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Hoy sería un día tranquilo y productivo para él, tenía planeado hacer muchas cosas hoy para mejorar su negocio legal y no legal, se había levantado con ánimos de lograr sus objetivos y poner a todo el pueblo a su favor para conseguir más poder del que ya poseía.
Se había colocado su mejor traje y armadura, y salió de su gran casa con entusiasmo y aura imparable.

Pero claramente no podía ser perfecto.
Cierto chico colorido siempre tenía que interrumpir en sus días.

Un suspiro triste.

Él lo ignoro. Siguió caminando, intentando no ver la cabellera castaña que sobresalía detrás de la pared de piedra del poso de agua que se encontraba en el camino hacia el pueblo.

Hubieron tres suspiros tristes más que no pudo ignorar. Cómo ya era de costumbre con todo lo que tenía que ver con Karl, rodó sus ojos y se dirigió hacia donde él.
La imagen del chico alegre que conocía no estaba, solo quedaba un pequeño niño con rostro triste acurrucado sobre su propio cuerpo.

—hola Carlos, ¿Que pasó, wacho? ¿Por qué esa cara?

Mentiría si dijese que no ser recibido por la usual euforia de Karl no hizo que se instalara una sensación incomoda en su pecho. No le gustó.

A pesar de todo, el castaño le sonrió.

hey gatita. No mucho, solo idioteces. ¿Y tú?

No te creo, dime que está mal. —su pésimo acento no impidió que la petición se escuchará demandante. Ignoró la otra preguntas a propósito.

Karl suspiro y escondió su rostro entre sus brazos, usando sus rodillas como apoyo. Spreen detestó la insistencia del amargo sentimiento en su pecho.

es solo alguien del pueblo, quiso hacer alguna especie de broma en mi librería y colocó minas alrededor. Pude salvar gran parte, pero algunas cosas se destruyeron casi por completo. —su voz era vacía, un tinte de ira y tristeza se asomaba en ella. —solo quería despejar mi mente antes de comenzar a reparar todo.

El oso no pudo evitar que su mano se posara en la cabellera del otro chico, sus garras acariciaron la zona y Karl se tensó ante el inesperado tacto, pero luego se inclinó y relajó ante él.
Cuando Karl alzó su rostro se dió cuenta de que Spreen se había colocado en cuclillas frente a él.

nombre.

El castaño inclinó su rostro sin entender.

nombre, dame el puto nombre.

Juan.

—no te preocupes Karlitos, yo me encargo. —la larga y grande mano del híbrido rascó su cabeza por última vez antes de levantarse. —vamos a arreglar tu librería, Karl.

El angloparlante sonrió, el ánimo había vuelto a él.

(...)

Spreen había dejado a Karl terminando los algunos toques en la librería, ambos habían reconstruido todo con rapidez. Se había dirigido hacia el santuario de cierto hechicero de lentes, jamás solía vengarse sin un plan elaborado, pero su sangre hervía de ira.
Tenía un hacha de diamante encantado en su mano, y mucha agua en su inventario.
Lo dejaría moribundo, y su biblioteca de libros mágicos he importantes no saldrían ilesos.

Los lentes negros en su rostro impedían a Juan ver los ojos del oso, pero sabía más que nunca que tras ellos se escondía una bestia sedienta de sangre.
Supo que la había cagado y que lo merecía, pues fue un acto impulsivo y pendejo. Karl nunca le había hecho nada más que ayudarlo con su entrenamiento de mago supremo proporcionándole preciados libros. Él lo había arruinado.

—¡Perdón, PERDÓN! —gritó mientras intentaba escapar, pero era imposible. Su biblioteca estaba destrozada por el agua y hachazos, y él estaba a punto de experimentar lo mismo.

—escúchame pelotudito, no te voy a hacer nada más. Pero tomate esto como una advertencia, no te hagas más el piola con el Carlitos. —el hacha cortó la mandíbula del hechicero al obligarlo a ver a Spreen directamente a sus ojos. —yo lo protejo, ¿Entendés? Si te metes con él, lo haces conmigo también. —escupió. —ahora vas a ir y te disculpas.

Sin decir nada más, se fue, dejando atrás a un Juan tembloroso y replanteandose todas sus decisiones de vida.

•••

Cortito, perdón por la tardanza, la universidad me consume.

Sé que hace rato spreen habló sobre el sproier y comentó que no le gustaban los fics y eso, por lo que no se si seguir con el fic, aunque es extremadamente soft y no tiene nada que ver con Roier. No sé si inclinarme levemente por el romance pero en extremo ligero y tierno o qué. No quiero irrespetarlo a él ni a Karl. ¿Que dicen?

Nada, gracias a las personas que votan, leen y me siguen. Me hace querer escribir más.

Cuidense, intentaré actualizar pronto <3

Peek-A-Boo! »Karl x Spreen« [Mini-Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora