Uno nunca sabe cuando llega a enamorarse de alguien, solo son cosas que pasan.
No nos enamoramos de la misma forma que la mayoría de las personas.
Nosotros nos enamoramos a través de la distancia. Lo hicimos estando lejos, sin poder tocarnos, abraza...
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CAPÍTULO 10 ♥︎Una promesa sin cumplir♥︎
IGNACIO DE SOUZA
Siempre he dicho que la vida es tranquila hasta que te gusta alguien. Empieza como una simple atracción que es inevitable ignorar, luego esos sentimientos empiezan a cambiar... Ya no es atracción, esa persona empieza a gustarte y dentro de todo lo que eso incumbe, hay cosas buenas y malas.
Ahí es en donde surge el enamoramiento, es algo muy fácil y a la vez tan difícil. O te enamoras de sus virtudes y defectos, o te queda un vacío inexplicable lleno de melancolía y tristeza.
Entonces, desde la primera etapa tu vida deja de ser tranquila y se convierte en un ciclo constante de idas y vueltas, el cual se adapta a esas tres fases.
Ahora la pregunta es, ¿puede parar este ciclo? La respuesta es simple, No. A no ser que tengas la suficiente capacidad emocional y mental para hacerlo antes de que la segunda o tercera etapa comience, claro.
Por eso, después de descubrirlo con una ex amiga, decidí no volver a enamorarme, todos mis planes iban bien. Hasta que un día todo eso cambió.
Prometí no volver a enamorarme, pero llegó ella y lo jodió todo.
Siempre fuí de descargar todas las aplicaciones que estuvieran de moda, por simple entretenimiento, pero en el momento en que vi "Amor en línea" pensé que era una estupidez.
De igual forma después de varios días terminé descargando la app mientras estaba en la escuela, y supe que mi destino era conocerte.
Mi celular se cayó justo cuando mi profesor entró y se tildó, al levantarlo quise terminar la configuración de la aplicación, pero el país de Argentina ya se había seleccionado por sí solo.
Lo demás es historia. Pasamos horas y horas escribiéndonos, ella diciéndome sus gustos y yo los míos, madrugadas contándole cosas que me pasaban cotidianamente y ella lo mismo. Hasta que llegó un momento en el que había la suficiente confianza y nos conocíamos como si fuéramos amigos desde hace años.
Y me terminaste gustando...
De un día para el otro me encontraba pensando en ella, en cómo sería esa chica, tratando de añadirle un rostro con todas las facciones me había dado. Y cada vez que me mandaba una foto de lo que estaba haciendo o de ella misma con su rostro oculto la observaba varías veces para recordar absolutamente todo de ella.
Y es que llega el instante en el que te vuelves adicto a lo que te hace sonreír.
Cada vez que recibía un mensaje suyo me emocionaba y si no llegaba esperaba pacientemente. Poco a poco fuí contándole cosas de mi vida diaria, de mi entorno, cosas que incluso nadie sabía. Las fotos de lo que estaba haciendo eran todas para ella, y me encantaba recibirlas de su parte también.