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El vampiro, debido a su naturaleza, se estaba regenerando muy lentamente, a pesar de que no había tomado sangre en días...
Operadora: "911, ¿cuál es su emergencia?"
Ika: "Hola, mi... mi amigo ha sido apuñalado y está sangrando mucho."
Operadora: "Entiendo. Necesito que me proporcione su ubicación exacta para enviar la ambulancia..."
El mayor le da la dirección precisa mientras su mente se arremolina en los segundos antes de la tragedia. ¿Qué fue lo que arrastró a ese patán a hacerle daño a un chico tan puro?
Ika: "Yuusumi, ¿estás bien? ¿Me oyes?"
Puede ver cómo se desvanece pálido en sus brazos y sus ojos empiezan a mirar a la nada... al acariciar su rostro para despertarlo, los labios del chico se manchan en rojo. Los dedos de Ika están empapados en sangre y el rojo resalta en la tranquilidad de aquella pálida tez.
En todo momento tiene los colmillos desplegados debido al olor a sangre inundando todo y cubriendo el piso.
Operadora: "¿Hay alguien más herido o en peligro?"
Ika: "No, solo él."
Operadora: "Señor, necesito que haga lo siguiente, si ha sido apuñalado asegúrese de retirar el objeto punzo cortante con cuidado y haga lo siguiente..."
El vampiro traga saliva, el cuchillo ha quedado lejos desde el momento de defensa del ataque, un recuerdo funesto de aquel momento mordaz, acero y madera en rojo. Las órdenes del otro lado del auricular aunque son claras y breves a oídos de Ika significan un mundo de diferencia, entre su estado de embriaguez permanente por la sed animal de sangre...
Los segundos son vitales.
Operadora: "Necesito que aplique presión directa sobre las heridas para controlar el sangrado. Use una tela o retazo de ropa."
Cerrando los ojos y tragando saliva, gruñe entre labios.
Ikka: "Bien... lo haré."
Sus dedos se hunden en una grieta profunda de piel, el retazo de tela se empapa de inmediato con un oscuro carmín.
Operadora: "Mantenga la presión firme y constante."
La voz de la operadora se torna difusa, el latido del rubio viaja a través de sus deseos y nubla sus sentidos...
El estómago de Ikka se estruja sintiendo el hambre robándoles los últimos restos de humanidad. No tiene su vial extra encima que lo ayude con la avidez por succionar todo de él, darse un festín... El olor cobre de la sangre pura, caliente, inunda inflamando sus instintos y se abalanza tomando de a pocos sus recuerdos. Su asfixiante anhelo es apenas contenido cuando sus dientes... se clavan suavemente contra sus propios labios, resistiendo la tentación con un temblor de ansiedad que lo invade.
Operadora: "La ambulancia estará allí en unos minutos. ¿Está cerca de la entrada? ¿En algún lugar donde puede verlos llegando?"
Ika: "Sí, lo estoy..."
Un cálido sudor cubre su piel fría mientras siente el susurro de alguien en su mente.
???: "¿Me quieres? ¿Siempre me querrás?"
La voz de Yuusumi parece venir de lejos, como si estuviera en las profundidades de su alma. Sin embargo, los labios del chico no parecen moverse...
El deseo es más pesado y el impulso por succionar la sangre de su amado es casi insoportable.
Ika teme abrir los ojos, teme ver a su amado como un pedazo de fiambre seco. Ser culpable de la ceguera que lo atrae a la locura... incapaz de controlar sus impulsos y haber cometido lo imperdonable.