¡RUDE! [Hyunlix]

20. El Bolero

—Yami Safide, Milo J

—Hola, mi nombre es Lee Minho—El contrario extendió su mano sobre la mesa, dejando un poco confundido al contrario.

—Si Minho, eso ya lo sé...

—Lo sé bobo, se que lo sabes —Hizo una pausa para darle un sorbo a su bebida— Pero estoy intentando volver a enamorarte, estoy empezando de cero—. Nuevamente extendió su mano sobre la mesa expectante.

—Oh...En ese caso yo soy Han Jisung—También extendió su mano para que el mayor la tomara y depositó un beso sobre ella.

—Han Jisung, suena familiar—dijo Lee con una sonrisa juguetona, retirando su mano lentamente después del gesto de Jisung.

—Quizás porque hemos compartido más momentos de los que ambos queremos admitir—respondió el menor, guiñando un ojo mientras se acomodaba en su asiento.

Ambos compartieron una risa cómplice, sumergiéndose en la atmósfera relajada del lugar. La luz tenue del restaurante creaba un ambiente acogedor a su alrededor. Había una tensión palpable en el aire, una mezcla de recuerdos compartidos y el deseo mutuo de reconectar.

—Recuerdo las noches en las que simplemente nos quedábamos despiertos hablando, planeando nuestros futuros como si fuéramos los únicos en el mundo—dijo Minho, mirando fijamente a Han.

—Sí, y también las veces que discutíamos como si no pudiéramos poner un pie delante del otro sin tropezar—respondió Jisung con una risa suave, pero con un tono serio en sus ojos.

Minho asintió, su expresión se suavizó un poco. —Prefiero no recordar esos momentos.

—Lo sé, Minho. Las heridas están ahí, y aunque intentemos ignorarlas, no podemos simplemente borrarlas...

Minho bajó la mirada, sintiendo el peso de las palabras de Jisung. —Sabes que lo siento, Jisung. No hay excusa para lo que hice.

—Lo se Minho, pero por algo estoy aquí ¿No?

—¿Crees que es posible, Han? ¿Podemos superar todo lo que ha pasado? —Preguntó el mayor, buscando desesperadamente una chispa de esperanza en los ojos de Jisung.

Jisung titubeó, sus ojos reflejaban una mezcla de dolor y esperanza. Respiró hondo antes de continuar, eligiendo cuidadosamente sus palabras.

—No lo sé, Minho... Ha pasado tanto tiempo, y ambos hemos cambiado. Pero si estamos aquí, sentados frente a frente, es porque algo en mí aún cree en nosotros, en lo que una vez tuvimos...

—¿Y si no les caigo bien?

—Eso es imposible Felix.

—¿Y si no les agrada como me veo?

—Eres la persona mas linda que mis ojos tuvieron el placer de ver.

—¿Y si no les agrado porque no tengo dinero y tú sí?