CAPITULO 8 ; DESCONOCIDO

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"Está bien, podemos entrar a echar un vistazo solamente, pero no quiero que estemos ahí mucho tiempo. No sabemos qué puede haber adentro. Echamos un vistazo, regresamos a la casa, dormimos, recogemos lo necesario y regresamos, ¿ok?" dijo Jano mientras ideaba un plan.

"Está bien", respondió Null.

Acto seguido, se acercaron al portal.

"Te recomiendo que tengas un cristal de teletransportación a mano", sugirió Null siendo precavida.

"No tengo de esos cristales, solo tenía uno de sanación y es el que usé contigo. Tristemente, no podré teletransportarme a casa si algo malo sucede. Si algo ocurre ahí dentro, vete. No quiero arriesgar más tu vida", dijo Jano con tono de autoridad.

Null no tomó bien eso y acto seguido dijo: "Mira, si arriesgas mi vida o no, ese es tu problema, pero yo igual sé protegerme. Ese esqueleto me tomó por sorpresa. Si me hubiera atacado de frente, hubiera sido diferente. De cualquier modo, no soy una niña débil a quien tengas que proteger. Sé cuidarme sola". Acto seguido, entró al portal primero.

"¡Aaaghhhh!" se quejó Jano y entró al portal de inmediato.

Dentro, era indescriptible lo que veían. Jano no podía creer que ya había visto tres dimensiones diferentes. El End era oscuro, con un clima frío y tierras infértiles. El Overworld era el lugar más apto para la supervivencia humana, con las mejores condiciones. Y ahora este lugar, lleno de piedras de un tono rojizo, lagos de lava que se extendían por kilómetros, árboles azules y rojos por todas partes, y una especie de piedras brillantes en el techo. Además, había nuevas especies, como cerdos humanoides, cerdos zombificados, fantasmas voladores y cerdos mutantes (no se que tiene mojang con los cerdos). Pero lo más destacado era un castillo hecho de ladrillos rojo vino tinto. Decidieron salir de ahí.

"Wow, la verdad no esperaba encontrar todo un nuevo ambiente aquí", dijo Null sorprendida.

"Nunca habías ido a otras dimensiones?", preguntó Jano con una risa burlona.

"Pues no, es la primera vez que voy a una, y la verdad no esperaba un cambio tan drástico como este. Deberíamos salir antes de que alguien nos vea", dijo Null apurada.

"Me parece bien, salgamos de aquí", accedió Jano.

Luego decidieron ir a la casa de Jano, pasaron la noche allí y por la mañana decidieron volver. Cuando salió el sol, Null se despertó, pero Jano seguía dormido, así que Null decidió despertarlo.

"Ey, Jano, despierta. ¿Vamos a ir al portal o no?" preguntó Null.

Por alguna razón, Jano vio a la chica que había visto en una de sus visiones en lugar de ver a Null. Cuando volvió en sí, se quedó triste, pero aun así decidieron ir.

Una vez allí, Null decidió darle a Jano un cristal de teletransportación para que, en caso de que ocurriera algo malo, tuvieran una forma de huir.

"Bueno, aquí vamos de nuevo. ¿Estás listo? Ahora sí vamos a explorar bien. Estoy emocionada", dijo Null bastante alegre.

"Bueno, yo tengo miedo más bien. No sabemos qué vamos a encontrar ahí dentro", dijo Jano preocupado.

"Bueno, eso es lo divertido. ¿Qué chiste tiene ir a explorar algo que ya sabes cómo es?", respondió Null con una sonrisa.

"Supongo que tienes razón, pero aun así debemos ir con cautela, ¿ok? No quiero que nos ocurra algo como lo de ayer", agregó Jano.

"Está bien, está bien, papá. Como tú digas", dijo Null siendo sarcástica.

"¡Aghh, solo vamos con cuidado, ¿sí?" respondió Jano mientras cruzaban el portal.

"No te preocupes, yo te cubro la espalda", dijo Null con seguridad.

Una vez allí, decidieron ir a investigar el castillo que habían visto el día anterior, pero estaba bastante desgastado. No creían que se fueran a encontrar nada ahí...

"Bueno, llevamos como 10 minutos sin encontrar nada, solo son ruinas de un castillo hecho por quién sabe quién. No sabemos si hay una civilización por aquí, así que debemos tener el doble de cuidado", dijo Jano con miedo.

Los chicos siguieron investigando hasta que por fin encontraron un cofre.

"¡Oh, ¿qué es eso?" preguntó Null.

"Es un cofre", agregó Jano.

Ambos se acercaron a revisarlo y sus sospechas eran ciertas. Abrieron el cofre y, aparte de encontrar telarañas, encontraron otras cosas útiles como un cristal de curación y uno de sanación, pociones, diamantes y una montura.

"Bueno, ¿quién se queda con los cristales?" preguntó Jano.

"¿Cómo que con "los"? ¿No sería uno para cada quien?" preguntó Null confundida.

"El tema es que los cristales son de sanación y curación, son intransferibles entre nosotros, así que uno de los dos debe tener los dos para que, en caso de necesitarse, se cure a sí mismo o cure al otro. Digo esto porque si yo tuviera el de sanación y tú el de curación, por ejemplo, solo podríamos curarte a ti y yo me quedaría en peligro", explicó Jano.

"Cierto, no había pensado en eso", respondió Null.

Decidieron que Null se quedara con los cristales y siguieron su camino. Mientras caminaban por el castillo, vieron salas vacías, pasillos largos y sin terminar o destruidos por el paso del tiempo, y salas que parecían tener una especie de bloque con rejas en el centro, entre otras cosas.

Al pasar por un pasillo expuesto porque no tenía techo, encontraron una sala que parecía tener un bloque de rejas con fuego y una criatura dentro. Se acercaron sin saber qué les esperaba...

"Hey, ¿qué es eso?" preguntó Null.

"Pues... no sé, parece uno de los bloques que vimos antes, pero este parece estar prendido", intentó razonar Jano.

En cuanto se acercaron, salió humo del bloque y de ese humo salieron dos criaturas que parecían ser fuego viviente y consciente, con varas alrededor que giraban. Como era de esperarse, estos enemigos tenían un cursor naranja, indicando que eran enemigos, pero Jano y Null no sabían a lo que se enfrentaban... 

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