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Me sorprendo al verla llorar en frente mío.

Habia escuchado llantos... quejas y demás.

No sabia que estaba soñando pero le estaba... ¿gustando?.

En un momento sonríe mientras duerme... ¿Qué es lo que sueña?.... ¿Con quien esta soñando?

Pero su sonrisa se desvanece para combertirse en una mueca de angustia... de miedo.

Se levanto sobresaltada.

— Sabes, empiezo a creer que el sotano no es el mejor lugar para ti.

— No me digas.

                 
                                            ♥︎

En este momento ya ha pasado un rato desde que despertó.

Ella esta acurrucada en una esquina del colchón.

El colchón esta pegado a la pared del sótano.

Por lo que ella logra quedar en el pequeño hueco de esa esquina.

— Quiero que me saques de aquí — me mira directamente mientras lo dice —.

— No te vas a escapar de mi — le respondo —.

— No seas un cabrón... quiero ducharme... no quiero estar siempre en la maldita oscuridad y mucho menos cerca de ti.

— No estas en la oscuridad — le respondí ignorando sus ultimas palabras —.

Me interrumpe.

— Mira alrededor... esa bombilla ni siquiera sirve... apenas y da luz por minutos, me tienes toda sucia... encadenada.

Mi vista se dirige a la bombilla de aquí abajo y es cierto... no sirve completamente.

No me había importado mucho el olor que ella desprendía, es su olor de hembra que me vuelve loco.

No me importa cuál sea su olor, por que es un recordatorio de que la hice mía.

— Es que no entiendes, aun no puedes estar arriba conmigo.

— No es que quiera estar contigo — me mira con asco mientras repite sus palabras —.

— Solo duerme.

— No quiero dormir.

— Hazme caso.

— ¿Por que?... ¿Por que me hiciste esto a mi? — en su voz hay rastro de dolor —.

Por que eres especial.

— Solo era una chica con una vida normal, Andrés.

La miro ofendido.

— No me llames así.

— ¿Como?.

— Para ti, soy Andy o cualquier nombre cariñoso, como amor... no Andrés, ¿Entendiste?.

No me responde, solo mira sus manos.

— Volvere cuando sea la hora de comer.

Sin más que hacer o decirle, salgo de el sótano, pongo el seguro a la puerta y subo las escaleras.

Paso la segunda puerta y me dirijo a la cocina.

Reviso los estantes, el refrigerador... no hay muchas cosas.

Solo hay unas cosas para hacer Sándwiches.

— Aver... hacer una combinación de mayoneza...

Mientras preparo el almuerzo, pienso en Jimena, la que con una sola de sus sonrisas hacia brillar una habitación.

PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora