8. Suficiente

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Algunos estamos formados con fragmentos de padres rotos e infancias descosidas; papás sin tiempo y mamás obsesivas. Hogares donde el amor debía ser ganado -merecido-, porque las muestras de afecto eran una recompensa, no un acto puro y genuino del que todo niño requiere.

¿Quién necesita abrazos o tiempo de calidad? Eso no te garantiza el éxito, no te hace más fuerte.

Pero Heungmin sí tuvo sus mimos de buenos días, disfrutó de besos en la frente y sonrisas orgullosas.

Hasta que dejó de ser suficiente.

Quizá porque no le daba el cuerpo ni las facultades mentales, quizás porque eligió el fútbol antes que sus clases de violín y piano, tal vez porque escogió una vida que pudiera disfrutar y se cansó de complacer al resto, de todas maneras fue su culpa. Los cumplidos fueron desapareciendo y las suaves manos que alguna vez lo acariciaron con ternura ahora se sentían como lijas raspando insaciablemente, buscando desesperadas a aquel que alguna vez se dedicó a satisfacer y fingir. Cada toque era frío, cada mirada estaba apagada, ¿alguna vez el amor que recibió fue real?

"Cuando crezcas vas a entender", "Es por tu bien."

Pero creció y lo único que entendió es que esa relación corroída por el tiempo donde sobró exigencia y faltó comprensión no iba a definirlo ni a limitarlo.

Hoy es consciente de sus logros; de que se recibió con notas más que destacables, de que su trabajo siempre fue respetado y bien recibido por sus pares, vive de lo que ama y es inmensamente feliz por ello.

Y realmente desea poder compartir esa felicidad, pero a los adultos criados a golpes y humillaciones les cuesta ver cuando alguien rompe esos patrones, porque verlo es aceptar que están lastimados, y ceder su orgullo no está en sus planes.

Eran las dos de la mañana cuando su sueño se vio frustrado por un mensaje.

"Heungmin estamos preocupados, por favor llama si deseas seguir comunicándote con nosotros."

Un paso adelante y tres pasos atrás, se había acostumbrado a la dinámica. ¿Él debía llamarlos? Sí, porque eran incapaces de reconocer sus emociones, sus errores, y estaba harto de seguir poniéndolos como su prioridad si a la primera discusión iban a arrojarle todo tipo de mierdas.

Pero lo que más le duele es saber que lo quieren, y que no saben cómo quererlo.

¿Eso es querer? No lo sabe, de lo que está seguro es de que los ama, y espera de todo corazón que algún día puedan demostrarlo.

Suspiró mirando al techo en una habitación vacía para un chico vacío.

Pensó que cuando amanezca sería un día bonito y al cerrar los ojos la imagen de dos personitas llegó a su mente, no podía estar todo perdido para él.



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Cálidas caricias de sol atravesando su ventana, la mesa del comedor esperando por sus comensales con tostadas y mermelada listas, el aroma del café y el cacao deslizándose por las cortinas y un nene inquieto porque hoy es su día especial. A Cristian le encantaba preparar los desayunos de cumpleaños y este tenía una esencia mucho más peculiar, Heungmin les prometió ir más temprano para ayudarlos con la decoración y la mesa dulce, eso fue suficiente para que pasara toda la noche suspirando.

Cupido usa crayónes • CutisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora