DAYANNA © [ Dark 1.0 ]

Capitulo VIII

Capítulo VIII.

   Todo se estaba descarrilando de una manera increíble.

   Manoel se había convertido en un ser agresivo, igual a mi pasado o quizás semejante. Era de alguna manera culpable de que su reacción fuese esa hacia Sebastian, pero éramos dos mentes fijadas simplemente a algo que quizás podía ser probable.

   Lo que sí en realidad no era aceptable, era que lo acusara de haber asesinado a Tylor sin antes tener una base o almenos un motivo para que Sebastian llevara a cabo ese acto criminal.

   – ¡Nos estamos volviendo locos! – Grité, seguido de unas lágrimas de desesperación.

   A veces pensaba que era una simple pesadilla o una broma de mal gusto.

   Manoel le había fracturado parte de la nariz a Sebastian y lo arrojó al piso, mientras que él simplemente se quedó tranquilo. No actuó en defensa propia, ya que en su rostro se notaba que no entendía el por qué Manoel decía esas cosas.

   – Manoel, ¿Qué dices? –  Preguntó Sebastian, mirándolo fijamente.

   – Lo siento – Fue la respuesta de Manoel y salió corriendo fuera del apartamento, en lo que parecía ser su ropa de dormir.

   – ¿Qué está pasando Dayanna? – Luego me preguntó.

   Julia me veía aterrada, la verdad esa reacción de Manoel nunca la habíamos visto en todos estos años que teníamos juntos.

   Estábamos cansados físico y mentalmente agotados.

   Nos sentamos en el suelo, en la alfombra peluda de nuestra sala y ahí pude explicarle todo lo que pasaba a Sebastian. Al principio pensó que era una broma todo lo que le había contado sobre los asesinados que habían ocurrido desde que llegamos.

   – No hay manera de que todo eso sea cierto – Expresó.

   – Tienes que creer – Dijo Julia, al verlo fijamente.

   – Tylor al parecer fue víctima también de ese tal Anónimo – Hablé, mientras le enseñaba los mensajes del grupo de WhatsApp.

   – Creo que vio muchas películas de acosadores ese tal Anónimo, ¿No? – Dijo, mientras se quitaba la camisa para poder limpiar la sangre de su cara.

   – ¡No! – Dijo Julia, para que no ensuciara la camisa.

   – En mi habitación tengo pañuelos – Agregó.

   – Descuida, ya la he manchado, no te preocupes, anteriormente me ibas a hacer tragar un ramo de rosas – Dijo, seguida de una carcajada.

   Mi mente estaba en Manoel, en querer poder entender todo lo que pasaba. En saber quién y qué quería lograr Anónimo.

   – Quiero confesar algo – Dijo Sebastian.

   – En realidad si estuve aquí cuando ustedes no estaban... Pero no es lo que piensan, ya la puerta estaba abierta, estaba el personal de limpieza – Agregó, dejándonos en blanco.

   – El edificio no cuenta con personal de limpieza para los apartamentos – Dije algo extrañada.

   – Espera... Pero aquí dentro estaba un chico, era algo extraño, pero me dijo que era el de limpieza – Enfatizó con seguridad Sebastian.

   – ¿Cómo era el chico? – Le Pregunté.

   Sebastian me miró y Julia estaba aún más nerviosa, tanto así que se levantó y empezó a entrelazar los dedos de sus manos.