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- oh, muchas gracias

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- oh, muchas gracias. - dije una vez que Aaron entra a el cuarto donde guardaban cosas para la alberca y todo eso pero estuve ahí sentada mientras se me quitaba lo mareada y este llega con agua y con mentas. Se sienta enfrente mío y mientras tomo del agua, puedo sentir su mirada de lo más marcada, no podía dejar de verme y no lo siento como algo bueno. Lo siento como si estuviera juzgándome o al menos pensando que ya no era para nada la chica que conoció y que llamó su atención. - y gracias por las mentas, vaya que las voy a ocupar.

- ¿Qué haces aquí? - alcé las cejas sorprendida de aquella pregunta y este como que al principio no entiende el porque reaccioné de esa manera. - no, no, no me refería de esa manera. Um... yo... me refiero a que...

- descuida, entiendo. Es cierto, yo no vivo aquí. - admití. - lo que pasa es que me voy a estar quedando con mi hermana unos días quizás la conozcas, su nombre es Abril y es doctora. Esposa de el famoso político por lo que veo.

- Claro que los conozco, adoro a Abril es de verdad la persona mas linda de todas. - sonreí ante ello. - ahora veo el parecido.

- Y supongo que tu por completo vives en este club inglés de lujo. - dije volteando a ver por la ventana de la hermosa vista. - es genial Aaron, felicidades.

- ¿Puedo decirte algo y no te enojas? - lo miré confundida y más que nada con miedo de lo que fuera a decir. No sabía que esperar pero por cómo lo dijo, debe ser algo malo. Aparte de nuevo regresábamos al contacto visual intenso.

- ¿Qué tiene que ser como para que me haga enojar? Suena como algo malo. - dije mientras me comía una de las mentas en su mano y este tan solo me sonríe.

- que te ves preciosa. - ante lo sonrojada que estaba, no pude evitar quitar el contacto visual y bajé la mirada para que no pudiera verme. - no de verdad, Val te ves fabulosa... cambiaste demasiado, casi no te reconocía.

- si bueno, ya no tengo el cabello rubio. - reí nerviosa. - antes me gustaba mucho decolorármelo como podrás recordar pero tan solo me lo maltrataba ya que mi cabello es muy oscuro y um... bueno, lo evidente, ha pasado mucho tiempo. Años, sin vernos. - esta vez si voltee a verlo, necesitaba saber si ese tiempo que pasó le pesaba como a mi en su momento.

- si, eso... si. - el empieza a actuar incómodo. Era cuestión de tiempo para que recordara la situación en la que nos quedamos.  - esto es tan raro, ni siquiera se que decirte.

- ¿de verdad no hay nada que tengas que decirme? - le pregunté y es que, un día nos conocemos y parece que seremos grandes amigos, que la vida juntos sería fabulosa y no podíamos esperar a que siguiera siendo así, pero no lo fue. Porque Aaron nunca me marcó.

- se a que te refieres y estoy de acuerdo, mereces una explicación. - se acerca más, moviendo de su silla mas al frente. - se que ya pasó mucho tiempo y realmente ya no importa pero...

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