Recuerdo que aquel día, mamá me llevaba de la mano bajo el frío invernal. Un día demasiado frío acompañado de la pequeña pero infalible nieve, ella llevaba un gran y bonito abrigo que no tenía rasguños ni estaba maltratado, yo llevaba un suéter verde que no me daba mucho calor, sin embargo el que ella me tomara de la mano me llenaba de calidez ya que era algo que casi nunca hacía.
Caminamos por un par de horas, me dolía mucho la nariz y era difícil respirar además de que me pesaban los ojos, mis pequeños pies se enterraban en la nieve a medida que avanzabamos.
— Takemichi, tendrás que quedarte aquí un tiempo.
Me dijo mientras soltaba mi mano.— ¿Por qué, a dónde irás mamá? —le pregunté.
Ella se puso de cuclillas frente a mí.
— No irrites a mami —hizo un mal gesto— sabes que me desagrada eso.— Lo lamento, no quise hacerlo —aparte la cara— solo... Quiero saber a qué hora volverás.
— Volveré antes que te des cuenta —tocó la punta de mi nariz— Asegúrate de portarte bien o de lo contrario no volveré, ¿Bien?. Mami ya tiene que irse.
Antes de que se levantará le tomé las manos y su mirada... Era más fría que la nieve.
— ¿De verdad?... ¿Volverás por mí?.
— ¿Quién más lo haría? —me sonrío— ¿No hay nadie que quiera tenerte o sí?.
Esa fue la última conversación que tuve con ella.
Los minutos se convirtieron en horas, las horas en días, y los días en años. El lugar en donde me había dejado era un pequeño y descuidado orfanato, siempre me encargaba de los quehaceres y la limpieza con la esperanza de que mi mamá regresará por mí si lograba demostrarle que le era de más utilidad, pero obviamente jamás lo hizo.
Nunca fui adoptado y solo recibí educación gracias a un anciano que me pagaba los estudios con la condición de servirle en todo lo que el quisiera, murió cuando cumplí 14 años así que me fui de ahí.
Empecé a trabajar y costearme la vida lo mejor que pudiera, pero con 16 años no había muchas opciones, fueron momentos muy difíciles. Hasta que lo conocí a él.
— Eres muy lindo Takemichi —confesó— Si tuviese que acostarme con un hombre sería contigo.
— ¿Pero qué cosas dices Inupi? —solté a reír.
— Eres muy amable y servicial además de que eres bastante lindo. Pareces un cachorro.
Fue la única persona que de alguna manera era gentil conmigo, lo conocí en un día de lluvia. Me había refugiado bajo el techo de un pequeño supermercado, ya no tenía dinero y solo veía a través de la ventana a las personas comiendo algo dentro, entré para buscar algo que pudiera pagar pero no encontré nada, ya por salir él me ofreció un tazón de ramen que aún no terminaba.
Después de eso comenzamos a toparnos cada tanto, él trabajaba en un pequeño taller mecánico así que lo visitaba regularmente y charlabamos sobre muchas cosas. Cuando tenía problemas de dinero siempre me ayudaba. Pagó una gran parte de mi entrada a la universidad y solía llevarme algo de comida cuando no tenía dinero ni para comer.
Sentí que por fin, había encontrado alguien a quien importarle, alguien que me quisiera. Hasta que todo cambió.
— Espera, Inupi.
Lo detuve. Lo que había empezado como un tierno beso tras un “me gustas" siguió con caricias incómodas que nos llevaron a mi habitación.
— No debes estar nervioso, seré gentil —mintió.
— Es que... No quiero.
Intenté apartarlo pero me tomó con fuerza atrapado mis manos contra la cama.
— ¿Por qué no?, He sido muy amable contigo ¿No?.Me sentí demasiado incómodo y culpable.
— Yo...— ¿No habías dicho que te gusto?.
— ¡Si, me gustas mucho Inupi!, Pero...
Sin dejarme decir nada más me besó y siguió acariciándome. Dejé de tensarme y me dejé llevar mientras por dentro me decía una y otra vez que “Debía ser agradecido con él", sentía que no tenía el derecho de decirle que no.
Cuando terminamos de vistió y se fue sin decir nada.
¿Debía sentirme feliz por acostarme con la persona que me gusta no?, Pero en lugar de eso estaba ansioso, adolorido y avergonzado por lo que pasó.
Me sentía tan ridículo que ni siquiera pude llorar.Después de eso Inupi me visitaba con más regularidad, siempre para lo mismo. Aunque Chifuyu trataba de hacerme entrar en razón y yo mismo sabía que estaba mal, simplemente no podía ignorar y apartarme de Inupi.
Solo estando con él lograba no sentirme tan solo, además de que él me veía justo como me sentía, estúpido, iluso, patético, ridículo, demasiado insignificante. Temía que mostrarme como realmente me sentía ante Hinata o Chifuyu, los haría apartarse de mí. Y ni siquiera podría culparlos por ello.
Justo cuando sentí que no podría pasarme nada peor, apareció ese acosador de mierda para acabar de joderme la existencia.
Ser vilmente humillando, degradado torturado y violado por bestias inhumanas... Fue demasiado.
Me siento asqueado de mí mismo, sucio, sin valor.
Las lágrimas me salen de la nada y siento algo atascado en la garganta.Pese a todo esto, debo fingir lo mejor posible ante él.
— ¿Quieres un poco más de sopa? —ofrece con una cuchara.
¡Lo odio, lo odio, lo odio, lo odio, lo odio, lo odio!. ¡Ojalá desapareciera!. ¡Deseo con todas mis fuerzas que desaparezca!. El que me mire, me sonría y sea amable conmigo me asquea terriblemente haciéndome querer vomitar.
Preferiría arrancarme la piel a pedazos antes que seguir viendo su maldito rostro de mierda.
Sin embargo...— Gracias —le sonrío y tomo el bocado.
Haré lo que sea para salir de aquí...
~ …ᘛ⁐̤ᕐᐷ彡
Datos relevantes:
El sueño de Takemichi era convertirse en maestro (se lleva bastante bien con los niños) sin embargo optó por la psicología con la esperanza de en un futuro poder ayudar a personas que como él tienen algún tipo de trauma.
Ama con toda su alma a sus dos amigos Hinata y Chifuyu pero no quiere que por sus problemas vayan a alejarse de él.
Me gusta interactuar con ustedes así que aquí les dejo una pregunta: ¿Creen que de verdad alguien haya traicionado a Izana?, Y si es así ¿Quién creen que lo haya hecho?.
Re fácil xD nuevamente quién adivine se ganará un spoiler 🏃🏽♀️
No olvides votar y comentar …ᘛ⁐̤ᕐᐷ💜
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͡ᵔ 彡Hell through your eyes 彡 ͡ᵔ
FanfictionManjiro Sano siendo el jefe de la temible organización BONTEN se obsesiona con un jóven universitario que lo "rescató" cuando se vio envuelto en un altercado con otra pandilla. Desde ese día, en cada dormir o despertar, a cada paso que da, en cada r...