Capítulo XXI.

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Capítulo XXI.

   – No es posible que hayas hecho todo esto, Nico – Le dije al voltear, supe que me había seguido.

   – Todo lo hice por ti – Respondió con simple afirmación.

   Parecía que estaba tratando con un desquiciado que había transformado todo a su manera de percibir. No era para nada romántico hacer tales cosas por amor o admiración.

   – Quise enseñarte todo lo hermoso que era la perfección humana en todo su esplendor, Dayanna – Agregó, al hacer gestos con sus manos.

   – ¿Por qué usas vendas en todo tu cuerpo? – Le pregunté.

   Guardó un silencio incómodo por unos segundos. Al parecer esa pregunta era muy íntima de responder.

   – ¿Puedes acompañarme?, Quiero mostrarte una última cosa – Dijo al voltearse de vuelta hacia donde habíamos venido anteriormente y caminó.

   Detrás de él, fui caminando, dando pasos lentos para no estar tan cerca.

   – Esto te gustará – Enfatizó al seguir su paso.

   Llegamos nuevamente a la habitación de maniquíes, cuando de repente se escuchó el ruido de un disparo en el instituto.

   – ¿Qué ha sido eso? – Le pregunté algo aterrorizada.

   – Es justamente lo que te quiero mostrar – Dijo.

   – Tus amigos han entrado en la jaula de un experimento – Agregó, llenando de dudas mi manera de pensar.

   Se colocó frente a un gran espejo que no había visto cuando entré a esa habitación. Junto a él, se posaba un maniquí con forma de dama de gabinete. Una de sus manos él pudo girar, parecía ser una palanca que abría alguna puerta. Solo la giró y luego empujó el espejo, donde se ocultaba la entrada hacia una planta subterránea.

   Bajamos una escalera que parecía ser de unos treinta escalones.

   No podía creer todo lo que se ocultaba bajo el instituto Lombardo. Era una mansión oculta, aunque las divisiones de las zonas no eran divididas por ninguna pared, todo se podía ver desde que entrabas.

   Pude observar una pequeña sala donde se podía ver un acuario, pero dentro de él no se podía ver ni un solo pez, aunque estaba muy limpio. En otra sala se podía ver cientos de fotografías, y entre ellas, la mía era la principal, la que en medio de todas se encontraba. Parecía ser que estuvo estudiando a las personas que eran más allegas a mí.

   Estuvo tachando con una equis, en pintura negra, las personas que fueron siendo víctimas de sus juegos. Hubo notas pegadas en esa pared junto a esas fotos.

   "Carlot Russo, tropezó con Dayanna el primer día que ingresó"

   "De 9:00am a 2:00pm, horario de clases de martes a viernes"

   "Asiste a las duchas a las primeras horas"

   Notas que fueron puestas al lado de la chica que fue asesinada el primer día de clases. Lo hizo parecer un suicidio ante muchos, pero nunca fue así.

   Esas no fuero las únicas notas que pude observar. Estuvo viendo cada paso que hice en el instituto desde que llegué y mucho antes al parecer. Cada muerte que fue ocurriendo, estuvo haciéndolo para dedicarme la oportunidad de poder contemplar la perfección humana, poder ver lo perfecto que era un cuerpo vacío, sin sentimientos, sin miedos, sin vidas.

   Pude dejar salir mis lágrimas encarceladas que no quise, hace unos minutos, dejar salir. Mi obsesión con esta perfecta forma de administración había convertido a Nico, en un ser inhumano.

DAYANNA © [ Dark 1.0 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora