Ann
¿¡El acaba de poner un chupete en mi boca?!
Ann: Que haces?! -escupí la cosa gomosa-.
Mark: Serás mi bebé Ann, y las bebitas como tu usan chupones -me sonrió y me tomó en brazos-.
Ann: No me toques! -lo empujé haciendo que me suelte- no seré ninguna bebé, idiota! -le grité en la cara-.
Mark: Vamos Ann, no te hagas la tonta -se levantó del sofá con una sonrisa sarcástica -sé que conoces lo que es el ABDL y sé lo mucho que te gusta, corazón-
Como lo supo? Él me investigo?
Me quedé perpleja, como si me hubieran lanzado un balde de agua fría. Ese era mi mayor secreto y tenía mucho miedo de que alguien lo descubra...
no porque este mal, no lo esta para nada, solo que me daba mucho miedo lo que opine la gente sobre mi. Después de todo yo soy una de las chicas populares de mi escuela, ellos no son tan buenos como suenan.
Ann: De que hablas? No sé que es eso -mentí descaradamente-.
Mark: Sin mentiras Ann -se cruzó de brazos y encarnó una ceja- hablo de todos esos grupos de Facebook, WhatsApp, tu historial de Google, Twitter y todas esas historias de wattpad que te encantan leer -.
Lágrimas empezaron a bajar por mis mejillas, yo no quería que nadie se enterará.
El se acercó a mi y me tomó en brazos, esta vez se lo permití. Él me pegó a su pecho.
Mark: Shh, Shh tranquila bonita -me mecía lentamente- no llores, estas segura conmigo, ok? -.
Mi corazón empezó a palpitar fuertemente, su manera de consolarme y sus palabras hacían que me sintiera tan pequeña.
Era justo como en todas las historias que había leído, pero tenía miedo.
Ann: No, no -dije separandome de él-.
Mark: No quieres intentarlo? Prometo que te gustará cariño -me miraba con una facción preocupada-.
Ann: Me da miedo -dije con un hilo de voz, con lagrimas en los ojos nuevamente-.
Mark: Que te da tanto miedo, Ann? -hablo preocupado-.
Ann: Lo que opinen mis amigos -un nudo se hizo en mi garganta- ellos no serán buenos conmigo si se enteran de algo así-.
Mark: Ann, escúchame bien -me tomó de la barbilla abligandome a mirarlo- Si esos supuestos amigos tuyos te critican por ser quien eres, no son tus amigos, son unos completos idiotas, si? -solte una pequeña risa- que quieres tu? -.
Ann: Yo... -medite un poco mi respuesta- yo si quiero intentarlo...
Mark: Eso quería escuchar linda -me dio un sonoro beso en la frente- ahora que tal si vamos a lavarte tu carita y luego vamos por un helado?
Una pequeña sonrisa se me escapó
Ann: Esta bien...
Mark
Mi pobre bebita, le aterra tanto lo que piensen los estúpidos de sus amigos.
Me encargaré de que nunca más tenga miedo de ser quién es, ella merece ser libre de esos feos sentimientos.
También me encargaré de presentarle a buenas personas que si aceptarán todo lo que ella es, sin criticarla.
Caminé hasta el baño de su casa y lavé su carita delicadamente.
Mark: Que hermosa bebita -le dije terminando de secar su cara con una toalla. Su carita se volvió un tomate- vamos a cambiarnos para ir por el helado linda-.
Ann: y si mejor pedimos que lo traigan? No quiero salir, quiero quedarme aquí -me miró con un puchero-.
Mark: Claro princesa, lo que tu quieras -le sonreí y la dejé en el suelo- pediré el helado -dije sacando mi celular del bolsillo-.
Ann: Sii! Yo quiero de chocolate! -sonrió-.
Mark: chocolate será, ve a poner una película mientras lo pido, quieres? -asintió y se fue rapidamente hacia la sala- hola?...-hable cuando contestaron el teléfono-.
Terminé de pedir y fui hasta Ann, planeaba hablarle de las reglas en otro momento, pero creo que ahora esta bien.
Me senté en el sofá al lado de ella, mientras veía como buscaba alguna película en netflix
Ann: ¡Zombieland! Veamos esa -dijo reproduciendo la película-.
Mark: ¿Qué? Claro que no -le saqué el control de las manos- que te parece...mmm -dije buscando rápidamente películas para niños- hotel transilvania?
Ann: pero yo quiera ver zombieland -se quejó-.
Mark: Cariño, es muy violento para ti, independientemente si eres una bebé o no, eres pequeña para eso -.
Se cruzó de brazos con el ceño fruncido.
Ann: Bien, pero solo porque me gusta hotel transilvania -.
Sonreí, de todas formas no la iba a dejar ver una película tan sangrienta.
Mark: Cariño, mientras esperamos el helado te quería hablar de algo-.
Me miró con toda su atención, con sus ojitos tan bonitos.
Mark: Las reglas -ella asintió, interesada- quiero que las recuerdes, si? -asintió nuevamente-.
1ra- dime si hay algo que te molesta fisica o emocionalmente, no importa lo que sea, solo dime.
2da- me gustaría que me llamaras daddy o papi cuando te sientas cómoda
3ra- sin malas palabras
4ta- no es no, si no haces caso tendrás un castigo
5ta- sin gritos
6ta- tienes que preguntarme cuando quieras salir a algún lado, no quiero que pase lo de la otra vez.
7ma- no puedes tomar alcohol, drogas o fumar nada
Mark: Esas son todas por ahora, entendiste? -.
Ann: Si... -dijo con un toque de enojo-.
Sabía que le molestaba que le prohibieran tomar o salir de fiesta, pero no es sano para su edad. En realidad, para ninguna edad.
Estaba por empezar a hablar de los castigos cuando unos toques en la puerta me interrumpieron.
Mark: Bien cariño, luego hablaremos de los castigos y premios -me levante del sofá- pero ahora comeremos helado y veremos la película-.
Asintió feliz, al fin y al cabo es una niña fan del chocolate.
Pagué y empezamos a ver la película, por insistencia de ella terminamos por ver la saga completa.
En lo único que pensaba mi cabeza era que por fin tenia a mi bebé en brazos. No podía sacar la sonrisa de mi cara, seguro me veía como un adolescente enamorado.
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niñero • ABDL
غير روائيAnn es una chica de 16 años quién quedó a cargo de un niñero ya que su mamá se tenía que ir de viaje por un largo tiempo. Su madre llamó a Markus, un joven y atractivo chico que escondia un gran secreto. Él no necesitaba dinero, le sobraba en realid...