Estás tranquila, sola.
Haciendo algo que te gusta o simplemente haciendo nada.
Sientes ese dolor en el pecho. Es la ansiedad que llama a tu puerta.
¿La vas a dejar entrar? Ya ha entrado antes.
Si tiene permiso entrará, como un vampiro.
Como esa luz que entra de los agujeros de las persianas y que omites tapar.
Omítela entonces. Si puedes saltarte esa parte mejor.
Es como un libro aburrido abierto. Está abierto pero ahí está.
Pues no hay más, acábalo de leer.
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Lo que nunca llegaron a escuchar
PoetryEscribo mi vida a través de poemas sin rimas. Vomito letras y se forman nudos. Enlazate con mi depresión.