Capítulo 10

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La residencia seguía siendo tan oscura y solitaria hasta que dieron aquellas mismas 7 am donde la alarma de tu celular sonó como habitualmente lo hacía para ir a la academia, pero aun así, ni siquiera una luz o lámpara fue encendida en aquel momento o antes, para dar el calor que tu cuerpo necesitaba a gritos , aunque fuera un absurdo abrazo de consuelo.  Después de tantas horas allí sentada a ras de la puerta con tus piernas abrazadas, apenas sentías un músculo, esbozaste una pequeña y diminuta sonrisa al recordar aquel similar dolor cuando terminabas de correr, en los entrenamiento que disfrutabas con aquel rubio de ojos rubí. Sin embargo aquel dulce recuerdo se fue borrando de a poco. El  dolor podía ser muy similar, pero era tu cabeza quien escapaba de todo sentimiento cercano a ello.

Por esa razon no contestaban, por esa razón no había venido por ti, era por aquella pequeña razón de que habias estado ignorando la mayoria del tiempo, ellos ya no estaban desde hace mucho tiempo y tampoco estaban en tus recuerdos. 

— Jodidamente jodida... — Negaste con la cabeza mientras te levantabas con cuidado— ¿Podría tener peor suerte..? 

Te dirigiste a tu habitación a paso apresurado y sacaste tu teléfono de tu bolsillo. Al desbloquearlo, ves las 12 llamadas perdidas que tenias por parte de tu amiga rosa. Diste una pequeña sonrisa mientras volvías a marcarle colocando el modo altavoz, y abrías las puertas del closet de tu habitación para sacar aquel uniforme de héroe.

— ¡(T/n)!— Grito Mina a través del celular, lo que te hizo sobresaltar y lanzar el celular sobre la cama.

— Vaya... ¿Esta todo bien? — Diste una risita nerviosa después de hablar, y guardaste con cuidado aquel traje.

— ¡Llevo llamándote toda la mañana!— Exclama Mina con un tono bastante exagerado.

—Estaba durmiendo, apenas son las 7:15— Mentiste sin remordimiento, mirando la hora en tu celular.

— ¡Sin excusas, señorita dormilona! Abreme la puerta, está haciendo frío afuera. —Bufo con un tono mas divertido esta vez.

—¡¿Que?!— Exclamaste sorprendida, caminaste rápidamente a la puerta para abrirla, no pasó mucho tiempo hasta que unos brazos te rodearon con un fuerte abrazo.

— ¡Eres una mentirosa, dijiste que estabas durmiendo! ¡Yo te veo con el uniforme listo ! —Sonrió Mina, dejando de abrazar te para cerrar la puerta con rapidez.— Hace demasiado frío afuera ¡De Seguro pronto nieva! — Aclaro Mina, sacandose sus guantes y la mochila en sus hombros.— Bueno, aquí también hace bastante frío.

— Ah..— Musitaste indiferente después de corresponder a aquel abrazo, bajando tu mirada hacia el uniforme de ayer— No lo cambie.

— ¿Qué quieres decir con eso? ¿Te quedaste dormida con el uniforme puesto?—Pregunto confundida, señalando te.

—Es que bueno, anoche tuve un recuerdo de mis padres, no pude evitar quedarme pensando toda la noche en eso, de seguro, fue el estúpido de Bakugo con sus labios sabor a caramelo —Aclaraste demasiado rápido, sentías que el aire comenzaba a faltar te nuevamente y tus manos a temblar.

— ¡Tuviste un recuerdo! Eso es maravilloso, de seguro, podras recordar mas adelante. — Exclamo Mina dando pequeños saltitos de alegría, sin embargo, estos se detienen abruptamente mientras te miraba fijamente— ¡Besaste a Bakugo Katsuki! ¡Tenía razón! ¡Momo me debe el almuerzo de una semana! Y Kiri-..... Oye, ¿Qué sucede?—Pregunto Mina con más calma al notar aquellas reacciones, y tomó con cuidado tu rostro en sus manos.

— Están muertos... —Aclaraste, desviando tu mirada hacia el lado contrario de los ojos de Mina—Se que dije muchas veces que no me importaba, pero mentí, se sintió tan desgarradores que..—Tu voz sonaba entrecortada, lágrimas cayeron con prisa por tus mejillas.

— En una cosa no mentiste, (T/n) — Afirmo, secando las lágrimas de tus mejillas, dando una de sus típicas sonrisas— Me tienes a mi, y a las chicas. Todas estamos contigo.

— Eres grandiosa — Susurraste, en un intento por copiar su sonrisa, pero solo resulto en un estallido de risas por parte de ella.

— Estas hecha un desastre, ve a darte un baño y yo veo que preparó para el desayuno — Hablo mientras sus ojos se iluminaban de tan solo en pensar en comida. 

Te incorporas te de a poco de aquel dulce agarre que Mina había hecho, ella solo asintió después, mientras encendía las luces del pasillo y de la cocina. 

— No hagas un desastre — Reprochaste en broma, caminando a la primera habitación del pasillo, sacaste una nueva muda de uniforme de aquel closet aun abierto antes de entrar al baño y dejar que el agua se llevara todas aquellas tristezas que aún quedaba. 

La residencia comenzaba a oler a pan tostado cuando saliste de la ducha, y faltaron solo unas pocas insistencias de Mina para que le contaras con lujo y detalle todos los sucesos en aquel recuerdo. Las risas no faltaron, después de todo era la forma más bonita de Mina de animar a las personas.

— Entonces, esa explosión azul, ¿No sucedió en la vida real? —Pregunto, apuntando te con una tostada en la mano, la cual, poco después  le dio una mordida. 

— Claro que no, hubiera sido un desastre muy grande. Quizás el odio fue quien la incentivó a hacerla — Aclaraste, encogiendo te de hombros y tomando en tu mano el vaso de jugo de naranja. 

— Pero... ¿Te gusta Bakugo? —Pregunto, sonriendo mientras alzaba sus cejas rápidamente.

— ¡Mina! ¿Que demonios tiene que ver él con todo esto? — Le reprochaste antes de beber aquel jugo con rapidez, empezaba a hacerse tarde.

 —Estás evadiendo la pregunta. Punto para mi — Aclaro Mina con entusiasmo, revisando su celular.

— ¡No quiero hablar de él! ¿Por que te interesa tanto?— Reprochaste con un suspiro.

— Porque es el jodido Bakugo Katsuki del que estamos hablando, eres la única a quien él  soporta más de 20 minutos hablando antes de estallar, aparte de Kirishima claro, porque a ti te gusta y no lo ves de la misma forma en la que ves a los otros chicos, porque él te trata diferente y más calmado, como si realmente tuviera modales, y lo más importante de todo esto, es que realice una apuesta con Momo —Dijo orgullosa, levantándose del asiento— Y lo segundo más importante, es que esta afuera esperandote.

— ¡¿Es una jodida broma?! —Tosiste pro aquella sorpresa, sintiendo como el sabor de naranja volvía a tu boca y bajaste de tu asiento para mirar por el ventanal, al mismo tiempo que tus mejillas se sonrojaron levemente.

— Para tu maldita suerte, si es una broma— Se encogió de hombros, aguantando la risa mientras se ponía aquella mochila sobre sus hombros nuevamente.

— Mina Ashido, tienes 5 segundos para correr antes de que te haga volar por los aires como una cuchara —Sonríes de la forma más suave, mientras ella estalla en carcajadas y no duda en salir corriendo por aquella puerta.

Tardaste más de 5 segundos en recoger las llaves, tu bolso y los guantes de Mina, antes de salir corriendo detrás de ella en dirección a la academia. Pero aquella chica de rosas colores no se había equivocado del todo, detrás de un tronco de roble, se encontraba aquel rubio sosteniendo aquella bufanda en sus manos.

— Debí de tocar la maldita puerta antes  —Chasqueo su lengua, revisando otra vez su celular en su mano.— Tienes que respetar su decisión katsuki, ella aun no quiere hablar —Aclaro para si mismo, mientras borraba aquel mensaje que había escrito en su chat.



¿Seguirás tomando mi mano? [BakugoxTu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora