Como olvidar a tu ex en 30 dias.

Ansiedad

Dia 7:

Esta última semana ha sido muy caótica. Terminé con mi novio, aunque él no lo sabe... Da igual, no quiero saber más de él. Una parte de mí quería seguir triste, sin salir de mi habitación, pero la vida sigue, conmigo o sin mí. La época de exámenes se acerca, por lo que me puse a estudiar como loca. Tendré tiempo suficiente para estar triste cuando termine y saque buenas calificaciones. Mi promedio no debe bajar del sobresaliente. Todo lo que esté por debajo de eso sería una decepción para mí. Ahora que mi vida amorosa se fue al caño, no permitiré que mi vida universitaria y luego laboral se vean arruinadas por esta mierda. Ayudar a mis amigos a estudiar me ha ayudado a distraerme. Reven es un idiota que, a pesar de ser bastante inteligente, se conforma con un promedio justo para pasar. En cambio, Angela es pura competencia. Veremos quién de las dos es la mejor. A medida que los exámenes se acercan, la ansiedad se apodera de mí, pero no tanto por los exámenes en sí. Sé que me he preparado bien para ellos, sin sonar narcisista, con todo el esfuerzo que he puesto. Estoy preocupada porque, en estas fechas, mi ex normalmente comienza a mandarme mensajes de apoyo. ¿Descubrirá que ya no lo tengo en ninguna red social? La verdad es que no quiero tener que enfrentar esa realidad. Sé que encontrará una forma de contactarme y no sé cómo reaccionaré.

Día 10 - Culpa:

El próximo lunes comienzan los exámenes. Estoy preparada, pero aun así tengo miedo, aunque este no es el momento para pensar en eso. El fin de semana antes de comenzar la semana de exámenes hacemos un "ritual" con varias chicas de mi clase. Nos vamos de fiesta desde el viernes hasta el domingo, es una buena manera de reducir el estrés. Este año no sería la excepción. Todo comienza en la casa de Angela el viernes, una hora antes de la medianoche. Los tragos no tardan en aparecer; los daiquiris son los primeros. Empiezas tomando poco y, antes de que puedas darte cuenta, ya estás mezclando bebidas y fácilmente terminar hablando árabe por tanto alcohol en tu cuerpo. Normalmente, es una noche sólo de chicas, pero esta vez fue diferente. Sarah llegó tarde a nuestro "ritual" y estaba acompañada de su novio y varios chicos más. Antes de que nos diéramos cuenta, esa simple reunión de sólo chicas se convirtió en una fiesta, y eso no iba a cambiar. No sé si fue por el alcohol que bebí o estar rodeada de tanta gente, pero no me sentía bien. Mientras los demás bailaban, me fui a sentar en un sillón vacío y saqué mi móvil para ver las notificaciones. Vi que tenía un mensaje de Reven preguntándome cómo me sentía; estaba preocupado por mí. No soy buena bebiendo, lo admito. Mientras trataba de escribirle, un chico se acercó a mi.

Cuando lo vi, quedé unos instantes en silencio. Ese chico era muy parecido a Derian. Las diferencias era muy ligeras. Sus brazos estaban más trabajados y era un poco más alto que mi ex, pero su cabello oscuro ligeramente rizado y aquellos ojos verdes que brillaban como dos esmeraldas eran idénticos a los de él. No recuerdo lo que me dijo, tal vez no lo escuché por estar pendiente de su parecido, y la verdad no sé cómo hizo para que estuviera bailando con él en el centro de la sala. 

Me recordaba tanto a él... No quise bailar con nadie más esa noche que no fuera él. La noche siguió su rumbo y de aquí en adelante, pocas cosas recuerdo. Tengo flashbacks de que bailé mucho esa noche y también hice más cosas que sólo bailar. No recuerdo el nombre de ese chico, pero sí el olor de su perfume impregnado en mi ropa y la sensación de sus labios en mi cuello. Cuando desperté, estaba en mi casa y no sabía cómo había llegado hasta aquí hasta que vi los mensajes en mi móvil. Angela me dijo que me encontró besando a un amigo de su novio y que tenía los ojos rojos. Decidió sacarme de la fiesta y llevarme a mi casa. El camino no fue bonito. Según ella, me enojé y le dije que quería seguir con Derian, que él estaba en esa fiesta conmigo y que ella lo arruinó. No sabía qué responderle, así que no le dije nada. Vi que Reven también me habló, quería salir el domingo a comer algo y no pude negarme. No pude evitar sonreír y aceptar la invitación.

Día 11 - Shock:

Dicen que el final de una relación es muy diferente para cada persona. Siento que lo estoy llevando lo mejor que puedo. La verdad, siento que estoy en una nube esperando a caer en la realidad o como si todo fuera una pesadilla esperando despertar.

Por más que hubiera querido, no podía quedarme en cama todo el día y menos en un caluroso domingo como ese. Todo el sábado me la había pasado recostada, recuperándome y tratando de no pensar en lo que ocurrió la noche anterior. Ese día ya no tenía excusa; tenía que salir con Reven.

Cuando le conté lo que había ocurrido, no dejó de molestarme con eso. No por besarme con un extraño, sino por pensar que ese extraño era mi ex. Lo único bueno de todo esto es que, charlando con él, evité pensar en todo lo que me pasa. La verdad, no fue tan mala la salida. Lo mejor de tener un mejor amigo que te conoce tan bien es que sabe tus lugares preferidos de memoria. Salimos a comer hamburguesas y luego dimos una larga caminata por un bosque cerca de la ciudad. Ese bosque me embriagó de recuerdos de cuando era niña y solía explorarlo con mi padre y mi madre. Hacia dos años que no venía a ese bosque. Guié a Reven a un pequeño refugio que había hecho a los quince años con mi padre. Cuando entré a mi bunker/refugio, se sintió jodidamente épico.

Era más pequeño de lo que recordaba. Me di cuenta de eso al ver cómo Reven tenía que encorvarse para poder entrar. Se veía hermoso. Todo estaba como lo había dejado la última vez: unas novelas de misterio perfectamente acomodadas en un estante improvisado, una especie de cama que mi padre me había regalado toda desordenada. Eso me trajo recuerdos que no quería recordar; esa vez le enseñé a Derian este sitio. Traté de controlar mis estúpidas emociones, traté de ser fuerte, de no llorar, pero no pude. Sentí los brazos de Reven rodearme con fuerza y lloré. Odio llorar por él, odio tratar de fingir que no pasó nada y sonreír. Odio esta mierda.