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Bares; lugares rústicos donde se entrelazan el desenfreno, la adicción, la violencia y la lujuria. Espacios que pueden resultar repulsivos para muchos, salvo para aquellos que disfrutan del licor.

Durante esta época, los bares fueron clausurados debido a la prohibición del alcohol en los años 1920-1933. La mayoría de los establecimientos que vendían bebidas alcohólicas cerraron, pero algunos continuaron operando de manera clandestina, conocidos como speakeasies. Estos eran los lugares a los que Evan y Azael acudían cuando el locutor deseaba relajarse después de un arduo día de trabajo.

Sin embargo, esta vez no fue lo que esperaba.

Evan observaba la fachada del local. Era la primera vez que visitaba el sitio donde trabajaba Mimzy, y no era lo que había imaginado.

Evan: Esto no es un speakeasies, Azael.

Lo había llevado a un cabaret.

Azael: -se acercó al peli-plata, rozando su mejilla con la de él- Vamos, dulzura. No te enfades. Sé que estos lugares no son de tu agrado, pero si te lo decía, no habrías venido conmigo.

El oji-azul lo miró de reojo, claramente frustrado. Azael le había mentido durante todo el camino.

Evan: Estoy empezando a considerar regresar a casa.

Azael: ¡Vamos, mi querido amigo! Solo será por un rato y luego nos iremos. No te preocupes -se acercó aún más a la mejilla del peli-plata- Solo esperaremos a que Mimzy termine su espectáculo y nos retiramos.

Evan lanzó una mirada de reproche a su amigo, pero finalmente suspiró y asintió ante lo que el castaño había dicho. Nunca podía negarle nada a esos ojos cafés.

Evan: Solo un rato, no me gustan estos lugares.

Azael sonrió aún más, lo tomó del brazo y lo arrastró hacia el interior del local.

Al entrar, lo primero que notó el peli-plata fue una mezcla de olores intensos: alcohol, tabaco y quizás otras sustancias. Observó detenidamente el lugar y confirmó que no era de su agrado. No entendía cómo Mimzy había aceptado trabajar en un sitio así.

Como era habitual, Azael condujo a su amigo hacia una mesa cerca del escenario donde se llevaban a cabo algunos espectáculos.

Azael: Siéntate, voy a traer algo de beber.

Evan se acomodó en la silla y esperó a que Azael volviera con las bebidas. Observó el ambiente del lugar, notando el desagradable olor a tabaco.

Evan: Solo será por un rato -murmuró para sí mismo-

El locutor regresó con las bebidas, las colocó sobre la mesa y se sentó junto al peli-plata, quien tomó el vaso de vodka que le habían traído.

Evan: ¿Qué tipo de espectáculos da Mimzy? -preguntó, bebiendo de su vaso-

Azael: Ella canta aquí, tiene una voz muy armoniosa. ¡Te encantará escucharla! No te arrepentirás -presumió el talento de su amiga-

Evan: Vaya, si hablas así de ella, es porque es verdad -movió un poco el vaso para agitar el líquido dentro- ¿No deberías ir a verla? Supongo que está en su camerino.

Azael: Jajaja, no será necesario, ella ya vendrá -Tomó un sorbo de su whisky, restándole importancia al asunto-

Evan: Se va a enojar contigo -advirtió con una sonrisa divertida-

Azael: No lo creo, ella es lo suficientemente madura como para molestarse por algo así -aseguró con su típica sonrisa-

Evan: Como digas -tomo un sorbo de su bebida-

El ángel de la muerte [hazbin hotel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora