendrían una nueva sesión de entrevista para el libro, inclusive, su fiel grabadora de voz estaba presente a su lado, aunque le había mentido a la mujer diciéndole que estaba apagada —. Así que necesito que me dé la información que requiero lo más pronto que se pueda.
—Lamentablemente, como ya le dije, no puedo dársela directamente, porque me pondría en una posición aún más peligrosa de en la que ya estoy contra esta familia — hubo un breve lapso de silencio en el que ella mordió su labio, nerviosamente —. Sé que en cualquier momento comenzarán a presionar a Itachi para que se divorcie de mí.
No estaba para nada sorprendido de escuchar eso. Después de todo, luego de haberse tomado la noticia de la adopción de la peor forma posible, era de esperarse que esa familia hubiera perdido por completo el poco aprecio que tenían por la pelinegra y decidieran que lo mejor era sacarla del panorama familiar. Aunque, tenía serias dudas de qué tan posible sería lograrlo. Dudaba que Itachi fuera a dejarse manipular para abandonar a su mujer, pero todo el mundo tenía un precio y si Izumi había tenido que acudir a él para impedir que se diera el caso, significaba que la posibilidad existía.
Pero, ¿quiénes la querrían fuera? ¿O en manos de quien estaría la decisión final?
Dudaba que Madara, quien aquella noche había aclarado que lo que hicieran era únicamente su problema, fuera a ser quien la echara de la familia. Más bien parecía algo en lo que Izuna, Fugaku y, por supuesto, Sasuke, estarían de acuerdo y considerando que eran los sucesores del puesto de líder, su palabra podría ser lo suficientemente poderosa cómo para conseguir romper con varios años de fiel matrimonio, injustamente.
—Comprendo... ¿Es por eso que quiere que ventile sus secretos? ¿Prefiere ver hundida esta familia en lugar de su relación?
—No toda la familia se verá afectada, lo que ocultan solo concierne a unos cuantos... Mi esposo y sus dos primos están limpios, por ejemplo — hizo un ademan con la mano, desdeñando la magnitud que podría alcanzar lo que planeaban hacer—. Cuando usted cumpla con su parte, sé que Itachi tendrá de regreso lo que Sasuke le arrebató y luego las cosas serán como siempre debieron ser.
