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me quité los tacones de los pies y caminé hacia el elevador con ellos en mano. no me gustaba mi trabajo precisamente, pero mi salario era suficiente como para alimentarme a mi y mackenzie, pagar su escuela y mi universidad junto con mis apuntes y ciertos lujos a fin de mes. a demás de que solamente trabajaba los fines de semana y en un horario accesible por la mañana.

grité el nombre de mi hermana una vez dentro del departamento y dejé mis cosas en el pequeño sofá azul de la sala. tomé mi móvil y me dirigí a la cocina por algo de comida, no había recibido alimento alguno a lo largo de la mañana y mi estómago se rehusaba a digerir algo de la oficina. luego de revisar el refrigerador y las alacenas, decidí preparar un sencillo arroz. mackenzie salió de su habitación diez minutos después. 

"buenos días, pearl." besó mi mejilla y tomó un lugar en uno de los taburetes. "¿qué tal te ha ido enla oficina?" 

me encogí de hombros, nada nuevo había sucedido, todo estaba tal cual hace unos meses y no parecía como si fuese a cambiar. quizás lo único nuevo era que april, mi amiga desde que había comenzado a trabajar allí, se había cortado el cabello y se lo había aclarado hasta tres tonos menos que su castaño oscuro.

"normal, supongo, nada tan relevante." quité el arroz del fuego y colé el agua, añadí sal  y comencé a comer con mackenzie. "¿tú? ¿qué tal te ha ido en la fiesta?"

esa era otra de las razones por la cual suponía que mackenzie nunca se había quejado de mi, dejaba que asistiera a cualquier fiesta de fin de semana con la condición de volver a casa en un horario aceptable y habiendo hecho sus deberes previamente.

"¡estuvo realmente fantástico!" exclamó, tomó un sorbo de su jugo y continuó; "diablos, nunca he ido a una fiesta tan genial como la de ayer." 

"me alegro por ti, mac." sonreí, platicamos por un tiempo y luego me retiré a mi habitación completamente exhausta. 

había estado hablando con calum desde mi descanso en el trabajo, era bastante amigable y gracioso. según lo que él me había dicho, estaba con rose y michael y me había invitado a pasar la tarde junto con ellos. no acepté de todos modos, no conocía a rose del todo y michael era una gran persona pero vivía con su mente dentro de sus historietas. comenzaba a arrepentirme, no era divertido estar en mi habitación sin nada que hacer. calum volvió a hablarme, insistiendo en que cruzara los únicos dos metros que separaban mi puerta de la suya.

"¡mac!" grité. unos minutos después, mi hermana contuvo el peso de su cuerpo en el marco de la puerta.

"¿qué sucede?" suspiró.

"estaré con calum y rose en frente." murmuré, mackenzie rió fuertemente.

"diablos, eres fácil de convencer." siguió riendo. rodé mis ojos y me dirigí al salón dispuesta a ponerme de vuelta mis tacones, era muy floja para cambiarme de ropa. recogí mi cabello, me fastidiaba que golpeara mi cara, y tome las llaves antes de salir o siquiera arrepentirme.

observé fijamente el numero cuatro grabado en la puerta con su letra correspondiente en una fuente pequeña y de color plateado. suspiré, golpee la madera con mis nudillos unas tres veces y esperé a ser atendida. quizás me arrepentiría más tarde, pero ya no había vuelta a atrás, ya no podría decir que no y armar una excusa. simplemente, no.

"¡hola, pearl!" correspondí el abrazo de la alegre rose, que extrañamente me había recibido con cierto entusiasmo. "¿que tal has estado? oh, no te he visto en mucho tiempo."

"he estado bien, rose, gracias por preguntar." respondí, cerré la puerta detrás de mí y saludé a calum con un beso en la mejilla. "¿y tú?"

"agotada, la universidad me tiene realmente ocupada." sonreí, de cierta forma me había hecho recordar la respuesta que le había dado a su novio hace pocos días. "pero, aquí estoy."

reí por compromiso, luego de que ella se centrara en calum, decidí ir a la habitación de michael deseando que estuviera allí. había venido por la simple razón de que calum me había invitado, aunque era bastante obvio que rose estaría ocupando todo su tiempo y no dejaría siquiera un par de minutos libres para contestarme una sencilla pregunta sobre como ha estado su día. avancé sobre la habitación de michael sin pedir permiso, y me alegré al ver que no había interrumpido ninguna clase de acto obsceno. 

"pearl, que sorpresa." exclamó, se levantó rápidamente y me envolvió en sus brazos. "¿cómo has estado?" 

"bien." respondí, alargando la 'e' y así no sonar tan terca, de cierta forma, estaba cansada. "¿y tú? diablos, mira tu cabello."

"de igual forma." carcajeó. "¿te gusta? calum dice que el azul realmente queda bien en mí." 

"y tiene razón, te ves magnífico en ese color." sonreí, casi al instante me posicioné en una de las sillas de habitación y encendí la consola. "¿unas partidas?"

michael rió y pude observar como el brillo se apoderaba de sus ojos. "nunca te alejes de mi vida, pearl." 

hacía al rededor de una hora que me encontraba encerrada en la habitación de michael jugando con su consola y hablando con él sobre los días en los que no nos habíamos visto. decidimos salir e ir por un poco de comida, el hambre estaba aún presente en mí, por lo que no dudé en aceptar su propuesta. mis tacones resonaban entre nosotros y comenzaba a fastidiarme, una vez en la sala, me posicioné en unos de los sofás y los quité, dejándolos a un lado de este. 

"¿por qué los tacones?" oí la voz de rose, que terminaba de besar a calum. me erguí y lamí mis labios, no era muy buena fingiendo. 

"oh, nada especial." respondí, tomé asiento a un lado de ellos, sintiendo como la relajación se apoderaba de mis pies. "estaba en el trabajo antes de venir aquí."

rose asintió y pude sentir los ojos de calum sobre mí. una parte de mí quería excusarse y salir lo más rápido posible de aquí con el vago pretexto de que mi hermana me necesitaba, pero mi otra mitad pedía casi a gritos que me quedara hasta que alguien decidiera echarme. me gustaba pasar mi tiempo rodeada de calum y michael, pero la atmósfera se volvía tensa cuando rose se encontraba cerca. no quiero sonar grosera, porque sin dudas rose es una magnífica persona y la más dulce que he conocido, solamente que tiende a proteger lo que es suyo cuando nadie acecha su propiedad, y eso es realmente incómodo. 

veíamos una película cuando el móvil de rose vibró, ella sólo lo observó y decidió seguir con la película. me encontraba hablando con mackenzie sobre la misma cuando volvió a vibrar por segunda vez. giré mis ojos discretamente a la pantalla, y emití un gemido bajo en sorpresa al leer. el nombre 'tony' brillaba en blanco y las palabras se mostraban libres debajo de este. 

"no puedo soportarlo aún más,

quiero que calum sepa de nuestra relación."





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n/a; tARDÉ MILENIOS, perdón. este capítulo es lit horrible, pero quería subir porque sino esto va a terminar como broken lights en su época cuando existía, bue. me hubiera gustado subir esto muchísimo tiempo antes, pero tengo problemas personales que me gustaría evadir y no me siento muy bien como para escribir todo el tiempo. pero estoy acá alegrandoles el día, ahre. en serio espero que esto por lo menos lo recompense, seguramente más adelante lo edite para que quede como realmente quiero, como hice con el capítulo anterior (que si quieren releerlo lo pueden hacer, el formato sigue siendo el mismo, btw) graaaciaaaaaas, ily 

p.d; perdón, el capítulo es muy corte, je


elevator ↻ cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora