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El sol de la mañana se hizo presente, golpeando el rostro del pelinegro quien se quejó por aquello

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El sol de la mañana se hizo presente, golpeando el rostro del pelinegro quien se quejó por aquello. Abrió sus ojos lentamente, intentando acostumbrarse a la luz natural; era su último día de descanso después de su ajetreado fin de semana, deseaba disfrutarlo al máximo, lastimosamente su brazo fracturado no le dejaba hacer nada más que mirar la televisión y revisar su feed de instagram.

Se levantó de la forma más perezosa posible, bostezando en el proceso. Parpadeó unas veces más, hasta que en su mente llegaron, como un golpe en la cabeza, los recuerdos de lo que había pasado con Minho. Sintió su rostro arder por la vergüenza.

"Besé a Minho anoche"

Pensó una y otra vez, sintiéndolo demasiado irreal. No solamente lo había besado, restregó su cuerpo contra el de Minho, se había sentido tan genial, además, se había tocado pensando en él, algo que hace mucho tiempo no había hecho. Suspiró sin poder creerlo, ¿eso quería decir que ya habían iniciado una relación? Debía preguntarle para estar seguro, no quería verse muy tonto, pero necesitaba quitarse aquella duda.

Se cepilló el cabello y los dientes, saliendo de su cuarto con cautela, todo parecía muy tranquilo. Bajó con lentitud las escaleras y se detuvo en cuando su mirada se encontró con esos lindos ojos que lo traían loco, su rostro se puso rojo solamente de recordar lo sucedido anoche; agradecía no ser el único que estaba nervioso, pues Minho también se había puesto como un tomate.

-Buenos días- Dijo el pelinaranja en cuanto desvío su mirada.

-Buenos días, Min- Terminó de bajar las escaleras, quedando a pocos centímetros del mayor.

-¿Pudiste dormir?- Rompió toda esa tensión cuando su mano pasó delicadamente por esos cabellos negros.

-Sí, aunque creo que necesito un colchón nuevo, este ya no está tan esponjoso y hace que me duela un poco la espalda- Amaba a ese Jisung que se la pasaba quejándose de todo, podría escuchar todas sus quejas y no se cansaría.

Antes de que el menor volviera a decir algo, se acercó lentamente a sus labios hasta que por fin, lo besó de forma tímida y delicada. Fue un beso inocente, con el cual deseaba demostrarle el amor que sentía por él y lo agradecido que estaba por tenerlo a su lado. Jisung no tardó en responder, posando su mano en la mejilla del mayor que se encontraba caliente por el reciente sonrojo.

-¿Y eso por qué fue?- Preguntó divertido el menor cuando el beso terminó.

-Porque me gustas- Sonrió tímido, sintiendo su piel arder, esperando una respuesta de Jisung.

-También me gustas- Volvió a juntar sus labios después de la confesión, que ya no era muy obligatoria, pero aún así los dos se sintieron necesitados por decirlo.

Después de unos segundos se separaron, sintiendo un cosquilleo en sus labios por la sensación de hace unos momentos; Jisung se sentía algo tímido, pero no al punto de perder toda la confianza que tenía con el mayor, era tan diferente ahora que posiblemente podían tener algo. Los ojos de Minho brillaban, ese brillo se hacía aún más visible gracias a la luz solar que golpeaba directamente a su rostro; estaba admirando la belleza del pelinegro, ahora se preguntaba si antes había pensado que un hombre era atractivo y lindo. Claro que pensaba que sus amigos eran guapos, pero era diferente, todo era tan diferente cuando se trataba de Jisung, no podía dejar de verlo, era tan llamativo y bonito, apreciaba cada detalle de su rostro al igual que de su cuerpo, nunca lo había visto desnudo, pero sabía que era muy bonito, la ropa ajustada delataba sus piernas delgadas, su cintura pequeña y su espalda lisa y bien trabajada. Juraba estar en el mismísimo cielo presenciando a un ángel bellísimo.

El mesero de 0325 ~Minsung~ (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora