oxigenarse.

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Estás tranquila, sola.

Haciendo algo que te gusta o simplemente haciendo nada.

Sientes ese dolor en el pecho. Es la ansiedad que llama a tu puerta.

¿La vas a dejar entrar? Ya ha entrado antes.

Si tiene permiso entrará, como un vampiro.

Como esa luz que entra de los agujeros de las persianas y que omites tapar.

Omítela entonces. Si puedes saltarte esa parte mejor.

Es como un libro aburrido abierto. Está abierto pero ahí está.

Pues no hay más, acábalo de leer.

Lo que nunca llegaron a escucharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora