CAPITULO 2 ; ESCAPE

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"Sabía que volverían por mí", decía Jano con tono burlón.

"Cállate y toma tu arma", respondió el guardia en tono agresivo.

En ese momento, Jano y el guardia salieron al exterior y quedaron impactados por lo que vieron: la aldea estaba destruida, había montones de Endermans por todas partes y desde las torres salían rayos dirigidos al dragón. Pero lo que realmente impresionó a Jano fue la visión de un gigantesco dragón negro, con ojos morados, garras capaces de atravesar a diez hombres juntos, y que lanzaba bolas de fuego con diferentes efectos desde su boca.

Jano no sabía qué hacer, así que comenzó a luchar contra los Endermans. Eran demasiados y sus puntos de vida llegaron varias veces a 3/20. Sin un equipo, no podía seguir adelante. Decidió salvar a un grupo de soldados que estaban a punto de morir para liderar ese pequeño equipo. Con su ayuda, todo se volvió más fácil.

"¡Ahora!" gritó Jano. Un soldado con escudo se lanzó contra varios Endermans.

"¡Cambio!" fue entonces cuando los demás comenzaron a atacar para defender al soldado cubierto, logrando acabar con 3 Endermans.

"Jano, gracias por todo y por habernos salvado, pero esta aldea no tiene salvación", dijo uno de los soldados en tono de desesperación.

"Lo sé, pero al menos quiero morir peleando. De todos modos, me seguirían usando como arma", respondió Jano.

"No tiene por qué ser así. Puedes huir, nosotros te cubriremos para que puedas llegar al portal a salvo. Eres muy joven y tienes mucho potencial. No puedes morir aquí", dijo otro soldado.

Fue entonces cuando, en equipo, los 4 soldados y Jano corrieron hacia el portal.

Una vez allí, le enseñaron a Jano lo básico de la interfaz del juego: cómo abrir y usar el inventario, qué son las gemas y cómo construir.

"Mucha suerte, Jano", dijo uno de los soldados.

"Adiós y muchas gracias por todo", se despidió Jano.

Era su primera vez ingresando al portal, por lo que todo era una nueva sensación para él. No sabía cómo era el otro mundo, nunca había tenido la oportunidad de ir al Overworld, por lo que no sabía qué tenía que hacer.

En cuanto atravesó el portal, apareció en medio de un bosque en plena naturaleza. Jano nunca había visto nada igual. El cielo era brillante y el viento cálido y agradable. Había plantas y árboles por todas partes, y el agua era cristalina. Era un paisaje simplemente hermoso a sus ojos. No sabía nada de este mundo y tuvo que ir descubriendo todo poco a poco. Caminó, investigó, exploró y se mantuvo curioso durante todo su viaje. Sin embargo, cuando oscureció, se dio cuenta de que aún no tenía un lugar donde quedarse. Decidió refugiarse en una cueva. No extrañaba su vida anterior, se sentía tranquilo. Incluso la piedra de la cueva era reconfortante. Estuvo a punto de caer dormido cuando escuchó un sonido... una pisada...

"¿Quién anda ahí?" preguntó Jano preocupado.

"No es divertido. Si quieres pelear, ven y muéstrate", amenazó Jano.

En ese momento, una figura humanoide emergió de las sombras. Jano nunca había combatido algo que no fueran Endermans, así que esto fue aterrador... Un zombie se acercaba en su dirección. Con mucho miedo, Jano empuñó su espada y lo enfrentó. Se dio cuenta de que la vida del zombie no era muy diferente a la suya: tenía 20 puntos de vida. El cursor era rojo, indicando que era hostil. Jano se lanzó sobre el zombie, clavándole la espada en el pecho. Sorprendentemente, el zombie parecía no importarle o no sentir dolor a pesar de haber recibido mucho daño. Jano retiró su espada del pecho del zombie y la clavó en su cabeza, poniendo fin a su vida. Jano se preocupó por los demás peligros que pudieran existir en este mundo.

"Este mundo parece ser tan hostil como el otro", pensó Jano con preocupación. "No debería andar tan despreocupado. Quizás deba construir una casa. Aunque no sé cómo hacerlo, primero tendré que conseguir los materiales necesarios..." reflexionó Jano en su mente.

Fue a conseguir un poco de madera y construyó un refugio temporal para pasar la noche. Al amanecer, Jano deshizo su refugio y se dispuso a obtener materiales. Construyó una pequeña casa cerca de un lago, donde parecía ser una zona tranquila. Sin embargo, sabía que pronto tendría que explorar más allá. Con el paso de los días, estudió el comportamiento de los monstruos: arañas, zombies, esqueletos, creepers y otros.

Se dio cuenta de que solo salían por la noche, por lo que durante el día era relativamente seguro salir, excepto en las cuevas donde aparecían monstruos sin importar la hora. Si quería explorar, debía tener cuidado.

Un día, decidió ir a minar para obtener minerales. Tomó un pico que había robado de la aldea antes de huir y se dirigió a buscar una cueva. 

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