Quisiera decir que esta historia comienza en situaciones y circunstancias ideales, pero no es así.
En realidad, creo que ninguna historia digna de contarse posee dichas circunstancias, porque de ser así ¿Qué aprenderíamos de ellas?
Al principio, ni Lauren ni yo estábamos en un buen lugar pero aunque las cartas no estaban a nuestro favor, no cambiaría por nada el momento en que la conocí.
El momento en que sin saberlo, causaría en mí un efecto imparable.
El momento a partir del cual no volvería a ser la misma.
[...]
Los Ángeles, California
Los estilizados dedos de la joven francesa rodeaban con delicadeza la oreja de la taza de café y la llevaron hasta la mesita de cristal donde reposaba el desayuno que estaba compartiendo con su novia.
El sonido de la cerámica chocando contra la superficie del mueble provocó que los ojos verdes que estaban perdidos en la pantalla del móvil se apartaran de ahí y se dirigieran a la mujer alta y delgada que había regresado a la mesa tras una visita a la cafetera.
— Muchas gracias.
— De nada, cariño.
Yvaine se quedó observando atentamente a Lauren y siguió con sus cristalinos ojos azules el camino de la taza hacia la boca de la pelinegra y no se perdió el gesto de satisfacción en su rostro tras probar el primer sorbo.
— No sabes cuánto lo necesitaba - expresó Lauren reviviendo el sabor de la bebida al pasar la lengua sobre sus labios.
— Sí lo sé — respondió la castaña —Te conozco bien.
Lauren respiró profundamente y expulsó el aire en un suspiro. Se quedó en silencio, no negó lo dicho por su novia, pero tampoco le dio la razón.
Después de todo ¿Quién puede estar totalmente seguro de que conoce a la perfección a otra persona? E incluso ¿Quién puede afirmar que se conoce a sí mismo al 100%?
Así, sin decir nada, miró como Yvaine tomaba un zumo verde, de efecto detox , esa era la manera en que la modelo iniciaba su día siempre, pero aunque era disciplinada con su dieta y rutina de ejercicios, también se daba el gusto de tener en su desayuno alimentos frescos y dulces como los frutos rojos que se sirvió en el tazón, en compañía de un croissant relleno de jamón con un poquito de mantequilla.
Por su parte, Lauren disfrutaba de unos waffles con miel de maple acompañados por su café y con eso era suficiente. Ya más tarde pensaría en algo un poco más fuerte para su estómago.
— ¿A qué hora sale tu vuelo? — cuestionó a la francesa.
— En tres horas - respondió — no te preocupes. Hice la maleta desde ayer.
Lauren sonrió. Eso le gustaba de Yvaine, que era una mujer organizada y práctica, igual que ella.
Claro que también existían grandes diferencias entre ambas, pero estas no significaban un problema para su relación, la cual ya se había extendido por dos años y con bastante solidez.
— Entonces terminemos de desayunar y te alistas. Yo te llevo al aeropuerto.
— ¿De verdad?
Una pequeña sonrisa se extendió entre los labios de Lauren y asintió con la cabeza, lo que le valió que su novia se acercara a ella, colocando las manos sobre la mesa para darle un beso corto en la boca.
No era común que Lauren la acompañara al aeropuerto cuando tenía que viajar. No le encantaban las despedidas y prefería despedirse de ella en casa, como si fuera un día cualquiera.
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Never Be The Same - Camren
Romans¿Qué cabe en una canción? todo un Big Bang de sentimiento y emoción. En este caso, el momento en que nació una historia de amor.