capitulo 3

6 1 0
                                    

Declaración de una absurda guerra.

1/2.

Eloise.

Nunca antes había sentido tanta emoción por algo, ni siquiera cuando mamá me compraba juguetes nuevos cuando era solo una niña.

Salir de este lugar en el que pase muchos años encerrada es lo mejor que me esta pasando.

El hombre que me engendro esta fuera de la casa y junto a él más hombres vestidos de negro con armas en sus manos.

A un lado de mí va Sebastián y a nuestro alrededor dos hombres mucho más altos que él vestidos completamente de negro.

Parece una escena de película de suspenso, de acción y quién sabe de qué más. Una cosa si está clara, yo ya soy  libre, ya puedo volar y hacer lo que quiero.

Quiero venganza. Quiero derrumbar el imperio de aquel hombre que alguna vez fue un padre dulce, tierno y amoroso conmigo. Quiero borrar la sonrisa que permanece en su rostro.

Pero tengo miedo, miedo a morir en el intento y no poder hacer lo que realmente quiero.

Justo antes de llegar hasta donde él se encuentra, Sebastián me toma por un brazo y habla cerca de mi oído.

—Has todo lo que yo te diga.

Luego su expresión se endureció, es extraño ver cómo cambia su faceta de hombre un poco amigable a uno que no le interesa socializar.

Decido obedecer a lo que ha dicho y lo sigo hasta quedar frente al gran Mathías Williams, mi padre.

—A sido un honor hacer negocios con usted, señor Williams— su voz es diferente ahora.

—El  honor fue todo mío —responde con algo de satisfacción.

Querido padre, si supieras las ganas que tengo de arrancarte la cabeza y dársela a los cerdos para que terminen de devorarla.

También quisiera sacarte los ojos y dárselos a los cuervos. Pero todo a su tiempo, te aseguro que voy a cumplir todo.

—Espero que no tengas ningún problema con Eloise —dice Mathías una vez mas.

—Le aseguro que no habrá ningún problema — no me gusta su seguridad —¿Cierto Eloise?.

Antes de responder lo observó, por todo su rostro se esparcen un montón de pecas que solo se pueden ver estando muy cerca de él. El muy imbécil es más que guapo, la verdad es que es muy atractivo.

—Así será.

—Ves, todo estará bien.

—Espero no verte nunca más — dice Williams con un tono de altivez.

—Es algo que no puedo asegurar.

Y con eso último nos alejamos de él, nos acercamos hasta donde hay tres camionetas de color negro y nos subimos en la del centro. Cómo dije, una película de acción.

Nos ubicamos en los asientos traseros y los dos hombres en los de adelante. En tan solo un par de segundos nos ponemos en marcha y juro que siento un gran alivio de solo saber que nunca más estaré encerrada.

Estoy feliz porque soy libre pero ¿A qué costo? Ya lo sabré, pronto lo sabré.

#

Los segundos y minutos pasan lentos, es como si todo el mundo se hubiera detenido por un buen rato.

Yo observo por la ventana los árboles, parezco una niña chiquita cuando la sacan a pasear y esta muy emocionada porque va a disfrutar.

Estoy feliz pero también siento nervios por lo que pasara de aquí en adelante, tengo miedo de como será mi vida.

Siento que me están viendo y cuando volteo me encuentro con ese par de ojos azules que ponen a cualquiera a babear.

Sus ojos son una mezcla de océano y cielo a la vez, un azul tan hermoso que no podría compararlo con cualquier otro azul que jamás haya existido.

Sin embargo; pongo mi expresión sería nuevamente.

—¿Por qué me observas?.

Él suelta una risa ronca que me pone los pelos de punta.

—Observo lo horrible que te ves, no eres muy bonita… por lo menos no en ese estado.

—¿En cuál estado?— pregunto con molestia.

—Pues en ese— me señala— necesitarás un buen cambio de look.

—¿Un cambio de look?.

—Si ¿O es que piensas que trabajarás conmigo así como una pordiosera?.

Mis ojos se abren y mi boca forma una gran O.

Si me ha ofendido, no voy a negarlo. En gran parte tiene razón pero hablarme de esa forma, eso sí que no se lo voy permitir.

—Te crees muy bonito ¿no?— espeto con molestia— con ese traje, ese porte y ese rostro ¿Te crees más bonito?.

—No me creo bonito, pero se lo que poseo.

Imbécil, estúpido y engreído. Ese ego te lo voy a destrozar, eso te lo aseguro.

—Por suerte tengo a Samantha— dice mirándome de arriba hacia abajo—se que ella hará un gran trabajo contigo.

Y con eso último voltea su rostro y solo se dedica a observar por la ventana.

Sebastián, Sebastián, no sabes con quién te estás metiendo. Te aseguro que esta estúpida guerra que has iniciado te la voy a ganar.

Decido alejarme un poco de él y observar el paisaje. La casa de Williams queda en las afueras de la ciudad y al parecer estamos regresando, estar allí de nuevo será algo extraño después de tanto tiempo que pase alejada de ella.

Mi vida esta a punto de cambiar, no se si para bien o para peor, pero va a cambiar y ya no hay vuelta atrás.

Ya es un hecho que estoy lejos de las garras de Williams, de aquel hombre al que por mucho tiempo llame padre. Al hombre que me vendió sin ningún remordimiento.

Él pagara por todo lo que me ha hecho. Él pagara con su vida todo lo que causó a lo largo de estos diez años en mi vida.
Bien dicen por allí que si crías cuervos te sacarán los ojos. Que dicho tan real, tan único y tan delicioso.

Estoy tan ansiosa por todo lo que puede pasar de aquí en adelante, que estoy más que segura que no habrá quién pueda detenerme.



Nota de la autora: nuevo capítulo de esta belleza.

Sebastián, parece que vas a ser mi nueva obsesión.

Oigan, antes tenía una idea de lo que quería hacer con esta historia pero... He decidido que ya no seré así, estoy trabajando en lo siguientes capítulos y creo que van mejor de lo que esperaba, todo parece indicar que estoy haciendo un buen trabajo con esta nueva historia.

Ahora sí, déjenme sus teorías de lo que puede pasar en los siguientes capítulos, los estaré leyendo.

La reina oscura (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora