𔓕 . O18

323 40 66
                                    

Daban pasos sobre el césped del grande bosque, la luz solar del atardecer rebotando en los árboles dando una sensación cálida y cómoda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Daban pasos sobre el césped del grande bosque, la luz solar del atardecer rebotando en los árboles dando una sensación cálida y cómoda. Sin embargo, el ambiente era pesado en este caso.

Todo estaba en total silencio. De la boca de Purple no salió ni una sola palabra, no obstante sus pisadas eran algo fuertes.
Estaba enojado, eso era algo obvio, supongo que enojado por la situación, el estrés o con el mismo, quién sabe, quizá todo lo anterior. Pero era muy extraño que no formara un escándalo como siempre lo hace, en su lugar, simplemente seguía con la vista pegada en encontrar algo que no sea árboles y ramas tiradas en el suelo.

Aunque solo fuese un bosque, el ambiente era gélido, el frío viento acariciando sus pieles, al mismo tiempo solo oyendo a este mismo. El naranja se mantenía en silencio, no queriendo perturbar el ambiente, pero muchas preguntas no respondidas rebotaban en su subconsciente.

¿Otra vez un incendio? ¿En serio? Empezaba a creer que tenían una maldición o algo parecido, o simplemente esto pasaba más seguido de lo que creía y no de había dado cuenta. ¿Cuántos lugares prendieron en candela estos delincuentes? Era algo que posiblemente jamás sabrá.

Fue un completo caos y no terminó como esperaba... Bueno... Nadie tiene la culpa...

Notó que purple apretaba con una considerable fuerza su puño. Se aproximaba una tormenta en verano.

Tomó una bocanada de aire.

—Hey purple... —se le acercó un poco estando detrás.

No hubo respuesta ni mucho menos Purple se detuvo a escucharlo.

El silencio de Purple no le agradaba en lo absoluto.

—Tomemos un descanso — sugirió el naranja y le tomó de la mano buscando un lugar con la mirada—, ya recorrimos muc...

—¡No me toques! —apartó su mano agresivamente, por fin volteando a verlo a la cara. Mantuvo su ceño fruncido todo el camino.

Al naranja le tomó por sorpresa esa repentina reacción.

—Oye, perdona. Pero no te desquites conmigo. —se molestó un poco también.

—¿Desquitarme contigo? —cuestionó el morado, alzando una de sus cejas—. ¡Pero si todo esto es tu culpa!

King se indignó. ¿Ahora le echaba toda la culpa en la cara con mucho descaro? Como no, ni que fuera algo nuevo.

—¿Disculpa, pero mi culpa? —señaló a su persona, incrédulo de sus palabras— ¡Tu fuiste el de la broma, tu trajiste esos perros y yo solo acepté! ¿Cómo carajo es esto mi culpa?

King también empezó a enojarse más de lo normal, ya totalmente harto de la actitud del morado.

—¡EXACTO! ¡Es tu culpa por permitir esto! Me diste la libertad de hacer lo que quiera. Y mira como acabó todo.

two flowers . one love ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora