por última vez.

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Quisiera que todo fuera infinito. Un ocho acostado, durmiendo.

Pero no todo dura para siempre.

Las despedidas son como puñetazos a la cara, que te parten la nariz.

Y esa sangre que corre por ella son los recuerdos vívidos.

Odio tener que dejar cosas, como la escuela.

El último día de escuela. Son despedidas duras.

Ya no volveré a ver a mis compañeros, duele.

Momentos graciosos que te sonríen pero puñaladas con un cuchillo al saber que no puedes volver.

Hasta incluso en las despedidas hay un hasta luego.

Lo que nunca llegaron a escucharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora