Capítulo 8: Antes de vernos caer

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La luz del pasillo parpadeaba, encendiéndose y apagándose sin cesar, y la puerta del departamento se hallaba levemente abierta.

Esa no era en absoluto la escena con la que Arlo esperaba encontrarse.

La luz podría ser un simple foco a punto de quemarse, y la puerta un descuido de Billie. Arlo quería creer eso, pero su cuerpo definitivamente no lo creía así; la bolsa que sostenía en su mano conteniendo las velas y los fósforos parecía pesar diez kilos más, y su corazón se había acelerado.

–¿Billie?

Al entrar por la puerta, notó que el departamento se hallaba bañado en oscuridad y en silencio. No había signos de que alguien estuviera allí, y nadie había respondido su llamado, lo que la extrañó incluso más, ya que era usual de la rubia comentarle a Arlo si saldría fuera de su hogar.

Todo a su alrededor estaba en perfecto estado, tal vez incluso demasiado pulcro. Se veía tan... normal. Pero algo no terminaba de tranquilizar a Arlo. La energía no era la misma que se sentía con Billie presente o en un día normal.

Arlo solo llegó a dar unos pocos pasos en el interior antes de que música comenzara a sonar, asustando a la pelirroja y haciéndola mirar en todas las direcciones en busca de su origen. Provenía del celular de Billie, apoyado sobre la encimera de la cocina. El vidrio de la pantalla estaba roto, y una foto de Drew y Billie abrazadas mostraba el contacto de quien provenía la llamada.

Arlo no recordaba que el estado del celular fuera ese la última vez que vio a la rubia, pero por lo menos eso significaba que Billie estaba allí, en algún sitio de ese departamento. Nunca saldría sin su celular.

El tono de llamada cesó mientras Arlo retomó su lento camino hacia el cuarto principal. Ya le diría a Billie que tenía una llamada perdida de Drew, pero aquel no era el momento. Había intentado agarrar un cuchillo o algún elemento punzante en su paso por la cocina, pero no halló ninguno. Todo había desaparecido de alguna forma.

A primera vista, la habitación de Billie se encontraba exactamente igual que el resto del departamento; solitaria, oscura y silenciosa. Lo único que resaltaba era la cama sin hacer  y un pequeño bolso apoyado cerca de la puerta. Fue recién cuando entró más en lo profundo del cuarto que notó a una persona.

Ropa negra y holgada vestía su cuerpo sentado cerca de la cama, con una capucha cubriendo su cabeza. Sus piernas estaban flexionadas y su cara escondida entre sus brazos, en una especie de posición fetal. Su cuerpo se movía casi imperceptiblemente de un lado al otro, y Arlo podía escuchar palabras siendo murmuradas por lo bajo aunque no pudiera entenderlas.

–¿Billie, amor?

Quien sea que estuviese allí detuvo sus movimientos y susurros en el instante en el que la pregunta salió de la boca de Arlo.

–Hola Lo.

La voz era inequívocamente de Billie, pero la figura allí sentada no levantó su cabeza para mirar a la pelirroja. Arlo, estando ahora segura de quién era, se acercó rápidamente a ella, arrodillándose en frente. Sus manos se apoyaron en las rodillas de Billie, acariciándolas suavemente, en un intento de transmitir su deseo por verla. Toda la situación le resultaba demasiado extraña, pero no podía evitar recordarse que Billie había pasado por mucho, y que cada persona lidia con los problemas de forma diferente.

Antes de que Arlo pudiera preguntarle cómo se encontraba o si algo había sucedido, la cabeza de Billie se levantó, dejando caer la capucha. La muchacha era pálida naturalmente, pero en aquel momento Arlo podía jurar que su piel se había vuelto casi traslúcida. Pequeñas venas violáceas se podían ver debajo de sus ojos y en sus párpados, resaltando los irises más celestes que había visto en su vida. Sus ojos anteriormente azules, que tanto amaba Arlo y le recordaban al océano, ahora eran de un celeste tan claro que impresionaba a la vista. Y eso no era todo, su característica cabellera rubia era ahora del negro azabache más profundo que Arlo había visto en su vida. Si no fuera porque sus facciones y su voz seguían siendo las mismas, hubiera pensado que esa era una persona completamente diferente a su Billie.

Antes de vernos caer//b.eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora