make 'em remember you

CAPITULO 16 ; MIEDO

A la mañana siguiente, los tres se fueron a buscar cualquier tipo de recurso útil, ya que solo tenían su ropa y necesitaban abastecerse. Lograron conseguir plantas, comida y algunas armas improvisadas. Sin el equipamiento adecuado, su progreso sería limitado, así que decidieron explorar en busca de un poblado con mejores herramientas. Después de mucho buscar, llegaron a un pequeño pueblo que vivía en paz. Aunque tenía su seguridad, los guardias no eran muy capaces. Decidieron hacer un trato para quedarse allí: entrenarían a los soldados del pueblo a cambio de refugio y recursos.

Accedieron al trato y los chicos se asentaron durante unos días mientras conseguían lo necesario y comerciaban lo que podían. Curiosamente, nadie de los elegidos había muerto, ya que no había aparecido el cegador. Esto no extrañaba a nadie, pues todos eran muy capaces y no morirían fácilmente.

Pasaron los días y los chicos se armaron con armaduras de malla reforzadas con cuero. Aunque simple, era mejor que nada.

"Con este último remache, mi armadura está lista. Oye, Jano, ¿esta vez sí vas a vestir armadura?" preguntó Null con tono burlón.

"Supongo que sí, pero aún no. Me rehúso a usar eso. Si no soy capaz de sobrevivir con mi propia habilidad, tal vez no merezco vivir. Si muero, ya saben por qué fue" respondió Jano muy seriamente.

"Bien, pero al menos deberías usar una armadura ligera, aunque sea en el pecho y la espalda. Tú decides si quieres vestir más o no, pero te recomiendo eso" dijo Xarvox.

Jano simplemente se quedó callado y salió de la habitación en la que se estaban armando.

"¡Hey! No olvides tu espada" gritó Null.

Cuando finalmente lograron armarse y conseguir herramientas para sobrevivir, decidieron dejar el lugar para construir su propia base.

Visitaron varios lugares, pero una planicie les pareció lo mejor. Podrían defenderse de los enemigos con arcos, construir paredes resistentes y elevar su base si fuera necesario. Parecía la base perfecta, así que se pusieron manos a la obra.

"Bien, yo voy a conseguir la piedra. Estaré en una mina, así que deséenme suerte" dijo Xarvox.

"Voy contigo. Las minas parecen ser lo más peligroso, ya que siempre aparecen monstruos allí —mencionó Jano.

"Me quedo a conseguir la madera entonces. Tengan mucho cuidado" les advirtió Null.

"¿Quién te crees que somos, Null? Podemos sobrevivir a todo" dijo Jano mientras se reía y se daba la vuelta.

Una vez en la mina, los chicos se cubrían las espaldas constantemente. Ninguno quería morir, y Jano seguía sin armadura.

"Amigo, de verdad deberías usar armadura. Mira, la que traemos Null y yo no es muy buena, pero es mejor que nada" le mencionó Xarvox a Jano.

"Aunque es cierto que esa armadura es mejor que nada, no quiero usarla" respondió Jano.

"¿Por qué? Digo, no tienes nada que perder. En cambio, te ayudan a ser un poco más fuerte" insistió Xarvox.

Jano, sabiendo que su piel, huesos, músculos y órganos eran más resistentes debido a la sangre enderman en sus venas, solo se quedó callado. Tras una pausa, respondió:

"Me hacen ir más lento."

"Sí, pero eso no es excusa. A menos que sea una armadura muy pesada, no debería haber problema" volvió a insistir Xarvox.

"¡Mira, ahí hay hierro!" Jano interrumpió a su amigo.

Siguieron minando y consiguiendo minerales y recursos.

"Creo que deberíamos volver a la base" dijo Xarvox.

"Aún es muy temprano y Null no creo que tenga problemas mientras sea de día" respondió Jano.

Siguieron cavando y encontraron las ruinas de una mina abandonada. Parecía llevar allí más de 100 años, aunque era incierta la edad de aquella estructura. Había pasadizos con rieles y vagonetas oxidadas por el paso del tiempo. Aún había antorchas, apagadas claro. Habían ciertos cofres y esqueletos, curiosamente, había esqueletos con vida vestidos con ropa de minero.

"Mira, ahí parece que hay algo" observó Jano.

"Parece una mina abandonada" respondió Xarvox.

Fueron interrumpidos por una flecha volando hacia ellos.

"¡Atrás!" gritó Jano mientras retrocedía para esquivar la flecha.

Era un esqueleto con prendas andrajosas de un minero. Xarvox se congeló al ver eso y fue descongelado por Jano.

"¡Hey! Atento, al esqueleto le da igual cómo te sientas, te va a seguir atacando. No pierdas la concentración de nuevo, te podría costar la vida" le advirtió Jano.

Seguido de eso, ambos corrieron hacia el esqueleto por lados diferentes para desviar sus ataques mejor. El esqueleto trató de dispararle a uno de los chicos, pero reflejó fácilmente la flecha mientras el otro atacaba al esqueleto. Sin querer, Jano se resbaló mientras atacaba al esqueleto y terminó cayendo en un lugar lleno de esqueletos, algunos con picos y otros con arcos. Xarvox bajó a ayudarlo porque no podía solo con tal cantidad de esqueletos.

"No estás solo, amigo" le dijo Xarvox.

Seguido de eso, terminaron en una pelea contra docenas de esqueletos que trataban de matarlos. Xarvox se abalanzó contra ellos en un intento de matar a algunos, pero los arqueros dispararon al mismo tiempo. Xarvox intentó cubrirse con su espada, pero solo logró cubrir algunas flechas. Afortunadamente, la mayoría de las flechas acertaron en la armadura de Xarvox, sin penetrarla. Jano, por otro lado, estaba peleando contra los mineros. Xarvox estaba asombrado de cómo Jano lograba esquivar ataques de tantos enemigos al mismo tiempo.

Jano logró derrotar a algunos esqueletos con su espada, mientras que su vida también iba bajando debido a la cantidad de enemigos. Aun así, los dos lograron terminar con la mayoría y decidieron escapar.

En ese momento, se encontraron con más enemigos en su camino: arañas, zombis, más esqueletos y unas criaturas que no habían visto antes, que parecían cerdos mutados verdes. Ambos corrieron contra los enemigos y los mataron uno tras otro hasta que llegaron al cerdo mutado. Uno de ellos le clavó la espada al cerdo, pero este explotó, dejando a Xarvox al borde de la muerte.

"Quédate atrás de mí. No voy a dejar que mueras. Ninguno sabía lo que hacía ese cerdo, así que está bien. No te preocupes, yo me encargo" dijo Jano, también con poca vida.

Mientras Xarvox se regeneraba, veía a Jano pelear y se daba cuenta de que Jano utilizaba todo su cuerpo para pelear: desde sus pies hasta los dedos. Saltaba, giraba y utilizaba cada centímetro de su cuerpo para ser más ágil.

Una vez recuperado, Xarvox dijo:

"¡Ya estoy bien! ¡Podemos continuar!"

Jano solo pensó para sí mismo: "Estoy muy cansado..." y continuaron su camino.

Mientras seguían caminando a través de las cuevas, alcanzaron la subida cerca de donde estaban. Lograron escalar y sellar esa subida.

"¡Wuuuuu, lo logramos hermano!" gritó Xarvox con alegría.

"Lo logramos, hermano" dijo Jano mientras tosía.

Xarvox volteó a ver la vida de Jano y vio que estaba mucho más baja que la suya. Se quedó pensando que lo pudo haber ayudado más.

En ese momento, el cegador apareció frente a los dos. Un cráneo humano sin alma abriendo su boca lentamente al sonido de un campanario aturdidor. Ambos quedaron cegados.

"¡Null!" gritó Jano.

"¡Null!" gritó Xarvox.