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[Kyomi]

Después de que Tanjirou se recuperara de sus heridas empecé a entrenarlo para que dominará la respiración solar, claramente lo entrenaba de noche y en cuatro meses había logrado un mejor rango de ataque dominación de la técnica.

-Yo iré a la misión contigo pero suelta a Aoi chan-

— Está bien— el pilar me envolvió en una tela y estaba por irse cuando escuché a Tanjirou y a sus amigos decir que ellos también irían.

Una vez llegamos a nuestro destino salí de la tela y empecé a contar todo lo que sabía, me dolía esto apreciaba a Gyutaro y Daki pero era mi deber como cazadora de demonios.

— Les confío está tarea mi cariño por ellos no me permite asesinarlos yo misma.

— Cuente con nosotros Kyomi san— Zenitsu y Tanjirou hicieron una reverencia.

Arreglé a los chicos para que lograrán infiltrarse en las casas y después fui al almacenamiento de Daki estaba segura que al menos una de las tres esposas del pilar estaría ahí. Dí un golpe en el suelo y caí. Las fajas almacenaban a muchas mujeres,saqué mi katana y empecé a cortar el obi para liberarlas al parecer la faja no se dio cuenta de mi presencia una vez las liberé a todas corte toda la faja para que volviera a unirse con Daki.

—¿Quién eres tú demonio? — una mujer pelinegra de ojos azules sujetaba un kunai y temblaba.

— No te preocupes no te haré nada, solo ayúdame a sacar a todas estas chicas de aquí.

[Narrador]

Suma y Kyomi sacaron a todas las chicas de la cueva y las llevaron a la casa de glicinas, terminaron justo antes del amanecer. Mientras tanto el obi se unió de nuevo con Daki y le contó que Kyomi estaba ahí. A la noche siguiente Kyomi caminaba junto a Tengen (Suma se había quedado cuidando a las chicas), en un momento se separaron y Kyomi se encontró con Daki.

— Kyomi sama

— Daki— Sabía que ella no la atacaría pero sintió que algo se abrió abajo de ella... Una puerta, cayó en ella y sabía hacia dónde estaba yendo la fortaleza infinita.

Cayó en la fortaleza, delante de ella estaba Nakime y no muy lejos sintió la presencia de Muzan, su cara de desagrado era notoria.

— Kyomi, mi reina, mi amor que bueno que al fin estás conmigo- Muzan la abrazó.

— Apartarte — su voz cortante lo hizo enfadar.

El rey demonio pidió a Nakime que los encerrará en una habitación y que nadie los interrumpirá, la demonio del biwa cumplió rápido con la orden. Muzan empujo a Kyomi al futón que estaba en la habitación y empezó a quitarse el saco y la camisa dejando su torso desnudo, se acerco a Kyomi y empezó desabrochar su kimono.

— ¡Ni siquiera lo intentes!— Lo pateó atravesando su estómago con su pie.

El demonio le cortó la pierna y como era de esperarse ambos se regeneraron rápido. El Kibutsuyi lanzó su katana a una esquina y deslizó el kimono de la chica dejando ver su cuerpo, ella trató de quitárselo de encima pero su fuerza era menor a la de él y sin su katana no podía hacer nada.

Muzan empezó besando su cuello y dejando marcas en su cuello que se iban curando rápido, pasó a besar sus rojizos y carnosos labios de una manera muy lujuriosa y con sus manos apretaba los grandes pechos de la chica.

—Son tan grandes que ni caben en mis manos— apretó su pecho izquierdo sacándole un jadeo a Kyomi, las sensaciones que le daba Muzan le causaban asco y repulsión y trataba de apartarlo pero no lo lograba.

Muzan acomodó su miembro en la entrada de la chica la cual trato de zafarse pero este la sujetaba fuertemente y empezó a meterlo lentamente para después dar embestidas rápidas y rudas que le sacaban gemidos y jadeos a la chica que trataba de liberarse.

Terminaron cuando el rey demonio se vino por novena vez y salió de la chica que estaba cansada y adolorida. En cuanto Muzan se fue Kyomi se vistió y tomó su katana. Unas horas después escuchó la biwa y apareció junto a las lunas restantes, al no ver a los hermanos sabía que los chicos lo habían logrado. Muzan anunció la muerte de la sexta creciente y también la de Akaza que sabía había sido obra de Kyomi.

—¿ Tienes algo que decir Kyomi?

La demonio sonrió— Cuídate Kibutsuyi, ¿recuerdas al chico de los aretes hanafuda? lo entrené para que dominará el aliento solar y todos ustedes deben tener cuidado porque....— en cuanto menos lo esperaron las cabezas de Gyokko y Hantengu estaban en el piso — yo acabaré con sus vidas.

LA HERMANA MENOR DE LOS GEMELOS TSUGIKUNI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora