Estar enamorado durante años de una chica que no aclara si su relación con Keisuke Baji es amorosa o de amistad es todo un tormento para Izana Kurokawa, ¿podrá esperarla o se irá con alguien más?
Kiyomi Nakamura una joven japonesa y amiga de la ex...
Ligeros dolores hicieron que despertara, mi cabeza estaba apunto de estallar y no podía mantenerme en cama más tiempo, Kiyomi había tomado la decisión de quedarse en mi departamento para arreglar lo de aquella tarde, posiblemente estaba en alguna habitación deambulando o peor aún, se fue a casa.
—Kiyomi—grité sin ganas—, ¿todo bien?
—Tardaste demasiado en despertar—salió con el cabello mojado—, tomé una ducha ¿no hay problema?
—Por supuesto que no—una vez se acercó a mi jale de su muñeca hasta tenerla de frente—, ¿quieres ir a desayunar? ¿hacemos algo?
—No pueden vernos juntos—negó—, de igual manera debo irme a casa, Baji quiere salir en la tarde y todo el tiempo que pude estar a tu lado lo aprovechaste quedándote dormido.
—Izana—hizo una mueca de confusión, como si estuviéramos en la misma página—, ¿tienes algo con esa chica? ¿ella es tu tapadera para que no te involucren conmigo?
—La que quiere que esto sea privado eres tú, por favor no te hagas la víctima—me queje—, Dal es una amiga, eso es todo.
—Por favor—rodó los ojos—, vi esa mirada.
—Estás en un callejón sin salida, Kiyomi—me mostré firme—, ¿no eres tú la que posiblemente me esté engañando con Baji Keisuke?
—Eso es diferente—estaba sonando como una estúpida—, Baji es...
—Tu mejor amigo—concluí—, está bien, Dal también es la mía ¿contenta? ahora puedes irte con él, háblame cuando estés de humor.
No estaba satisfecho al hablarle de esa manera, odiaba pelear con Kiyomi y me molestaba que la principal causa fueran sus celos hacia Dal, podía arrebatarle esas inseguridades y dejarle de hablar, pero era tonto; no recibiría lo mismo.
Salió por la puerta desahogando su enojo en como la cerró, mejor dicho, como la selló, me avisó en qué antro estaría por si necesitaba que fuese por ella pero tenía otras ideas en mente antes de solo esperar un simple llamado que obviamente no llegaría; lo más seguro es que Baji se comprometería en llevarla.
—¿Hola?—inquirió—, ¿Izana?
—¿Qué harás hoy en la noche?—murmure.
—Nada, ¿por qué? ¿tienes planeado algo?—farfullo.
—Vamos al antro que está cerca de Zeus—propuse, algo bueno de Kakucho era como jamás negaba planes.
—Claro—aceptó—, ¿voy a tu depa o a la casa de tu madre?
—Mi depa—finalice—, te espero.
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