Capítulo 18

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Kara estaba algo desanimada, Lena había estado más distante de lo usual, desde que salieron de su casa hasta la ida al aeropuerto casi no le dirigió la palabra, si es que lo hacía era muy cortante entonces decidió no hablarle si no era necesario. Se habían encontrado con la mayor, quien llevaba a su representante y a su guardaespaldas, también iba Jess quien por cierto Lex accedió a que trabajara con Lena, le pagaron por los años de servicios y pusieron todo en regla para que no hubiera ningún problema. Además, la ojiverde le alzó un poco más el sueldo porque no solo era su secretaria, era su mano derecha en todo.

Lena también iba acompañada de su guardaespaldas, no le gustaba la idea pero era necesario. Aún no podía contratar a más, quería equilibrar sus ingresos antes de hacer cambios. Durante el viaje estuvo más al pendiente de Samael, quería aprovechar cualquier oportunidad para estar con él.

El día anterior después de solo minutos de haber hablado con Helena, quien se despidió temprano porque era conciente que la rubia tenía un viaje a primera hora, llamó a su tía, quería decirle como se sentía respecto a Ismael, también que tenía miedo de como soportaría al estar cerca de Lena sin ser afectada. La llamada había durado quince minutos más o menos, donde Astra la animaba y le aconsejaba, además era algo que debía hacer ya que tienen un hijo en común.

Llegaron como a media noche en Inglaterra, contando con la hora de diferencia. Astra dijo que era mejor así, además tendrían tiempo de descansar después del viaje y para no desperdiciar el día en una ciudad tan atractiva como Londres.

- Señoritas, yo estaré en la habitación del frente...- Explicaba Astra. La idea era que Lena durmiera en la misma habitación que la mayor, apartada de su hijo para que pueda descansar, sin embargo, no quería despegarse de él por más que hubiera estado a pasos de distancia.

Entonces, Kara estaría en el otro cuarto con Samael pero a lado mismo la de Lena, donde esta última podía entrar y salir cuando quisiera para ver a su hijo.

La mayor se despidió a la vez que las mujeres empezaban a llevar sus maletas a sus respectivos cuartos, Samael estaba con la ojiverde en su carrito. Kara iba a armar la cuna móvil para ponerlo ahí.

- ¿Quieres bañarte primera o prefieres después de mí?- Preguntó la empresaria entrando al cuarto de la rubia, teniendo a Samael en sus brazos, el pequeño estaba despierto.

Kara paró de armar la cuna para observarla.

- Como quieras.- Volvió a seguir con lo que estaba haciendo. Si Lena mostraba indiferencia, lo haría también, no porque quisiera, sino que así dolería menos.

- Vale, traeré el carrito de Samael y lo pondré ahí para que lo cuides.

- De acuerdo.

Segundos después, Lena dejó a su hijo a lado de Kara quien seguía armando la cuna. Lucía concentrada asegurando cada pieza, tenía el cabello recogido y se había quitado el suéter, solo estaba con una playera blanca algo ajustada ya que, el sitio era cálido. La ojiverde pudo detallar más el físico de la rubia que otras veces, porque generalmente tenía abrigos. Observó que sus brazos estaban más tonificados que antes, lo mismo podía decir de su espalda, y no quería imaginar de como tenía sus abdominales. Sus glúteos tenían el tamaño perfecto que llamaba mucho la atención, hasta podía jurar que eran más duras que antes. Su piel estaba algo más pálida, había desaparecido el tono bronceado, aún así era muy hermosa en todas sus facetas físicas.

Entrecerró los ojos para alejar pensamientos indebidos, pero lo que no evitó es imaginar cuantas mujeres se ha cruzado en su camino y cuantas las habrá aceptado. Aunque sabía que quizás con Helena había interés, no descartaba la posibilidad de que esté con otras.

Contra Llamas 2ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora