Día 4: Doméstico

367 37 22
                                    


La rutina no era algo que nos agotara, no era algo molesto para nosotros. Llevábamos un año y medio viviendo juntos, poco a poco nos conocíamos las costumbres, las malas mañas y cuando uno de los dos tenía un buen día o no. Las pesadillas poco a poco eran una vez al mes, dormíamos uno encima del otro, aunque fuera verano, una pierna debíamos tener encima del otro si o sí.

Los festines eran de parte de Jean, sabía cocina muy bien, yo me dedicaba a la parte de los postres y preparar el café para las tardes más heladas. Jean trabajaba de lunes a viernes y el último hasta medio día, por mi parte, me dedicaba a ver la vida pasar luego de tanto tiempo trabajando, sin embargo, ya quería encontrar algo en que dedicar mi tiempo, tal vez podría buscar un trabajo en alguna escuela y ayudar a los maestros o buscar algún hobby que me dejara algún aprendizaje cada día.

Para las fechas importantes acompañaba a Jean a los eventos del gobierno, aun habían miradas recelosas de nuestra presencia en aquellas situaciones, pero no íbamos a ocultarnos más, no íbamos a vivir con la supuesta traición con la cual nos querían encasillar. Los malos comentarios de los más antiguos eran inevitables de escuchar, sin embargo, mutuamente nos apoyábamos. Mi ahora, esposo, se mantenía a mi lado todo el tiempo, no nos alejábamos uno del otro y cuando llegábamos a casa nos desahogábamos por horas al sacarnos los zapatos incomodos y las ropas ajustadas.

Con Jean nos habíamos casado a los meses después que cada uno dijo aquellas palabras tan importantes. Un "te amo" no era algo a la ligera, era algo significativo y profundo, para ambos. Fue una noche de invierno, estábamos en el balcón de nuestro hogar viendo los primeros copos de nieve caer en Trost, eran un ambiente acogedor y muy festivo, las luces en la calle, la decoración por los festivales de invierno y la música sonando detrás.

"-Te amo, te amo, te amo -La voz melosa de Jean contra mi cuello mientras me hacía cosquillas con un par de besos y su barba era el toque perfecto para aquella noche tan mágica."

"-Y yo a ti, te amo, te-... J-jean, hace cosquillas -Dije entre risas al tiempo que me encogía para evitar aquella sensación. Sus brazos me sostenían desde atrás y él más se encimaba en mí para llenarme de besos."

"-Tanto que nos amamos, deberíamos..."

Lo miré por encima del hombro por unos segundos antes de mirar al cielo, las nubes blanquecinas dejaban caer sus copos de nieves mientras el tiempo que congelaba.

"-Deberíamos casarnos -Dije suavemente apegando mi espalda a su pecho sintiendo el calor tan propio de él."

Pude sentir como se tensó, sus brazos dejaron de hacer presión contra mi cuerpo y el ambiente cambio. ¿Había dicho algo incorrecto? ¿Nuevamente había dicho las palabras equivocadas en el momento inoportuno? Una sensación de terror me domino, bajé el rostro para no ver alguna expresión en su rostro que me partiría el corazón y me dejara sin la felicidad momentánea que estaba viviendo en ese mismo momento.

"-Y-yo yo lo siento, no quise-... -Comencé a alejarme, pero él afianzó uno de sus brazos en mi cintura y apoyo su mentón en mi hombro."

"-Siempre un paso más adelante, Ackerman, creo que jamás podré sorprenderte en nada por lo que nos resta de vida".

En ese momento se mueve de su lugar para soltarme suavemente y colocarse frente a mí. Desde el bolsillo de su sudadera de andar por casa sacó una pequeña cajita de color azul, aterciopelada y al abrirla podía ver dos argollas de plata, una de ellas tenía unos diamantes pequeños de un color blanco muy elegantes.

"-Tal vez, tenías otros planes, tal vez no estaba en tu camino de vida que yo este contigo, sin embargo, al parecer, teníamos que terminar juntos por alguna razón. Quiero pensar que estoy haciendo un buen trabajo y adorándote todos los días al máximo, quiero hacerte feliz, quiero amarte hasta el último de nuestros días... Mikasa ¿Quieres casarte conmigo?"

Jeankasa Week [ 2023 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora