San estaba escribiendo un par de cosas en su oficina. O al menos eso intenta hacer desde hace media hora. De no ser porque su vista se desvía a las imágenes de las cámaras de seguridad hubiera terminado su trabajo mucho antes.
WooYoung era una mariposa social, yendo de un lado a otro saludando y conociendo; por una parte está bien ya que su compañero conoce a los trabajadores y sus instalaciones, por otra, San no lo quiere lejos. Lo quiere allí a su lado donde nadie más pueda verlo.
–Mío.
Agarró su celular y le marcó.
En la cámara siete, vió como WooYoung sacaba el teléfono y miraba luego a la cámara antes de contestar.
–¿Si, señor Choi?
–Aquí, ahora. -y le cortó.
WooYoung suspiró y se despidió de la persona con la que hablaba antes de ir de regreso a las escaleras, porque el ascensor estaba en mantenimiento.
San lo siguió hasta verlo llegar a su pasillo y llevó la mirada nuevamente a su computador.
–Aquí estoy, Sannie.
–Si, ya te ví.
–¿Para qué me necesitas? -WooYoung caminó hacia su escritorio.
–No te muevas de aquí de nuevo o voy a reprenderte.
–¿Oh? ¿Reprenderme? ¿Por salir?
–Si. Eres mi asistente, no tienes que andar deambulando por ahí, además llevo a tu bebé, ¿y si nos pasa algo?
–Está bien. Me quedaré aquí ya que me necesitas tanto. -el alfa rodeó el escritorio.– ¿Tienes hambre? ¿Algo que quieras pedir?
–No tengo hambre todavía. Repíteme la agenda de hoy.
–De inmediato. -sacó la pequeña libreta del bolsillo de su pantalón.– A las once, es decir, en treinta minutos, tiene una reunión con la CEO Nana. A las doce es hora de su almuerzo y las vitaminas bebibles que le indicó el doctor Kim. Usted y el jefe del nuevo piso quedaron en encontrarse a las dos para revisar los diseños para los trajes de novio y vestidos de novia. A las tres ya los de mantenimiento deberían haber terminado con el ascensor y las cinco es hora de salir.
–Bueno. -San se dió cuenta de que tenía que terminar rápido ese documento.– Agh.
–¿Qué pasa? -WooYoung se arrodilló y le agarró el estómago.– ¿La bebé está intranquila? ¿Te sientes mal? ¿Quieres agua?
San lo miró y después se llevó las manos a la cara.
–Quiero un abrazo. -sollozó.
WooYoung se descolocó. Hace un segundo San estaba bien y ahora estaba llorando.
–E-Eh, si, amor, tranquilo, aquí estoy. -se levantó otra vez y lo sostuvo en sus brazos.– Ya, Sannie, lo estás haciendo bien, ¿es que estás cansado? Entonces puedes tomarte un momento, descansa y yo me encargo de esto.
–P-Pero es mi trabajo.
–Yo puedo hacerlo, Sannie, yo hacía estas cosas siempre.
–¿Seguro?
–Si. Soy bueno.
San rompió en llanto.
–Quiero irme a casa y dormir.
"Ay dios." WooYoung le acarició el cabello.
–Pronto, Sannie. Oye, ¿qué tal si te acomodas en el sofá, cierras los ojos y descansas un rato mientras yo trabajo aquí? Oh, ¿qué opinas de mandar a traer el sofá grande que tienes en tu departamento? Sería mejor.
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El Secreto de San (9) WooSan
FanfictionTodo el mundo conoce a Choi San como el despiadado, mandón y amargado Jefe Omega de Treasure; y como en toda empresa de gran prestigio, corren rumores sobre la sexualidad del Jefe Choi, muchos divagan sobre que se trata de un Frígido, que estuvo en...