«Hace cuatro años»
La más joven de la pandilla, Wheein, se graduaba ese día, y en la noche se celebraría una fiesta en una casa no muy lejos de su taller. No era de ir a fiestas de adolescentes, en ese tiempo Moonbyul recién cumplía sus veintidós y no confiaba en nadie luego de haber pasado cuatro años en prisión.
Para recobrar un poco de libertad, sus colegas le habían invitado a esa fiesta.
Durante toda la celebración mantuvo un perfil bajo, tomaba solamente cerveza y cuando estaba demasiado hastiada del ambiente salía de la casa y fumaba.
Ella daba por fraude esa fiesta porque aunque sus colegas le hacían plática y le alentaban a bailar con equis chica, Moonbyul estuvo siempre en negación pensando en que ya no estaba para eso, tenía otras cosas en mente, o así fue hasta que una chica loca en minifalda, camisa blanca, corta, desabotonada y con una corbata se subió a una mesa y empezó a bailar como si fuese lo último que haría en su vida.
Todos estaban eufóricos por la muchacha y con mucha razón, porque la joven se movía como toda una profesional captando la atención de todos y también la de Moonbyul, definitivamente fue lo más entretenido que había pasado durante la noche.
Ese trasero, esa cintura, la separación de sus pechos que se veían por la abertura de la camisa cuando la corbata se le movía, definitivamente no había visto algo tan sexy como eso.
No se expresó con nadie respecto a la chica. Solo la vió moverse demasiado bien, y una corriente le llegó hasta la entrepierna cuando la chica se puso en cuatro avivando los gritos de la gente.
Suspiró pesadamente mirando a otro lado. Se veía muy joven, así que estaba descartando que la chica tuviera dieciocho siendo parte de los graduandos. Fácilmente le hubiera preguntado a Wheein pero no era de esas que contaban a sus amigos los ligues o las chicas que le interesaban. Lo peor era que estaba muy cargada por culpa de ella.
Cuando volvió a verla, a Moonbyul una leve sonrisa se le escapó pero tomó de su cerveza para disimular lo que le había fascinado esa imagen. Otra chica había subido a la mesa para levantarle la minifalda a la bailarina, dejando ver una tanga de hilo que por supuesto, dejaba ver sus redondas y blanquecinas nalgas.
La otra joven la tomó del cabello largo y castaño mientras le daba nalgadas, todo eso sin parar de reír entre ellas y los demás gritando ante el espectáculo. Moonbyul estaba excitada, pero si tenía que descargarse con alguien no podía ser esa chica con apariencia menor de edad, por más que quisiera hacerlo se seguía negando a preguntarle a Wheein.
— Joder, que buena está — Llegó Wheein a su lado mirando hacia la mesa del momento.
Seulgi que llevaba todo ese rato al lado de Moonbyul solo pudo asentir.
— Se nota que tiene a todos deseándole— dijo Seulgi luego de unos segundos.
— Ella es así, calienta a todos y al final no hace nada — decía Wheein por encima de la música — Tengo un amigo, Tae, estuvo tanteando el terreno por un mes, le dijimos que era difícil porque no la veíamos seriamente con nadie, el bobo pensó que podía lograrlo — hizo una pausa porque empezó a reírse — Iban a verse en su casa, verían una película y según él saldría coronando pero no, hermanas, Solar lo dejó caliente, le dijo "vengo enseguida" y nunca volvió.
Seulgi y Wheein reventaron en risas.
Solar.
Ese nombre se lo quedó en su mente, y sí, la chica tenía pinta de ser así como la describía Wheein, aunque Moonbyul la definiría más como: irresistible.
— Tae cerraba los ojos cuando la veía por el pasillo de la escuela, no quería caer de nuevo — seguía contando Wheein entre risas.
Moonbyul escuchaba como continuaban riéndose, contando otras anécdotas de Solar y de la amiga de esta, Irene, que estaba junto a ella en la mesa y a la que Seulgi mostraba interés. Moonbyul volvió a echarle un vistazo a ese cuerpo tentador, que ya no estaba en cuatro pero se había quitado la falda y bailaba de rodillas sobre la mesa. La chica se dió la vuelta y Moonbyul nuevamente se perdió en el hilo de su tanga.