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la tinta azul llenaba los espacios libres de un cuaderno bastante gastado. la letra no era legible del todo debido a la rapidez con la que escribía, el tiempo se iba y mi conocimiento dependía de los segundos. terminé con un par de minutos a favor y sin dirigirle la palabra a nadie, me retiré en silencio del gran salón.

caminé hasta el estacionamiento de la universidad, cabe decir que era de mínimo espacio, y me subí a mi auto luego de colocar mi bolso en la parte trasera. le di un rápido vistazo a mi reloj cuando el paso estaba cedido a los peatones, una vez más llegaba tarde a la escuela para recoger a mi hermana. conduje un poco más rápido que antes, la música estaba en el volumen más bajo y mis dedos índice golpeaban el volante en signo nervioso. me detuve por completo frente a la institución, mackenzie se posicionó a mi lado con semblante serio.

"lamento la tardanza." dije cuidadosa, no estaba de humor para soportar aún más gritos.

"no te preocupes." respondió, suavizando su entrecejo. "es la universidad la que no te da el tiempo suficiente, lo entiendo, pearl."

asentí silenciosamente, subí un poco más el volumen y me concentré en el camino.

mackenzie vivía conmigo en un departamento lo suficientemente grande como para tener su propio espacio separado del mio. mis padres no eran cuidadosos en cuanto a la paternidad y no pasaban el tiempo necesario con su hija adolescente. no fue mi caso, nunca me había importado las acciones que mis padres realizaban, ni mucho menos si compartían su tiempo libre conmigo o no.

por eso es quizás mi pensamiento más allá de lo normal, mis continuas reflexiones sobre cosas diminutas y mi rencor por la "nueva sociedad". esto último me llevó a luchar por la tenencia de mi hermana. no estamos en una sociedad justamente perfecta, y mackenzie necesitaba -y necesita, la atención suficiente como para poder desarrollarse de manera correcta. algo que con mis padres no iba a conseguir. fue un año intenso, estuve al borde de perder el juicio y por lo tanto a mackenzie.

conseguí tener su tenencia gracias a varias pruebas de mala paternidad y mi mayoría de edad. quiero aún así a mis padres, pero preferí que la menor de la familia tuviera una buena educación en base a la sociedad. la educación que a mi no me tocó aunque estoy bien formada mentalmente; conseguí formarme gracias a personas externas a la familia o a mí misma, no quería que mackenzie siguiera mis pasos.

tomé mi bolso y salí del auto, esperé a que mackenzie también lo haga y aseguré las puertas. nos encaminamos hacia el elevador, pulsé el botón que marcaba la planta baja y aguardamos a que bajara. sentí la presencia de alguien a mis espaldas, volteé por inercia, culpando en mi mente a mi estúpida curiosidad.

"hey." saludó. allí, de pie con unas gafas oscuras y sus audífonos colgando alrededor de su cuello, estaba mi único vecino de piso.

"hola, calum." saludé. éramos unos muy buenos conocidos, vivir en frente de su puerta nos había unido en una buena relación. no era mas que dos años mayor que yo y compartía su hogar con uno de sus amigos que rara vez veía. puedo decir cómodamente que calum es bastante caliente. mackenzie volteó un poco aturdida y le sonrió.

"hola, cal." era sociable. mackenzie siempre hablaba con desconocidos, era algo peligroso, pero no era estúpida. me atrevo a decir que su relación con calum era mejor que la mía.

"hey, mac, ¿cómo andas?" los tres entramos cómodamente a la caja metálica, presioné el cuatro y las puertas se cerraron a los minutos.

"cansada, ¿tú?" cuestionó de vuelta. sus ojos estaban clavados a la pantalla de su móvil, pero sabía muy bien que su mente estaba conectada con el mundo exterior.

"bien, creo suponer." contestó alegremente. dirigió su mirada a mí, al mismo tiempo que levantaba sus cejas. "¿que hay de ti, pearl?"

si había algo que odiaba, era mi nombre. no era fanática de los nombres largos precisamente, pero me molestaba no tener un sobrenombre clave para las personas que tenían alguna especie de conexión con mi persona. me fastidia el hecho de que usen mi nombre tal cual es, siento que me regañan, que están furiosos conmigo, cuando la verdad es que simplemente no tengo un sobrenombre.

"normal, supongo. la universidad me tiene atareada, pero es algo de lo cual ya tomé costumbre." expliqué vagamente. las puertas se abrieron, mackenzie salió primero, posicionándose al segundo a un costado de la puerta de entrada. por mi lado, salí un par de segundos más tarde, después de que calum me cediera el paso y yo le haya agradecido. "saluda a michael de mi parte."

"lo haré, estará feliz de saberlo." abrió su puerta, pero se mantuvo de espaldas a ella, observándome fijamente con aquellos ojos atrapantes. debía admitir, era demasiado caliente. "uh, pearl."

volteé, por fin mirándolo yo también a los ojos, mackenzie nos observaba atentamente, con una sonrisa boba en sus labios. luego hablaría con ella por escuchar conversaciones ajenas, aunque quizás terminemos hablando de lo lindo que es calum.

"¿que ocurre, cal?" sonreí, no había dicho jamás su sobrenombre. se sentía bien tratarlo como si fuera uno de mis amigos. supongo que lo es, no quiero etiquetarlo como un conocido agradable.

"¿estás ocupada el viernes?" rascaba su nuca con su mano derecha, era tierno. negué con la cabeza y lo oí suspirar. "oh, genial. ¿quieres ir por un café a las cuatro?"

mi corazón comenzó a bombear sangre rápidamente, mi respiración disminuyó notablemente; la sangre se acumuló en mis mejillas, aparté un mechón de mi cabello que me impedía ver y sonreí con ganas. mi mente, como siempre, estaba ideando situaciones extremamente falsas y demasiado empalagosas.

"me encantaría, cal." mantuve la sonrisa en mi rostro, incapaz de poder quitarla. oí un pequeño chillido de mackenzie detrás mio, lo que me hizo reír cortamente y en voz baja. calum sonrió, estaba sonrojado levemente.

"gracias." susurró, juntando sus manos delante de su cuerpo. "entonces, ¿el viernes?"

"dalo por hecho." contesté, se adentró a su departamento y tomó la perilla de la puerta, me sonrió y la cerró, luego de advertirme que me enviará un texto por la noche.

una vez dentro, dirigí mis pasos hacia la cocina. mackenzie me sonrió desde uno de los taburetes de la cocina. le sonreí apenada, el sonrojo aún no se iba de mi rostro y estaba segura de que la sonrisa no se me quitaría a lo largo del día. me ubiqué a su izquierda, maquinaba lo que podría suceder el viernes, aún había dos días de por medio, pero era tanta la emoción, que recordaba en mi mente cada parte de mi insulso guardarropa en busca de algo decente. el sentimiento me recorría de punta a punta, no sabía el por qué de la sensación, pero todo era posible en mí. era como una caja de sorpresas, nunca sabes que puede suceder. y había puesto la condición de ser paciente, esperaría hasta el día y trataría de comportarme lo mejor que pueda.

"así que saldrás con calum, eh." mackenzie rió y me uní a ella. hablé con ella un buen rato, y estaba feliz, porque todo marchaba bien.


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n/a: estoy muy emocionada por comenzar está fic de una vez. este capítulo fue más como una introducción a la vida de pearl y eso, pero me encanta como lo escribí ahre. gracias por leer y haberme esperado. all the loveee


elevator ↻ cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora