02
Abrió lentamente los ojos, mientras entrecerraba los mismos hasta acostumbrarse a la intesa luz de la blanca habitación. Jungkook miró la habitación, confundido, ¿Estaba en el hospital? ¿Cómo había llegado ahí? Soltó un jadeo de dolor y llevó su mano a su cabeza, sintiendo una venda alrededor de esta.
–¿Yoongi hyung? –Susurró mirando la habitación, buscando a Yoongi, a pesar de que era obvio que no había nadie con él.
–Ya estás despierto. –Dijo un hombre vestido de bata blanca entrando a la habitación. El hombre podría tener al menos 40 años por su apariencia.
–¿Doctor?...
–Tranquilo, debes estar confundido ahora mismo. –Se acercó hasta el menor para revisar su cabeza–. Tuviste un accidente de auto, te golpeaste la cabeza pero nada grave. Podrás salir más tardar mañana.
–Mm, gracias. –Murmuró desviando la mirada, recordando la discusión con Yoongi y el choque–. Gracias, doctor... –Observó su bata en busca de algún gafete con su nombre.
–Díaz. –El hombre le sonrió–. Llamaré al chico que te trajo, puedes descansar.
Jeon asistió, observando como el doctor salía de la habitación. El silencio le hizo compañía por unos minutos, hasta que una enfermera entró, esta le regalo una sonrisa y el menor se la devolvió. La mujer se acercó a Jungkook para revisar su cabeza, pero al notar que tenía vendas nuevas lo miró.
–Supongo que ya vino una enfermera antes para checarte.
–De hecho, vino un doctor. –La miró con una sonrisa–. El doctor Díaz.
El cambio de expresión de la enfermera de una sonrisa a una mirada de confusión, y con un toque de miedo, hizo que la sonrisa de Jeon se desvaneciera, ¿Había dicho algo mal?
–¿Pasa algo?... –Preguntó confundido, mirando a la enfermera.
–No, no, lo siento. –Sonrió y se dio la vuelta para caminar hacia la puerta. Jungkook ladeó su cabeza, sabía que algo no estaba bien, su intuición estaba en lo correcto. Ya que en ese hospital, no trabajaba ningún doctor con el apellido de Díaz.
Jeon suspiró mientras recostaba su cabeza de nuevo en la almohada, ¿Dónde estaba Yoongi? ¿Estaba en el mismo hospital? Decidió no pensar más en eso y solo tratar de dormir de nuevo. Cuándo estaba a punto de cerrar los ojos, un chico de cabello castaño entró a la habitación, iba vestido con una camisa de botones blanca, pantalones cafés, y un mandil del mismo color. Supuso que trabajaba en la cafetería donde chocaron.
–Hola, veo que ya despertaste. –Se acercó para colocarse al lado de la camilla–. Me alegra que estés bien.
–Gracias. –Susurró confundido mientras lo miraba–. ¿Quién eres?
–Oh, disculpa. –Sonrió y se sentó en el pequeño sofá–. Soy Jin, yo fui el que te trajo al hospital. Estabas desangrándote, la ambulancia no llegaría a tiempo, así que te traje.
–¿En serio? –Se sentó un poco en la camilla y lo miró–. Muchas gracias, supongo que tú trabajas en la cafetería...
–Así es, soy el dueño.
–¡Ay no! Mi hermano y yo pagaremos los daños.
–Tranquilos, no hace falta, lo importante es que ustedes dos estén bien.
–¿Sabes si él está aquí también?
–Lo llevaron a otro hospital. –Se levantó del pequeño sofá–. Pero no te preocupes él está bien, yo te cuidaré el tiempo que estés aquí. Fui a visitar a tu hermano para avisarle que me quedaría contigo.
–Muchas gracias, de verdad te lo agradezco bastante. –Le sonrió.
–No hay de qué. –Le sonrió de igual forma–. ¡Oh! Por cierto, antes de que lo olvide. –Se acercó a él para extenderle su cámara–. Por suerte está intacta.
–¡Gracias! –Tomó su cámara y no pudo evitar abrazarla, le había costado bastante trabajo comprarla, por lo tanto, era muy especial para él.
–No pude evitar darle un vistazo a la memoria. –Sonrió avergonzado desviando la mirada, y se rascó la nuca–. Veo que te gusta esto de las expediciones, y cosas paranormales.
–Bueno... –Dejó su cámara en su regazo–. Si, me gustan, aunque mi hermano no quiera apoyarme en esto.
–¿Por qué lo dices?
–Siempre se burla de mí. –Bajó la cabeza y soltó un pesado suspiro–. Nunca me cree, dice que los fantasmas solo son cuentos para niños estúpidos como yo.
Jin miro al menor en silencio por un rato, pensando en qué decir. Por una parte, entendía a su hermano, pero por otra lo entendía a el, podía suponer por su reacción, que le afectaba este tipo de comentarios.
–Pues, yo creo que él está equivocado. –Jungkook levantó la mirada, interesado en lo que Seok había dicho–. Yo también creo en los fantasmas.
–¡¿En serio?! –Dijo emocionado con una sonrisa de oreja a oreja, era como si a un niño pequeño le hubieran dicho que le compraron sus dulces favoritos–. ¿También te gustan las expediciones?
–No, no, el mundo de lo paranormal me incomoda. –Utilizó esta palabra para no decir que este tipo de cosas le daban miedo–. Pero, en cierto punto, puedo entender a tu hermano. –Miró al menor–. Quizás él solo quiere protegerte, y que no te metas en problemas o corras peligro.
El castaño suspiró, quizás él tenía razón y Yoongi solo quería alejarlo de cualquier tipo de peligro. Pero, por otra parte, él quería hacer eso, por alguna razon que no sabía, se sentía atraído por todo lo relacionado con los fantasmas.
–¿Te puedo contar algo?
–Claro, dime. –Se sentó de nuevo en el pequeño sofá mientras lo miraba.
–Puedo ver fantasmas. –Le susurró como si solo quisiese que él escuchara–. O al menos creo que los puedo ver.
–¿Por qué lo dices? –Susurró de igual forma, pero con un tono de sorpresa y confusión.
–Todas las noches veo la sombra de un hombre frente a mi cama, también a veces puedo oír voces viniendo del pasillo a media noche. –Relamió sus labios y se recostó en la cabecera de la camilla.
–¿La sombra de un hombre?
–Sé que es difícil de creer... Pero te digo la verdad.
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DDT [Detrás Del Tablero]
De TodoFuiste atado a una maldición que no pediste, fuiste condenado toda tu vida a sufrir. Los secretos cuestan, y este, costó tu alma.