Los padres de Jisung, a pesar de que éste estaba en una muy buena situación económica lo mandan a buscar trabajo para ser un verdadero "hombre", lamentablemente nadie que ofrezca un buen trabajo contrata a un joven de 19 años sin haber terminado una...
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Jisung llegó a la casa de Seungmin, su camino fué bastante tranquilo hasta quedar en la puerta de aquella casa, Felix era tan bueno para convencerlo, tanto que hasta que se dió cuenta de que estaba ahí parado sin saber qué hacer se preguntó porqué había aceptado ir a esa reunión, no conocía a nadie a parte de Felix, bueno, sí conocía a los demás, pero no los consideraba nada cercano como para tener una gran charla con ellos o siquiera sentirse como en su casa. Iba a hacer el esfuerzo porque en verdad quería mucho al pecoso, quería verlo feliz. Así que después de meditar un poco y prepararse mentalmente para socializar tocó la puerta, música se escuchaba del otro lado, muchas voces hablando alegremente y también carcajadas muy fuertes.
Al no ver respuesta de la puerta abrirse, decidió llamarle a su amigo.
–¿Diga?–
–Bobo, sal, esta calle parece el mismo infierno y me da miedo, ábreme ahora– Dijo angustiado mirando a los lados, no quería que un ladrón llegara a robarle.
–Voy, tranquilo nadie te va a hacer nada– Se burló el menor y colgó la llamada.
Jisung suspiró sintiendo los nervios en la palma de su mano, tenía tiempo sin ir a eventos sociales porque no era mucho de eso y sus padres tampoco, casi nunca visitaban a sus demás familiares y si lo hacían era por una urgencia. Minutos después la puerta fue abierta por un Felix muy sonriente que lo recibió con un fuerte abrazo.
–¡Estoy muy feliz de que hayas venido Sung, de verdad!– Dijo en cuanto se separó del abrazo.
–No podía negarme, si a tí te hace feliz a mi también– Le sonrió contento por verlo tan radiante.
–Bueno, entra, ahora mismo solo estamos hablando– Se hizo a un lado y el mayor entró mirando aquella casa.
–Es linda...– Dijo contemplando cada detalle, a pesar de que Seungmin tenía una mala imagen para Jisung, aquella casa estaba muy bien decorada, con unas lindas fotos y sobre todo ordenada.
–Lo sé, quisiera vivir aquí– Cerró la puerta y lo dirigió a la sala de estar, donde se encontraban todos muy alegres, al parecer era una reunión muy pequeña, porque solamente estaban los chicos que siempre solía ver a lado de Chris, o eso suponía, porque en ese momento solo estaban a la vista Jeongin y Minho, supuso que los demás se encontraban en el baño o en la cocina, no tenía ni idea.
–¡Jisung, hola!– Saludó feliz el peliazul desde su asiento dándole un buen trago a su cerveza.
–Hola Jeongin– Saludó algo tímido recibiendo la mirada de todos en la sala.
–(Dios mío ¿por qué vine? no debería estar aquí, ni siquiera soy de estar en estos lugares, prefiero una película en mi cama con golosinas, quiero irme)– Todo eso pensaba el pelinegro, sintiendo la mirada de cada chico en cada parte de su cuerpo.
–Siéntate a lado de Minho– Pidió Felix dirigiendo a su amigo hasta donde se encontraba el mayor.
–Eh... Sí– Sin importarle mucho tomó asiento aún preocupado, quería hacerse bolita en ese momento.
