El lunes había llegado junto con nuevos chisme del fin de semana, entre esos uno que no le gustó mucho. Cuando llego fue directamente a la cancha de techo donde la mayoría se conocía por jugar volleyball y el no tardo en sentarse en una extraña banca situada dentro de la cancha, hay se encontró con Santiago, Emma y Marcela; los cuales eran su "grupito" con los que jugaba volley. No era un aficionado por este deporte pues le faltaba mucho para ser bueno, pero se destacaba como un buen libero.
Esa mañana, como todas las otras, se sentó en aquella banca mientras veía hablar a Emma y Marcela, mientras Santiago le suplicaba que jugara con el y logró su cometido. Después jugaron los cuatro y el timbre para empezar las clases sonó. Aun así no subieron y no fueron los únicos, se quedaron en la cancha unos diez minutos más, se estaban divirtiendo y había muchas risas. Pero un profesor se dio cuenta de que seguían jugando, les grito desde lejos algo que no entendieron y tomaron sus cosas y salieron corriendo de la cancha.
- ya clamémonos y paremos de correr, no puedo más - dijo Marcela casi tirando se al suelo del cansancio.
- Nos vemos después - dijo Santiago, pues el estaba en un grado y salón diferente.
Los tres se despidieron de el y siguieron hasta su salón, pues los tres estaban en el mismo. Al llegar al salón tomaron sus asientos, pero Emma y Marcela hablaban de algo y no entraban en muchos detalles.
La primera hora era de Arte y no había que hacer mucho, entonces se reunieron los tres y se les unió Esteban. Bien la situación era esta: Emma y Marcela hablan de punta a punta ya que entre ellas estaban Esteban y Valentin (sí, este es el nombre del prota) y estos dos solo escuchaban lo que decían. Unos minutos después Marcela le contó a Esteban y todavía no le contaban a el, no puede negar que se sintió un poco excluido, pero aún así no les pidió que le dijeran.
- ¿no le vas a decir a Valentin? - preguntó Marcela a Emma puesto que Emma y Valentín eran muy unidos.
- Amm... No lo sé, tal vez.
- No hace falta - dijo Valentín con tono seco metiéndose en la conversación - . Si ella no me quiere decir es por algo, no le voy a rogar.
Todos se quedaron callados sabiendo que era verdad y tenía toda la razón, Emma solo repitió lo mismo y Valentín igual.
Ya se había acabado la clase de arte y seguían con educación física, todos bajaban para ir a la cancha con techo. Emma lo detuvo e hizo que parara de caminar.
- ¿Que pasa? - preguntó Valentín
- Verás... Resulta que mi madre se enteró de unos chismes que andan rondando por hay de ti y con Marian y Jannet. Ella me preguntó si eso que escucho en los pasillos de la institución era verdad, yo simplemente le dije que no sabía. Ten cuidado.
- Lo tendré, pero aún así no entiendo porque salen chismes de mi y Marian si hace semanas que terminamos.
Valentín dejó a Emma sola y fue a entrenar con los demás. Estaba confundido, la mamá de Emma es profesora en primaria, ¿esos chismes cómo llegan a primaria? Además de que se le hacía raro que estos chismes salgan después de haber terminado con Marian y Jannet no le preocupa tanto. Estaba enojado, más que todo porque si se supone que Emma es su amiga debía primero decírselo a él en vez de andar contándoselo a todo el mundo, a demás de que ella le comentó fue porque Marcela se lo pidió.
Otra vez paso lo mismo, era una tremenda cagada seguir pensando que Emma era su amiga. ¿Que hará?
ESTÁS LEYENDO
"Cuando las Golondrinas vuelvan"
DiversosEl creía que al final podía llorar en paz, pero no sabia que desde las sombras ella lloraría por el.