Capitulo Final: Familia de Tres

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Diez meses

–Jovencita, venga aquí inmediatamente.

NaKyum soltó las llaves de la casa.

¡Appa! -apuntó inmediatamente a WooYoung.

–Si, NaKyum, yo me llevé las llaves a la boca. -el alfa puso los ojos en blanco.

NaKyum gateó hasta su papá omega y puso su mejor carita inocente.

San la agarró y la levantó.

–Eso no se hace, señorita, ahora mismo nos vas a hacer llegar tarde a Treasure y tenemos que lavarte los dientes.

¡No!

–Si, señorita. Las llaves no van en la boca. Las llaves tienen su sitio y nadie las tiene que quitar se ahí.

NaKyum comenzó a llorar mientras San se la llevaba al baño.

WooYoung se quedó en la sala, agarró las llaves y adelantó un par de cosas, como meter unos documentos en el maletín de San y organizar la agenda de su esposo.

Se venían grandes cambios.

En un par de meses iban a desplazarse a Daegu. San no estaba seguro de dejar a alguien ocupando su puesto como CEO de Treasure en Seul, por lo que tomó la arriesgada decisión de centralizar la marca, por lo cual, para cada decisión, sea de la sede de Seul o la de Daegu, tenían que dirigirse únicamente a él.

Sería muy cansado, pero no le confiaría a nadie el lugar por el que se esforzó tanto, al menos por ahora.

Con WooYoung a su lado se sentía invencible, así que sentía que podría llevar eso. A parte, WooYoung no es ningún estúpido, está bastante metido en el trabajo que San hace. Conocía bien los términos, juegos y maniobras del campo laboral, así que también podía hacer el trabajo de San, bajo la clara supervisión de su esposo, obviamente. Porque podrá conocer los aspectos técnicos industriales, pero no los textiles.

¡Appa! ¡Appa! -oía los llamados de socorro de su hija desde el baño.

Que señorita tan complicada. Tenía el carácter de San.

A NaKyum no le gustaba ser regañada, sobretodo por San, por lo que cuando el omega se enojaba, ella pedía ayuda inmediatamente a su otro padre, que a veces, si iba en su auxilio, pero en situaciones como esa, no podía intervenir.

Su bebé podía haberse tragado las llaves o enfermarse. Las llaves están sucias. Pasan de mano en mano, tienen muchos gérmenes. Definitivamente no era buena idea tenerlos en la boca de una niña.

Ni de un adulto.

Y el "castigo" de San era más que necesario. NaKyum debía tener limpia su boca.

Cuando San volvió con la bebé, ella tenía sus ojos llorosos y extendió sus manitos en dirección al alfa.

–Mi pobre bebé. -a WooYoung se le apretó el corazón a cargó a su hija.– Ya pasó, mi niña. Ya aprendiste tu lección, sabes que no te puedes llevar las llaves a la boca, no lo harás de nuevo y Sannie no te va a obligar a cepillar tus dientes.

La bebé movió su cabecita y la apoyó en el pecho de su padre.

–WooYoung. No hay que ser blandos. Debemos ponerle carácter o hará lo que se le venga la gana. Llaves no. ¿Me oyes, NaKyum? ¡Llaves no! Las llaves no van en la boca.

La bebé esnifó su naricita y movió otra vez su cabeza.

–Bien, no quiero volver a repetirlo. ¿Mi maletín?

El Secreto de San (9) WooSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora