Capítulo 20

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El día siguiente llegó. Astra y Lena tuvieron una larga reunión donde firmaron el contrato y cerraron el trato. También se pusieron a ajustar el proyecto, solo algunos detalles.
Y en estos momentos la ojiverde se estaba preparando para ir a la cena. En todo el día, Kara le había evitado, ni siquiera la miraba más de dos segundos y aquello le inquietaba a la ojiverde. Por más que le dejó en claro que quería su lejanía, no lo dijo tan literal.

Solo quería evitar caer en sus brazos, era tan débil cuando se trataba de la rubia. A veces le costaba mostrarse dura en frente de ella, por eso buscaba algo que hacer, como cuidar a Samael o como encender su laptop y trabajar, hablar con Astra o algo que Kara no vea la oportunidad de hablarle porque sabía que era educada y no le interrumpiría si no era necesario.

Y ahí estaba con un sentimiento amargo, viendo los últimos detalles de su vestimenta antes de salir. Podía escuchar a Kara jugando con Samael en el cuarto de a lado, su hijo solo tenía días de nacido y ya balbuceaba, aquello le hacía sonreír. Tomó el valor de ir a despedirse del pequeño sabiendo que vería a Kara.

La rubia sabía que Lena se estaba preparando para ir a su cita. La ojiverde no le había dicho nada al respecto, pero al menos no pondría una expresión de sorpresa por si a Lena le daban ganas de decirle.

Cuando la empresaria entró al cuarto, percibió su hipnotizante fragancia. Hacía como si ella no hubiera entrado hasta que esta carrespeó.

- ¿Vas a salir?- Le preguntó la rubia pero sin mirarla, besando incontables de veces a Samael quien agitaba sus manos y pies.

- Sí, quiero despedirme de Samael.

Kara se apartó con cuidado de su hijo quien estaba en el carrito, agarró su celular para seguir evitando mirar a Lena. No quería ver qué tan hermosa estaba y que eso disfrutaría alguien más. Solo pudo captar el zapato de tacón negro y su elefante vestido negro, sospechaba que tenía un saco pero no quería asegurarse.

- Adiós mi pequeño, pórtate bien mi vida. Te amo mucho.- Besó sutilmente su mejilla y su mano para evitar mancharlo de labial. Se enderezó y miró a la ojiazul quien estaba sentada con el celular en la mano.- Si quieres pedir algo para cenar, corre por mi cuenta.

- No te preocupes, tengo con qué pagar.- Contestó cortante.

Lena hizo una mueca por la actitud de Kara, sabía que estaba molesta por como fue con ella. Quizás mal interpretó el gesto que la rubia le demostró, tal vez solo fue amable y educada al felicitarla por su logro, puede que haya mal interpretado aquel gesto y que fue grosera al responderle de esa manera. Sin embargo, si no le hubiera dicho eso, pudo haber caído en la tentación de besarla.

Así que, no dijo nada más y salió de la habitación.

Kara se aseguró que Lena se haya ido, entonces soltó un suspiro pesado. Su garganta le dolía y su corazón latía con fuerza. Sabía que iba a ser una tortura estar a su lado y que en el algún momento la vería salir con otras personas, cuando lo imaginaba le dolía, ahora que lo vivía, la estaba matando. Como si el pequeño entendía lo triste que estaba su madre, empezó a llorar o tal vez porque su otra mamá se ausentaba de nuevo.

- Oh bomberito, ven aquí.- Se levantó de su asiento y alzó al pequeño.- ¿Estás triste porque tu mami nos dejó?- Besó levemente su cabecita mientras lo arrullaba. Sabía que el pequeño no tenía hambre porque acababa de alimentarse. Como no paraba de llorar, lo puso en la cama para inspeccionarlo.

Mientras tanto Lena se quedó pensando en los dos seres que dejó en el hotel. Estaba acompañada de su guardaespaldas quien conducía en ese momento, habían alquilado un auto desde que llegaron a la ciudad.
Para su suerte el lugar asignado solo estaba a cinco minutos del hotel así que ya estaba llegando. Avisó a Jack que estaba cerca ya que este le pidió que le avisara.

Contra Llamas 2ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora